ID de la obra: 790

MISERY NOX

Mezcla
R
En progreso
1
Tamaño:
planificada Midi, escritos 218 páginas, 118.672 palabras, 26 capítulos
Descripción:
Publicando en otros sitios web:
Consultar con el autor / traductor
Compartir:
1 Me gusta 0 Comentarios 0 Para la colección Descargar

4. El lugar más «seguro» de la tierra

Ajustes de texto
Capítulo 4 El lugar más «seguro» de la tierra      Queridos mamá y papá:    Estoy bien, la escuela sigue siendo lo mismo de siempre, ya saben, muy escolar.    He estado muy interesada por el tema de la cámara de los secretos, lo leí por ahí mencionado en un libro, pero no he logrado saber nada de ello, ¿Saben algo ustedes?   Besos, Nox. El año había pasado con la velocidad de un caballo en apuros. Habían demasiadas cosas que Nox nunca se había enterado hasta al final del año; resultó ser que Harry y sus dos amigos habían descubierto una trampilla en un cuarto prohibido, estos decidieron meterse en ella e  intentar salvar la famosa piedra filosofal. Ahora se habían quedado sin un maestro de defensa contra las artes oscuras, y al profesor Dumbledore se le ocurrió la gran idea de contratar a un hombre tan charlatán como un estafador de calle. Obviamente Nox estaba aún enfadada con Harry por todo aquello al respecto, y no se lo perdonaba ni aunque haya atrapado una snitch con la boca por ella. La amistad entre ellos seguía siendo vigente, pero ya no eran tan unidos como lo eran a los diez años. Nox estaba por cumplir los trece años, y ahora se encontraba al igual que todos los demás; buscando qué rayos era la cámara de los secretos. Lo que sí estaba creciendo era su amistad con Cho y Cedric, que a pesar de ser unos años más adelantados que ella, seguían siendo tan unidos como las raíces de un árbol a la tierra. Nox seguía intentando ser la mejor del curso, pero por razones inexplicables Hermione Granger seguía siendo unos puntos mejor que ella, y eso la irritaba demasiado, pero no quería decir nada malo de ella, al menos frente a Harry, que ahora era su mejor amiga. —En la clase del profesor Binns por fin contó algo de lo que nos despertó a todos —empezó Nox, acercándose a sus dos amigos —. Habló que la cámara de los secretos contenía una criatura de verdad mala, horrible, y que solo la podría abrir su heredero. —Entonces, si la cámara de los secretos ha sido abierta, entonces... —Significa que esa cosa está suelta por ahí, en el colegio —continuó Cho por Cedric. —Y que el heredero podría estar por aquí —agregó Nox —. Obligatoriamente debería ser de Slytherin, ya que la cámara fue creada por el mismo Salazar Slytherin. Nox no sabía lo que se avecinaba. Faltaban minutos para el partido de Quidditch de Gryffindor y Slytherin, y era obvio que Nox asistiría para ver a su amigo —no sabía si llamarlo «mejor» amigo, ya que al estar más distanciados, no sabía si aún se merecía aquél título—. Los pasillos estaban solos, ya que todos estaban ya en la cancha, Nox esperaba que Cho y Cedric estuvieran guardando un lugar para ella. Caminaba a paso largo y de prisa, pero un siseo la hizo detenerse. La piel se le enchinó y los vellos de los brazos se le erizaron. Nunca había escuchado algo como aquello, era aterrador. Empezó a dar de nuevo pasos, pero ahora más largos, intentando ignorar aquello último, tal vez era algo de afuera, pero se detuvo por segunda vez al escucharlo de nuevo, pero está vez a sus espaldas.  