11. Un partido y una perdida
12 de septiembre de 2025, 13:18
Capítulo 11
Un partido y una perdida
Las vacaciones de semana santa se hicieron presentes, bueno, si hacer deberes hasta el amanecer era tener vacaciones, Nox no quería las vacaciones de verano.
Cho se comenzaba a preocuparse por el aspecto que estaba comenzando a transformar a Nox, que estaba empeorando con el paso de los días; tenía los ojos tan hundidos en ojeras que parecía un mapache viejo. El cabello ahora solo se limitaba a amarrarlo con una agujeta, tal vez intentaba darle un mejor aspecto, pero solo lo hacía porque este no se le iba hacia enfrente y veía mejor sus libros.
Hermione no tardó mucho en darle una solución a Nox sobre qué hacer cuando tenga clases de adivinación y otra más, relajando a la pelinegra ligeramente. Ambas parecían más unidas que nunca; pero realmente solo se trataba de una gran coincidencia, ya que al cargar casi la misma cantidad de materias, prefirieron ayudarse entre ellas y terminar lo más rápido posible la montaña de deberes que cargaban cada vez que llegaban a la biblioteca.
Definitivamente Nox quería que acabar con todo, sobretodo porque estar tanto tiempo con Hermione Granger no le ayudaba demasiado, si al menos le agradara, sería un poco más sencillo, pero no lo era.
Cada que Hermione podía, le preguntaba que había sucedido entre ella y Harry en la última salida de Hogsmade. Nox dudaba en si responder o no. Finalmente lo hizo cuando le reveló que él solo evitaba la pregunta o simplemente se negaba respondiendo un «no pasó nada». Evidentemente eso molestó a Nox, así que le soltó toda la sopa.
Hermione solo se dedicaba a negar con la cabeza cada vez que la Ravenclaw mencionaba una palabra detonante. Algo muy extraño que pasó, fue que un día que se encontraban apuradas con sus tareas (como siempre), Terry Boot se acercó a Nox, saludando y preguntando cómo estaba ella.
-Esto... Bien, gracias -respondió Nox, con bastante vergüenza.
-Sabes, deberíamos olvidar lo que pasó la última vez en Hogsmade -tranquilizó-, nos sirve como anécdota, y algo gracioso que contar para un futuro, ¿no crees?
Nox sonrió, aún con bastante vergüenza.
-Tienes razón, fue algo absurdo -estuvo de acuerdo, Nox.
-Y divertido.
-Si, sobretodo -una risita se le salió de los labios -. Perdón por ignorarte y evitarte; aún me ciento muy avergonzada por aquello.
-No te preocupes, Nox, todo a su paso.
Desafortunadamente no pudieron seguir conversando, ya que la Ravenclaw debía volver a sus deberes. Hermione le dirigía a ella una mirada severa, como si de algo malo hubiese hecho, Nox no tardó en preguntar qué pasaba, pero la Gryffindor solo se dedicó a responder con un seco «nada» y volver a lo suyo.
Ambas se quedaban ahí en la biblioteca de sol a sol, y todavía seguía cada quien en su sala común. «Deberías de dejar algunas materias, se ve que apenas puedes con ellas», le sugería Cho con bastante preocupación, pero Nox solo se negaba, quería aprender todo lo que pudiese, absorber el máximo de conocimiento que se le ofreciera. Quería darle orgullo a su familia, como siempre solía hacer.
El ambiente en el colegio comenzaba a cambiar. Todos estaban muy emocionados y alterados por el partido de quidditch que se aproximaba: Gryffindor contra Slytherin.
Nox comenzaba a tener algo de compasión con Harry, intentando olvidar lo que había pasado con Terry, pero era más por el simple hecho de que este le comenzó a hablar de nuevo, intentando recordar aquello como una experiencia graciosa que podrían recordar, y que no debería de avergonzarse. Eso más avergonzó a Nox.
Una tarde, Oliver Wood, se acercó a Nox, pidiendo de favor que si le ayudaba a mantener a salvo a Harry. Nox frunció bastante las cejas, ya que ella no era una niñera. Terminó cediendo a regañadientes, porque los Slytherin hacían lo que sea con tal de que algún Gryffindor (y sobre todo si era del equipo de quidditch) pasara algún mal momento, y si se podía, un accidente.
