ID de la obra: 790

MISERY NOX

Mezcla
R
En progreso
1
Tamaño:
planificada Midi, escritos 218 páginas, 118.672 palabras, 26 capítulos
Descripción:
Publicando en otros sitios web:
Consultar con el autor / traductor
Compartir:
1 Me gusta 0 Comentarios 0 Para la colección Descargar

6. Figg y Granger

Ajustes de texto
Capítulo 6 Figg y Granger A la mañana siguiente, Nox, Cho y Cedric se encontraban tomando el desayuno. A pesar de poner en la mesa cosas tan sencillas, a Nox se le parecían las cosas más deliciosas que alguna vez haya probado. Claro, le encantaba lo que cocinaban sus padres y su abuela, pero el sazón que manejaba Hogwarts era muy distinto e inhumano. Poco después se acercó el profesor Flitwick a entregar los horarios, y Nox se sorprendió demasiado de lo apretado que lucía el suyo, a comparación del de Cho o Cedric, y eso que ellos iban a un curso más avanzado y difícil. Un alboroto los interrumpió: era Malfoy haciendo una extraña y muy mala interpretación de como se desmayaba mientras que los que estaban cerca en la mesa de Slytherin coreaban una fuerte carcajada. —¡Eh, Potter! —gritó Pansy Parkinson a sus espaldas, una chica de Slytherin que tenía la cara como un perro —. ¡Potter! ¡Que vienen los dementores, Potter! ¡Uuuuuuuuuh! Sintió la sangre hervir, no entendía el contexto, pero con sus amigos no tenía permitido meterse, así que se puso de pie, se giró y desde su mesa le gritó a Pansy: —¡Cállate, que las perras no hablan! Cho y Cedric la miraron como si hubiese lanzado una maldición imperdonable enfrente de todo el gran comedor, era muy raro que Nox soltara una mala palabra, y si lo hacía, es porque estaba de verdad enfadada. Pansy se volteó a ver a Nox con una expresión tan despreciable que se acercó retadoramente. —Que linda, la miseria defendiendo al debilucho de Potter. ¿Te gustan los asustadizos como él? Pobrecita —se burló la chica de Slytherin. —Oh, por favor, Parkinson, se nota tu envidia —se acercó también —. Malfoy no sería capaz de salvarte ningún pelo de esa peluca vieja que usas en esa cabeza tan vacía. —No sabía que recurrías a lo más bajo por falta de atención, Misery —metió la mano en su túnica, parecía que sacaría su varita, así que Nox hizo lo mismo—. Parece que tú parejita también, ¿O acaso no te lo contó? —Nox no respondió —¡No te dijo! Vaya, y yo creí que eran unidos... —¿Pasa algo, señoritas? —interrumpió el nuevo suplente de la clase de defensa contra las artes oscuras; el profesor Lupin que había llegado al gran comedor. —No, profesor —sonrió Pansy Parkinson. —No, profesor —contestó también Nox, con los dientes apretados. —Bien, así que es mejor que sigan con su desayuno, pronto tendrán que irse a clases. Pansy Parkinson se regresó a su mesa con una arrogante sonrisa, al contrario de Nox, que tomó asiento con las orejas rojas y las pecas brillando. —¿Qué rayos te pasa, Nox? —le regañó Cedric—¡Pudiste meterte en problemas! —Pero no fue así, además; ya era hora que alguien la callara, me desespera su estúpida voz. —¡Nox! —regañó esta vez Cho. —¡¿Qué?! —encogió los hombros — Yo solo dije la verdad. Además, no entiendo que quiso decir con que no me dijo nada. Esa maldita... —¿Qué te está pasando? Has estado muy agresiva últimamente —comentó Cedric. Nox miró a ambos amigos, sin entender a qué se referían. —Claro que no. Además, defendí a un amigo, así como los defendería a ustedes dos, o ustedes a mí —miró el reloj en la muñeca de Cho, tomó su mochila y horario —. Será mejor que me vaya de una vez, la torre de adivinación está lejos. Los veo después. Se puso de pie y caminó hacia la mesa de Gryffindor mientras se acomodaba de lado la mochila. De verdad que no comprendía a qué se referían ¿Agresiva? Eso sí que era muy raro en ella, y posiblemente tenían un poco de razón, ya que empezaba a tener impulsos