No se quería dar vuelta, no quería ver lo que era. Las manos le empezaron a temblar, porque sabia que aquello no era alguien, era algo. Se acercó a la primera ventana y echó un vistazo, podría distinguir las olas de color rojo y verde caminar hacia el campo de quidditch, todo estaba bien. Nox suspiró pesadamente, «debo de estar loca», pensó, y alzó la mirada, mirando su reflejo en el vidrio, y lo último que vió no fueron sus oscuros ojos grises, sino unos enormes y monstruosos ojos amarillos. Despertó en una habitación de paredes coloridas, algo desgastadas con dibujos al azar en ellas. Nox no sabía dónde se encontraba, pero tenía el presentimiento de que ella ya había estado ahí, era extrañamente familiar. —¿Hola? —habló, pero su voz solo retumbó en un eco a pesar de que el lugar no fuera grande y vacío. Observó su alrededor, había una ventana, pero no sé lograba ver nada, ya que la noche era tan oscura que tragaba cualquier señal del exterior. Nox empezó a entrar en pánico, no sabía dónde estaba ni que estaba pasando. Una puerta al lado izquierdo de la habitación se abrió ligeramente, sobresaltando a Nox. La luz brillante que salía de la apertura era tan tentadora que no pudo evitar acercarse a ella, como la vieja trampa del ratón y el queso. Sus pasos retumbaban pesadamente, como si cargara pesas de diez kilos en lugar de pies. Al abrir completamente la puerta, la luz la cegó por unos segundos, parpadeó varias veces hasta que por fin pudo ver qué se trataba de la misma habitación, pero la hacía diferente un espejo grande, colgado en la pared, del tamaño exacto de una ventana. Se acercó pero no se vió reflejada. «Es un sueño», pensó Nox. Se giró para volver a ver si había cambiado algo en la habitación. ¡PSST! Se volteó de prisa y casi suelta un grito, ahora su reflejo estaba en el espejo, pero no era ella exactamente, era bastante diferente; tenía unos razgos más maduros, el cabello mucho más largo, sus rizos ya no estaban, se habían reemplazado por muchas trenzas que caían de sus hombros, a los costados de su rostro y en una coleta muy alta. Sus labios estaban pintados de un rojo bastante profundo y oscuro, tan tentadores que cualquiera los viera no resistiría en besarlos. —No deberías de asustarte —habló el reflejo, con una voz tan fría y apagada —. Soy tú, pero mejor. Miró sus ojos, estos parecía estar maquillados con sombras oscuras, dándole más profundidad a su mirada, pero algo que la inquietó más fue el color de sus ojos; ya no se encontraba ese gris oscuro que la caracterizaba, sino que en su lugar habían unos muy plateados, tan brillantes que juraría que podría reflejarse perfectamente en ellos si se atreviese a acercarse lo suficiente. —¿No lo recuerdas? —volvió a hablar. Su voz la asustaba bastante — Lo que hiciste a ese niño, aquella vez... Fue algo tan, pero tan horrible, que ni siquiera el hombre o mujer más valiente de este planeta sería capaz de ver con detenimiento. —No sé de qué hablas —habló por fin Nox desde su propia voz. —¿No? Creo que será mejor... Hacerte recordar, así solo la gente es capaz de entender... El reflejo se esfumó, ahora solo quedaba el espejo vacío como en un principio. Nox frunció las cejas y se dió vuelta. Ahora se topó con un chico, le calculaba su misma edad. Estaba sentado en una silla de ruedas, con una mirada tan inexpresiva que uno podría jurar que se trataba de un muñeco tamaño real. Estaba viendo hacia el espejo, Nox se volvió de nuevo, pero ya no estaba, ahora solo era una ventana que daba hacia un patio lleno de otoñales arboles. Habían varios niños de diferentes edades, jugando al fútbol a la luz del sol. Se volvió al chico, pero en este seguía sin mostrar expresión alguna, sin demostrar las ganas de querer salir a jugar también, como lo haría cualquiera otro en esa situación. —Tú le hiciste esto —sonaba aquella voz tenebrosa que tenía su reflejo —. Tú le quitaste su humanidad. Nox se acercó lentamente, intentando captar alguna