-Wood es un imbecil -se quejaba Nox, caminando entre la gente que ahora rodeaba a Harry -. No solo basta con ser tu niñera, sino que ahora soy tu guardaespaldas y saco de boxeo.
-Entonces, ¿por qué aceptas? -preguntó Harry, intentando seguirle el paso.
-Porque eres demasiado estúpido como para saberles poner un alto adecuadamente a los de Slytherin -dijo con sarcasmo-. Además, ni creas que no sigo enojada contigo.
-No lo creo -su voz sonaba arrogante y divertida.
Tal vez tenía razón, o tal vez no. Tal vez más lo segundo. ¿O no?
Nox tenía una mirada tan oscura y quemadora, que aún seguía asustando a muchos, tanto de su propia casa, como de otras, algo de lo que Nox estaba muy acostumbrada, y de alguna manera debía aprovecharla.
En la mañana del partido, se sentía la euforia al entrar al gran comedor. Cedric y Cho estaban muy emocionados a pesar de no ser de Gryffindor, a Nox le costaba admitir lo mismo. Los silbidos y aplausos retumbaron por todo el lugar cuando el equipo de Gryffindor entró, Nox solo aplaudía con gracia. Se había tomado la oportunidad de presenciar el partido, ya que los nervios no la dejaban en paz como para continuar con su montaña de libros.
Parecía ser que todos, a excepción de Slytherin, llevaban algo rojo. Nox tenía el flequillo de enfrente con dos broches, rojos como el color de la casa Gryffindor, mientras que en las mejillas tenía pintada una raya por cada color. Cedric y Cho llevaban el mismo maquillaje, y accesorios de los mismos colores.
En ese momento sería pésima idea ser de Slytherin, ya que eran muy pocos con apoyo, mientras que el resto del colegio estaban evidentemente en su contra.
Rato después, la gran ola de rojo y dorado se dirigió al campo de quidditch, a contemplar el juego más sucio que jamás abrían presenciando:
-¡Capitanes, dense la mano! -ordenó la señora Hooch. Apenas y se escuchaba su voz desde las tribunas
Flint y Wood se aproximaron y se estrecharon la mano con mucha fuerza, como si intentaran quebrarle al otro los dedos.
-¡Ahora, monten en las escobas! -dijo la señora Hooch sobre el rugido del público-. Tres... dos... uno...
Empezó el partido, y las faltas empezaron a llover como diluvio en un desierto; a Angelina la tumbaron de su escoba por haber metido el primer gol del partido. Los abucheos para Slytherin no tardaron ningún segundo en retumbar por el campo.
-¡Basta! -gritó la señora Hooch, metiéndose en medio a toda velocidad-. ¡Penalti para Gryffindor por un ataque no provocado sobre su cazadora! ¡Penalti para Slytherin por agresión deliberada contra su cazador!
-¡No diga tonterías, señora! -gritó Nox desde la grada, la adrenalina la estaba consumiendo. La señora Hooch pitó y Alicia retrocedió para lanzar el penalti.
-¡Vamos, Alicia! -gritó Lee en medio del silencio que de repente se había hecho entre el público-. ¡SÍ, HA BATIDO AL GUARDIÁN! ¡VEINTE A CERO PARA GRYFFINDOR!
El público celebró y volvió a guardar silencio cuando fue el turno de Wood en parar el penalti.
-¡Wood es un soberbio guardián! -dijo Lee Jordan a la multitud, mientras Flint aguardaba el silbato de la señora Hooch-. ¡Soberbio! Será muy difícil parar este golpe, realmente muy difícil... ¡SÍ! ¡NO PUEDO CREERLO! ¡LO HA PARADO!
Nox y Cho saltaban de felicidad, mientras Cedric daba golpes al aire de triunfo. Más celebración para los Gryffindor.
A lo lejos, distinguió a Harry, que cambió su expresión repentinamente, dio la vuelta con la Saeta de Fuego y se dirigió a toda velocidad hacia el extremo de Slytherin. Malfoy fue tras él de inmediato como se dio cuenta.
-¡Ha visto la snitch! ¡Ha visto la snitch! -zarandeaba a su amiga por el hombro, despeinandola, mientras apuntaba hacia los aros del equipo de Slytherin.