que antes no tenía. Pubertad. Mientras avanzaba, se puso a pensar en su horario; tres materias en una sola hora, será una completa locura, y peor aún, junto a la sabelotodo de Hermione Granger, definitivamente será un muy largo año. Se posó por detrás de Hermione y le tocó el hombro con cuidado de no asustarla, ella se dió la vuelta y la miró sin entender, doblegandose ligeramente ante la oscura mirada de Misery Nox. —¿Pasa algo, Figg? O también vienes a gritarme —le dijo con una ceja alzada, Nox se cruzó de brazos. —Por si no lo sabías, defendí a mi amigo, que también es tu amigo, si tú —señaló a Harry con su horario —, además; se hace tarde, debemos irnos —hizo un gesto con la mano, Hermione no entendía a qué se refería —. Ya sabes... A tomar las CLASES —hizo énfasis en la última palabra, el rostro de Hermione tomó forma, entendiendo a qué se refería, parecía ser que lo había olvidado por completo. —¿Clases? ¿Tú también tienes esas diez mil asignaturas como Hermione? —preguntó Harry que se encontraba sentado al lado de Hermione. —Claro que no, solo un demente haría eso, y tú no estás tan cuerdo como... ¡Ey! Harry ya le había arrebatado el horario, Nox iba a luchar por él, pero ya era muy tarde, porque parecía ya habérselo grabado de memoria. Volteó a ver a Nox, buscando una explicación que ella desafortunadamente no le podía dar. —Al parecer también tienes tres clases a primera hora. —Si, ¿Y qué les importa? —defendió Hermione de inmediato—. No es problema de ustedes que nuestro horario sea algo apretado. Ya hablamos con la profesora McGonagall, tenemos todo bajo control. Instantes después, entró el nuevo maestro de Cuidado de Criaturas Mágicas, y guardabosques del colegio, o mejor conocido como Hagrid. Vestía un largo abrigo de topo, y llevaba un hurón muerto que balanceaba de una cuerda en su mano. Bastante elegante, se notaba que estaba emocionado por su primera clase, pero la elegancia se veía interrumpida gracias al animal muerto. —¿Va todo bien? —dijo con entusiasmo, deteniéndose camino de la mesa de los profesores—. ¡Están en mi primera clase! ¡Inmediatamente después del almuerzo! Me he levantado a las cinco para prepararlo todo. Espero que esté bien… Yo, profesor…, francamente… Les dirigió una amplia sonrisa y se fue hacia la mesa de los profesores,balanceando el hurón. Nox no conocía tan bien a Hagrid como el trio de problemas sentados frente a ella, y tampoco era que le emocionara mucho su clase, con tal de aprender... —Me pregunto qué habrá preparado —dijo Ron con curiosidad. El Gran Comedor se vaciaba a medida que la gente se marchaba a la primera clase. Ron seguía comprobando su nuevo horario. —Lo mejor será que vayamos ya. Miren, el aula de Adivinación está en el último piso de la torre norte. Tardaremos unos diez minutos en llegar… Empezaron a levantar sus cosas y se dispusieron atravesar el gran comedor. Al pasar al lado de la mesa de Slytherin, Malfoy volvió a repetir su muy mala interpretación de alguien desmayandose. Las estruendosas carcajadas volvieron a sonar hasta el vestíbulo. Nox le dió un ligero codazo a Hermione, y después señaló con la cabeza a un armario de limpieza que había cercas, aprovechando que Harry y Ron estaban distraídos enfrente de ellas. —Deberíamos ir a las otras dos materias primero, y después a adivinación, que es la de ellos —dijo Nox en voz baja. Hermione asintió. —Si, porque saliendo no dudarán en hablar del tema —dijo Hermione mientras se desviaban al salón de Aritmancia. Avanzaban entre los alumnos nuevos que buscaban sus respectivos salones, igual de perdidos como Nox la primera semana de su primer año. Ninguna de las dos no decía ni una palabra. Hasta que llegaron al aula. —¿Te parece si nos sentamos juntas? —preguntó Hermione, viendo los asientos del aula. Nox la miró raro —. Bueno, no