reacción. Intentó mirarlo a los ojos, pero se encontraban tan vacíos como un hoyo negro. —Por favor... —escuchaba una voz débil y desesperada que venía de él, Nox se acercó mas para poder escuchar mejor —. Por favor, ayúdame... Regresamela... Por favor... Te lo suplico... Su voz, no venía de los labios del chico, venía de los propios, y mientras más se acercaba, más claro hablaba. —Tú estás destinada a esto, Misery Nox —habló de nuevo aquella voz—, tú estás HECHA para esto, y no puedes escapar de ello. Y como si de una descarga eléctrica, el recuerdo volvió a su memoria. Nox se aterrorizó al instante, como si lo hubiese visto en ese mismo momento, pero quince veces más horripilante que antes. Comenzó a temblar de nuevo, y su garganta comenzó a quemar, amenazando con llorar. —Y-yo no-no lo hice a propósito, fue u-un accidente —su voz se estaba quebrando. —Entonces regresale lo que le pertenece, lo que le arrebataste. —¡No sé cómo! —habia caído con sus propios pies, y se arrastró hasta la pared sin dejar de ver la vacía mirada del chico —. ¡Y-yo no sé cómo! —¡HAZLO! —gritó el chico, Nox gritó como nunca había hecho en su vida, estaba aterrada —¡POR FAVOR, HÁZLO! ¡NO QUIERO SEGUIR ASÍ POR TU CULPA! ¡SOLO HAZLO! ¡REGRESAMELA! —¡NO, NO, NO! ¡FUE UN ACCIDENTE! ¡NO QUISE HACERLO! —¡ESTÁS DESTINADA A ESTO, MISERY NOX! —¡NOX, NOX! ¡DESPIERTA! Abrió los ojos, y sentía las lágrimas ahogando sus oídos. Estaba en la enfermería de la escuela, y nunca había estado ahí más que para visitar a Harry el día que intentó recuperar la piedra. Estaba llorando, y lo más seguro es que lo que decía, lo decía a viva voz en ese momento. Al estar consciente de que ya no estaba en un sueño, logró tranquilizarse ligeramente, pero las lágrimas tapaban sus oídos aún. Respiraba entrecortadamente, ya que el recuerdo seguía en su mente como si hubiera pasado ayer. No se giró a ver de quién se trataba aquella voz que la despertó, ahora se sentía aterradamente avergonzada. Solo se dedicaba a ver el techo alto de la enfermería, reflejándose en él el recuerdo de aquél chico y su propio reflejo. Quería olvidar ese sueño, quería olvidar ese recuerdo. —¿Estás mejor? —identificó la voz de Cho —. ¿Estabas soñando? —¿Qué hago aquí? —habló ya más tranquila, esquivando la pregunta, Cho ahora sabía que Nox no estaba dispuesta a hablar de aquello. —Te petrificaron —habló la de Cedric. —¿Qué? —soltó Nox sin entender. —Si, fuiste la siguiente, después de la gata de Filch —acercó una silla junto con Cho —. Pero... —Tardamos mucho en... Enterarnos... —siguió Cho, ayudando a su amigo, esa acción le recordó un poco a sus padres. —¿Cómo? —volvió a preguntar. —No apareciste en el partido, pensamos que simplemente no querías estar ahí, así que hasta el siguiente día nos enteramos, estabas muy escondida, mirando por la ventana, sin expresión alguna. —Cualquiera que pasaba, creía que solo estabas ahí, observando por la ventana —siguió Cedric. —Hasta que llegamos nosotros y nos dimos cuenta de que estabas petrificada. Nox sintió una presión en el pecho por tal noticia, no se había dado cuenta de que había sido víctima de el heredero de Slytherin, y sobretodo, que había salido viva, entonces en su mente empezaron a surgir mucho más dudas en ese momento, ¿Quién habrá sido? ¿Lo capturaron? ¿Sigue libre? ¿Qué fue lo que la petrifico? —No sabemos aún quién fue o qué pasó exactamente —dijo Cho—. Pero todo acabó, por fin, fuiste la última en despertar, ahora todos están festejando en el gran comedor. Nox frunció una vez más las cejas, y no se había percatado que ambos amigos estaban en sus pijamas, al igual que ella, pero llevaba el de la enfermería. A sus pies se encontraba la suya