Divisó cómo lograba esquivar una bludger, desviada por Derrick, el gigantesco golpeador de Slytherin, se aproximó y le pasó a Harry rozando como una mosca a un cristal. Vio como una segunda bludger le había arañado el codo, ahogando un grito. El otro golpeador, Bole, se aproximaba. En el último segundo viró con la Saeta, y Bole y Derrick se dieron un batacazo, más gritos de celebración.
Las faltas en el juego estaban mareando a la señora Hooch, que cada cinco minutos se escuchaba su silbato, anunciando otra falta más y otro penalti para uno de los equipos. Las bludgers estaban siendo golpeadas en momentos indebidos, y chocaban en los estómagos de los jugadores, haciendo enojar a muchos en el público.
Gryffindor sacaba sesenta puntos de ventaja. Y si Harry capturaba la snitch, la copa era suya. El equipo de Slytherin necesitaba una clase de milagro para poder superar ese puntaje, antes de que el equipo contrario capturara la snitch. Harry sobrevolaba el campo por encima del nivel de juego, con Malfoy siguiéndolo a toda velocidad.
De pronto vio a Harry acelerar a toda velocidad unos metros arriba de él, había vuelto a ver la Snitch. Estiró la mano, pero no podía alcanzar la pequeña pelota dorada, ya que Malfoy se había lanzado hacia delante, había cogido la cola de la Saeta y la tiraba de ella.
Nox sentía la sangre hervida desde su punto de vista, mirando con desprecio a Malfoy, cuando de pronto sintió los pies al aire, parpadeó varias veces y se asustó de la vista que tenía; estaba montada en escoba con el uniforme esmeralda de Slytherin. No entendía que estaba pasando. Alzó la mirada y se asustó bastante, estaba tirando de la cola de una escoba muy familiar...
-¡Serás imbecil!
Escuchó como Harry se dirigió a Nox de aquella forma. Volvió a ver hacia abajo, y el suelo se encontraba demasiado lejos, a cientos de metros, o más, haciéndola gritar y aferrarse a la escoba justo cuando estuvo a punto de caer al soltar la cola de la Saeta de fuego.
«¡¿Qué está pasando?!», pensaba Nox, mirando al público de Gryffindor abucheando fuertemente desde la gran altura que estaba.
-¡Penalti! ¡Penalti a favor de Gryffindor! ¡Nunca he visto tácticas semejantes! -chilló la señora Hooch. Nox parpadeó varias veces y vió desde su lugar al árbitro saliendo disparada hacia el punto donde Malfoy volvía a montar en su Nimbus 2001 con una cara bastante confundida.
-¡VIL CERDO, VIL TRAMPOSO! -gritaba Lee Jordan por el megáfono, alejándose de la profesora McGonagall-. ¡ASQUEROSO HIJ...!
Nox seguía con la sensación de el aire golpeando sus oídos, y el vértigo de la gran altura de dónde se encontraba ya hace unos segundos.
«Tal vez me quedé dormida por unos instantes», intentó calmarse, Nox. «No he dormido bien en días»
De pronto...
¡ FUUM !
Una bala humana de color escarlata pasó a una velocidad impresionante, abriéndole paso a la cazadora de Gryffindor, que logró anotar otros diez puntos, quedando 80 a 20. La bala volvió a pasar de regreso. Vió que Harry se pegó al palo de la escoba cuando Bole le lanzó una bludger... estaba ya ante los tobillos de Malfoy... a su misma altura... se echó hacia delante, soltando las dos manos de la escoba. Desvió de un golpe el brazo de Malfoy y recuperó la postura, con la mano en el aire. Harry sobrevoló a la multitud con la pequeña pelota dorada fuertemente sujeta en su puño, batiendo las alas desesperadamente contra sus dedos.
-¡SI! ¡SI! ¡GANARON! ¡GANARON! -saltaba Nox junto a sus dos amigos con bastante felicidad.
No se dio cuenta cuando ya se encontraban en el campo de juego. Muchos lloraban, gritaban, saltaban y batían los brazos con felicidad, Nox era una de ellas. Sabía que no era su casa la que ganó, pero con tal de ver a Slytherin perder, era motivo de celebración.
El equipo completo descendió para unirse al resto del colegio en la celebración. La gente le empezó a abrir paso, así que Nox logró avanzar y quedar por detrás de su amigo, que la gente seguía dándole palmadas en la espalda, festejando.
-¡Harry! ¡Lo lograste! -este se dió la vuelta cuando escuchó la voz de la rizada, con la cara roja de adrenalina y euforia.