debemos perder tiempo si queremos hacer todo bien y a tiempo. Nox pensó por un segundo, ya que tenía bastante razón, pero no sabía si estaba segura de querer compartir su lugar con Hermione Granger por el resto del año. No le caía del todo bien, y era personalmente su competencia, así que no sabía si le agradaría lo bastante como para aceptar, pero en ese momento su boca habló primero que su mente. —De acuerdo, pero no me hables tanto, me gusta prestar atención —dijo tomando asiento hasta el frente de la clase, como solía hacer siempre. —No hablo tanto, solo me gusta participar —se justificó Hermione. —Es igual. La clase de Aritmancia era algo interesante desde la primera actividad que les dejó la profesora Septima Vector. La materia consistía básicamente en numerología, un antiguo arte adivinatorio que se basa en el significado de los números y su relación con las letras. Se cree que cada letra del alfabeto tiene un valor numérico asociado, y al sumar estos valores para nombres, fechas de nacimiento u otras palabras clave, se pueden obtener interpretaciones sobre la personalidad, el destino y otros aspectos de la vida de una persona. Al salir de esa clase, ambas estaban muy satisfechas, pero no podían distraerse demasiado, ya que tendrían que regresar dos horas para tomar la clase de estudios muggles. Se adentraron al armario que un principio Nox había señalado. Hermione sacó el reloj de arena y la fina cadena de oro se la pasó a Nox por detrás de la nuca, batallando un poco por su enorme cabello negro. —Recuerda, solo dos vueltas —dijo Nox. —Sé que son dos vueltas —respondió Hermione. Nox solo giró la mirada. De pronto, sintió como sus pies flotaban ligeramente, pero no lograba ver algún cambio, solo sintió como el ruido de su alrededor se esfumaba y sentía los oídos taparse de la presión que se estaba ejerciendo. Finalmente por fin sintió los pies en el suelo de nuevo. Abrieron muy despacio el armario y asomaron la cabeza. —¡Esto es muy raro, mira, allá vamos! —susurró Hermione, mirando como dos cabelleras igual de alborotadas y de distinto color se marchaban al salón de Aritmancia. —Creo que me volveré loca —dijo Nox mientras salía del armario con disimulo, volvían a ser las ocho y cuarenta de la mañana. —Apenas es el primer día, eso déjalo para después de los exámenes —mencionó Hermione. —Lo que digas, Granger. —¿Por qué no mejor me llamas por mi nombre? —le sugirió mientras avanzaban al aula de estudios muggles —. Si vamos a estar juntas por el resto del año, será mejor empezar a tratarnos más en... Confianza. —Uhm, me parece bien, Jean —respondió Nox. Hermione la volvió a ver. —¿Jean? —Claro, tu me llamas por mi segundo nombre, si lo haces por el primero, tendré que llamarte por el primero también —explicó. —Si fuese así, ¿por qué a Harry no le dices James y a Ron, Bilius? —se cruzó de brazos. —Porque son casos diferentes, Jean —y en ese momento, Hermione se rindió. Llegaron al aula de estudios muggles, e hicieron exactamente lo mismo que la anterior clase; sentarse juntas hasta el primer lugar. A ambas se les llegó a cuestionar el por qué decidieron elegir tal materia si ellas ya sabían lo suficiente sobre los muggles, Hermione respondía que le interesaba ver la perspectiva que tenían los magos sobre ellos, Nox solo respondía que quería sacar el máximo provecho de lo que pudiese aprender, sea útil o no. En esa clase se pusieron a estudiar los tipos de comunicación no mágica que llevaban a cabo los muggles. Tenían que hacer una lista de cuales utilizaban y como funcionaban exactamente, algo muy fácil para ambas, que no era necesario sacar el libro de texto —Hermione aún así lo sacó —. «Telefono... Radio... », escribía Nox, pero una duda surgió de su cabeza de pronto, y no creía que llegaría el momento de hacer eso, pero sin embargo