que habitualmente usaba, oscura como el tono de su cabello. —¿La última? ¿Hubo varios? —preguntó Nox. —¡Si! Fueron tres de Gryffindor y uno de Hufflepuff... —Y ningún Slytherin, que sorpresa. Nox intentó sentarse en la cama, pero sus piernas no funcionaban correctamente, tal vez pasó mucho tiempo ahí petrificada, sin movilidad y rígida como piedra, pensar en ello le daba escalofríos. La enfermería estaba iluminada por pocas velas, dándole un tono tenue y cálido, tal vez no pasaría de la media noche. Sus dos amigos le dieron privacidad para que se cambiara de pijama, ya que Nox decía que le deprimía ver colores tan opacos en el que llevaba. Cuando se bajó de la cama, calló de inmediato al suelo, y Cedric soltó una carcajada mientras Cho lo regañaba y ayudaba a Nox a ponerse de pie. Le pasaron unas muletillas de brazos por si aquello llegara a pasar, ya que al ser tanto tiempo, tardaría en volver a caminar con normalidad. Al estar lista salieron de ahí lentamente, ya que Nox aún estaba volviendo a aprender a caminar.  —Fue Harry el que terminó con todo esto —habló Cedric cuando iban avanzando por el pasillo. —¿Harry? ¿El enano cuatro ojos? —soltó Nox, rió—. Vaya, parece que le gusta meterse en problemas. Ya con eso me dice que ganarán la copa de las casa de nuevo. —Tambien su amigo Weasley —agregó Cho. —Con esos puntos podrían ganar la copa de las casas del año que viene. Tiene muchas cosas que explicarme. Al irse acercando al gran comedor, el bullicio se hacía más presente, y cuando entraron, era un gran banquete y celebración. Definitivamente estaban muy alegres de que todo se acabara, a pesar de que Nox no supiera qué era lo que se festejaba exactamente. A lo lejos divisó a su amigo, que platicaba alegremente con sus amigos Ron y Hermione, pero pareció ser que su mirada lo quemó desde ahí, porque se volteó para conectar con Nox. Esta sonrió con gracia, queriendo decir «¿Lo hiciste de nuevo?». Harry se acercó a ella y la llevó un poco lejos del bullicio que se escuchaba del comedor. —Vaya, no cabe duda de que salvaste al colegio... De nuevo —soltó Nox. —Claro, pon los pies en la tierra, oh, cierto, no puedes —se burló Harry. —Te daría una patada, pero cuando recupere la movilidad, te ganarás dos —rió Nox—. Pero cuéntame, ¿Qué fue lo que pasó? Veo que todo el mundo está festejando y no entiendo exactamente por qué. —Resultó ser que el heredero de Slytherin fue Voldemort —dijo Harry, Nox abrió mucho los ojos. —¡¿Estuvo en el colegio?!  —No, no, no, estuvo en un diario —Nox lo miró sin entender, al ver aquello decidió explicarse mejor —:Mira, Ginny Weasley tenía un diario que el padre de Malfoy puso en secreto en su caldero, ella lo utilizó, y resultó ser que este tenía una parte de él, por eso pudo manipularla a ella, ya que era muy vulnerable. —La utilizó para hacer todo... Vaya, eso es horrible —dijo Nox—. Ya veo por qué hay tanto alboroto. —Si, logré matar al basilisco, así que ya no hay ningún monstruo en la cámara secreta... —¿UN QUÉ? —volvió a exclamar Nox. —Si, vivía en la cámara de los secretos, se movía por las tuberías del colegio, tuvimos que entrar hasta ahí para... —¿Qué-qué? Guau, dejame analizar un poco. Tantas cosas habían pasado, pero... ¿En tan poco tiempo? Parecía algo imposible. Seguía digeriendo la información que estaba recibiendo, tal vez hubiese sido mejor que se lo escribieran en un libro, para poder leer con más calma. Un basilisco es lo que había visto, lo último que miró en el reflejo de la ventana. Sabía que un basilisco es una serpiente gigante y de mirada mortal. Se decía que con solo mirar a alguien a los ojos, el basilisco podía causarle la muerte instantáneamente. El reflejo... Por