lo hizo: —¿Crees que la televisión funciona como medio de comunicación? —le preguntó a Hermione. —Yo creo que si, transmite noticias, aunque no siempre se eso... Nox asintió y siguió con su trabajo. Al igual que cuando salieron de Aritmancia, se dirigieron a otro lugar donde esconderse para volver el tiempo atrás, ya que no querían correr el riesgo de encontrarse consigo mismas regresando de la clase de Aritmancia, ya que aún no sabían cómo funcionaba exactamente el viaje en el tiempo. Ambas chicas seguían sorprendidas sobre como podían viajar tan solo unas horas atrás y tomar ahora ya dos clases, tal vez no al mismo tiempo... ¿O si? Salieron con precaución por debajo de unas escaleras y se reincorporaron a Harry y Ron, que seguían hablando exactamente lo mismo que hace horas atrás... O segundos. Nox y Hermione se miraron entre si, cómplices de lo extraño que era aquello, porque ellas ya llevaban más de cuatro horas juntas, pero para los dos chicos eran solo segundos en los que jamás se percataron que no estaban. Avanzaron hasta el séptimo piso de la torre donde se encontraba el aula de adivinación, bufando cada vez que podían de lo cansado que era subir tantas escaleras, rogando que existiera algún atajo. Nox opinó que deberían de poner elevadores en la escuela, así uno no caminaba demasiado, Ron no tenía ni idea de qué era aquello, pero estaba de acuerdo. Subieron por la trampilla que los dirigió al aula de adivinación, que de salón de clases no tenía nada, ya que parecía un extraño y viejo pub de té. De las sombras salió la profesora, indicando a todos que tomaran asiento, así que los cuatro se sentaron en la misma mesa redonda. Nox se sentó al lado de Harry, ya que si pasaría demasiado tiempo con Hermione, debería de tomar un descanso de ella de vez en cuando. Su amigo pareció tensarse o temblar ligeramente, cosa que Nox no entendía, pero no logró prestar atención en ese momento, porque la maestra se dirigió a ella con los ojos muy grandes. —Oh, mi niña... Tú... —empezó, trabandose ligeramente —... Tu madre, tiene un gran secreto guardado... —¿A qué se refiere? —preguntó, Nox. Empezaba a preocuparse. —No, no, no. No te lo puedo decir yo... —después se dirigió a Harry—. Oh, muchacho, deberás ser un poco más prudente con ella, porque solo te querrá ayudar —vió a su amigo ponerse muy rojo, pero no dijo nada. Nox seguía con su cara de confusión, pero no terminó ahí:—Y tal vez te arrepientas de eso, pero dale tiempo al tiempo —y se marchó al otro lado del salón, asustando ahora a Neville con algún tema sobre su abuela. —¿A qué se refería la profesora? —preguntó Nox a Harry. —No tengo ni idea —respondió mientras le temblaba la mano e intentaba recuperar su tono de piel habitual. Después de que Neville rompiera una taza, todos llenaron las suyas con la caliente infusión de té, la bebieron y dieron vueltas en estas, para ponerlas boca abajo hasta que cayera la última gota. Sacaron sus libros y pasaron las hojas hasta la página 5 y 6. Nox y Harry intercambiaron las tazas, mientras que Ron y Hermione hacían lo mismo con las suyas. —Bueno, qué dice la mía —le preguntó Nox, mientras revisaba las páginas del libro. —Una masa asquerosa, ¿Segura que te lavaste los dientes? —decía mientras giraba la taza. —Muy gracioso, cuatro ojos, claro que lo hice... Anoche... —dijo por lo bajo, Harry aguantó una carcajada —. Yo veo en la tuya... Uhm... —miró por un segundo, y después el libro —, creo que estoy mal. —¿Qué dice? No me vayas a decir que es algo malo, como espera la profesora Trelawney —Nox lo vió, dándole la respuesta a su pregunta —. Solo estás jugando. —Hay como una especie de... Uhm, no sé cómo explicarlo, pero en el libro indica muerte... —intentaba hacer sonar sus palabras lo más suaves y delicadas que pudiese —, una calavera... Eh... —no sabía