eso no había muerto, lo había visto indirectamente, atraves de la ventana. —Por Merlín... Guau, yo... Uff —soltaba Nox, sin saber qué decir. —No tienes que agradecer, con un pastel de chocolate de tu abuela me conformo —sugirió Harry, Nox soltó una risa. —Claro, como tú pusiste un cristal frente a mí... Por un instante a su memoria volvió aquél sueño, su reflejo... Hablándole con esa voz que le daba de nuevo escalofríos. Nox parpadeó varias veces. —Bueno, supongo que después me debes dar más detalles —dijo caminando de vuelta con los demás —. Y a todo esto, ¿Cuánto tiempo estuve petrificada? Debo de ponerme al tanto de las clases. —Pues, ya estamos en el último trimestre... ¡Oh, deja de hacer eso, me asustas! Nox había vuelto a abrir demasiado los ojos, ¡Siete meses! Tal vez más, pero se había perdido más de la mitad del curso, así que era evidente que estaba demasiado retrasada con todo, Hermione Granger le llevaba la ventaja al por mayor. ¿Cómo hará para pasar los exámenes? Debería de ponerse al corriente en ese mismo momento. —No me jodas, no voy a pasar los exámenes... —Tal vez te hagan una excepción, por, ya sabes... No poder estar en clases —intentó animar a Nox. —¡Oh no, mis padres me van a matar! —soltó Nox ya en la entrada del comedor, sin escuchar a su amigo —. Tendré que explicarles que estuve dormida por más de seis meses. Para fortuna de Nox, esa misma noche se anunció que los exámenes habían sido cancelados, y Lockhart ya no daría más clases, ya que no se encontraba en «condiciones», Nox volvió a ver a Harry en busca de explicaciones, pero este solo le hizo un gesto diciendo que luego le explicaría, así que se habían suspendido temporales las clases de defensa contra las artes oscuras. Y cuando menos todos se dieron cuenta, el sol abrazaba cálidamente a todos de regreso a Londres. Nox seguía usando las muletas, pero insistía que ya no las necesitaría más, pero no podía avanzar dos metros sin que una pierna se le doblara. El tren aminoró la marcha y todos empezaron a tomar sus cosas para salir de ahí. Cho estaba emocionada de poder ver a sus padres, ya que le habían prometido llevarla a un museo muggle en vacaciones, mientras que a Cedric le entusiasmaba ver a su madre y probar algo recién hecho para cuándo llegara a casa. Nox pudo distinguir a sus padres a lo lejos de la estación, deseó en ese momento correr hacia ellos, pero tuvo que ser al revés, aún así pudo rodearlos con un fuerte abrazo. —¡Oh, Nox! —abrazaba muy fuerte a su madre —¡Estábamos tan preocupados por ti! —¡Dumbledore nos juraba que estabas bien! —le siguió su padre—. Y veo que estás un poco del todo bien. —Claro que si, un poco defectuosa, pero ya mejoraré. Ellos ayudaron a Nox a bajar las cosas del tren y ponerlas en un carrito. Ya estaban empujando todo hasta la salida, cuando escuchó que le hablaban a lo lejos. Nox se dió vuelta, era Harry caminando a toda prisa, esquivando a las familias que aún se estaban saludando. —¡Nox! Antes de que te vayas, te quiero dar esto —le tendió un trozo de pergamino —. Es el número de la casa de los Dursley. —Oh, claro que estaría encantada de llamar a tu primo, Harry, apuesto que me extraña demasiado. —Él estaría encantado de que le pasaras tus saludos, no sin antes hablar conmigo, claro. Ambos rieron ligeramente, y Nox de nuevo volvió a ver aquél extraño brillo en los ojos de su amigo, el mismo que había distinguido la primera vez que se hablaron en Hogwarts. —Espero verte pronto. Y no te preocupes, te marcaré cuando pueda, Harry. Y dicho eso, regresó con sus padres para atravesar la pared de vuelta al mundo muggle.
1 Me gusta 0 Comentarios 0 Para la colección Descargar
Comentarios (0)