si seguir girando la taza, así que mejor la puso de nuevo en su lugar —. Mejor lee la mía. Harry, sin entender muy bien la reacción de su amiga, empezó a interpretar la de ella: —Esto parece una huella... Según son caminos, pero está a la mitad, o sea que son caminos separados —empezó a girar la taza, como llegó a hacer Nox —. Creo que esto es una especie de hongo, tal vez significa... Uhm... —Oh, por Merlín, Harry, eres muy lento y malo en esto —rió por lo bajo Nox—. Si quería que me dijeras palabras al azar, te hubiese pasado mejor un diccionario. La profesora Trelawney se había acercado a la mesa con un rastro de disgusto en su rostro, Nox guardó silencio de inmediato, fingiendo inocencia. —Dejame ver eso, querido —le dijo a Harry, pero antes de que este reaccionara, ya le había quitado la taza de Nox de las manos. Empezó a analizarla, todo el aula se mantuvo en silencio, esperando a que dijera algo, pero eso no llegaba. Su cara empezaba a torcerse con miedo, alterando a Nox —. No, no, debe... Debe de haber... No. —¿Qué? —preguntaron Nox y Harry al unísono. —Tú, no, debe ser una confusión, tú... no, un dementor, no...—le regresó la taza a Harry con cierta brusquedad, y mejor tomó la otra, que estaba frente a Nox—. La calavera… peligro en tu camino… Nox se hizo pequeña en su lugar, evitando que su amigo la viera, ya que por su culpa ahora todos los miraban sin apenas respirar y sin moverse. La profesora Trelawney dio una última vuelta a la taza, se quedó boquiabierta y gritó. Oyeron romperse otra taza; Neville había vuelto a hacer añicos la suya. La profesora Trelawney se dejó caer en un sillón vacío, con la mano en el corazón y los ojos cerrados. Nox sintió sus instintos alterarse al ver a la profesora así. —Mi querido chico… mi pobre niño… no… es mejor no decir… no… no me preguntes… —¿Qué es, profesora? —dijo inmediatamente Dean Thomas. Todos se habían puesto de pie y rodearon la mesa donde estaban sentados, acercándose mucho al sillón de la profesora Trelawney para poder ver la taza de Harry. —Querido mío —abrió completamente sus grandes ojos—, tienes el... El... —El grim —completó en un susurro, Nox, uno muy claro que todos voltearon a verla con curiosidad. Ella solo se mantuvo ahí, rígida.j —¿El qué? —preguntó Harry, más para Nox que para la profesora. —¡El Grim, querido, el Grim! —exclamó la profesora Trelawney, que parecía extrañada de que Harry no hubiera comprendido—. ¡El perro gigante y espectral que ronda por los cementerios! Mi querido chico, se trata de un augurio, el peor de los augurios… el augurio de la muerte. Nox parecía volver a su actitud del primer día de clases en Hogwarts hace dos años, evitando mirar a Harry tan siquiera a los ojos, o hablarle, ya que se sentía muy apenada de lo que había pasado y de lo que había dicho en la clase de adivinación. Sentía demasiada vergüenza y culpa en ese momento. Cuando bajaron por la escalera de mano, Nox decidió ponerle presión a sus pies para desaparecer de ahí, en dirección a las mazmorras, donde sería la clase de pociones, ya que por lo pronto no tenía que compartir otro retroceso de tiempo con Hermione. —¿Nox, estás bien? —le preguntó Terry a Nox ya estando en la mazmorra, una clase compartida con Hufflepuff—. Te ves un poco... Aterrada. Nox asintió frenéticamente, intentando olvidar lo que había pasado, pero otros alumnos de que si estuvieron en la clase de Adivinación empezaron a cuchichear entre ellos, hablando sobre el augurio de muerte que había visto Nox y la profesora Trelawney en la taza de Harry. En clase aprendieron sobre la poción de calmar temporalmente la ansiedad y el pánico durante un ataque de terror. Nox rogaba porque le saliera bien, ya que le haría de mucha ayuda tomar un litro de ella.
1 Me gusta 0 Comentarios 0 Para la colección Descargar
Comentarios (0)