Tenía el cabello mucho más alborotado que nunca, gracias al aire de las grandes alturas de dónde estaba. Se acercó a ella para escucharla mejor, con aquél brillo tan sospechoso que ha visto Nox desde su primer año. Ella se había olvidado por completo lo que había pasado unos minutos antes, ya no sentía el viento ardiendo sus oídos, y ya no recordaba que estaba enojada con él, solo sentía felicidad y orgullo.
-¡Han ganado, cuatro ojos! ¡Has gan...!
Quería decir lo orgullosa que estaba, lo feliz que se encontraba, y lo bien que lo había hecho.
Nadie se lo esperaba.
El equipo de Gryffindor no se lo esperaba.
Ron y Hermione no se lo esperaban.
Cedric y Cho no se lo esperaban.
Nox no se lo esperaba.
Harry sí.
No la había dejado terminar sus palabras. Sentía como de repente las orejas comenzaron a arder. La Snitch le hacía cosquillas en la mejilla, ya que no la había soltado desde que la capturó. No sabía qué hacer, y por alguna razón no le disgustaba, y no se inmutó en separarlo.
Los gritos de los demás le aturdían los oídos, no entendía lo que decían, pero entre esas voces distinguió la de sus dos mejores amigos.
Cómo si de unos imanes se tratarán; a los dos polos opuestos los separaron. Habían jalado a Harry a la celebración. Entre muchos, levantaron al equipo de Gryffindor y los llevaron a las gradas, donde se encontraba Dumbledore con la gran copa de quidditch.
Nox se movió de su lugar, todos pasaban para seguir con el festejo, pero ella seguía intentando procesando lo que acababa de pasar. Pudo ser algo de segundos, pero para ella fue una eternidad que no lograba procesar. Tenía el corazón latiendo al mil por hora, y en su mente no lograba llegar a una conclusión. Definitivamente el quidditch saca todo de ti.
◦•●◉✿◉●•◦
-¿Es verdad que ustedes están saliendo?
-¡Tal vez solo sale con él porque ganó la copa!
-Yo creo que han terminado, no los he visto juntos. Debe see porque se dió cuenta que Misery Nox es realmente terrorífica.
Muchas preguntas y comentarios le llovieron a Nox durante toda una semana. La euforia de que Gryffindor haya ganado la copa no fue suficiente para los demás; también querían saber que significaba el beso que Harry le había robado a Nox al final de ese partido, y Nox empezaba a armar el rompecabezas. Ahora entendía sus extrañas reacciones cuando ella estaba cercas.
-Eso explica lo del barro -dijo Cedric en un susurro. Se encontraban al fondo de la biblioteca -. Estaba celoso de que estuvieras con Terry.
-Si, pero... No entiendo por qué lo hizo... -decía Nox.
-Porque le gustas, Nox -dijo Cho, con un tono de obviedad -. Él a veces se le van de la mano las emociones, ya lo ha demostrado antes. Y eso que tú lo conoces mejor que yo.
No soportaba la idea de no hablarle, pero gracias a aquél suceso mejor lo evitaba a toda costa. Durante los siguientes días y toda la semana se negaba verlo o sentarse junto a él, y para mala suerte suya, compartía demasiadas clases con él.
Así como ella evitaba a Harry: Terry evitaba a Nox. En una clase que compartían, Nox se acercó al chico, con las manos templorosas y los ojos opacos, rogando que escuchara.
-Terry...
-No, Nox, no quiero hablar -decía mientras guardaba su libro de runas antiguas.
-Por favor, yo solo quiero hablar contigo, explicarte las cosas -suplicaba.
-No digas nada -se detuvo en seco frente a ella -. Yo lo ví todo, y todavía tienes el descaro de venir a justificarte.
-No estoy intentando eso. Yo solo... -queria que las palabras, pero no pasaba nada -. Nosotros no estamos saliendo, ni nada parecido. Fue algo que pasó de repente, en el momento.
-Claro, entonces los amigos se besan -se miraba muy molesto.
A Nox no le gustaba que lo mirara de esa manera. Le encantaban sus ojos, pero no como eran usados en ese momento.
-Yo n-no lo hice -le comenzaba a temblar la voz.
-No, pero lo seguiste -Terry suspiró pesadamente al ver qué Nox no tenía algo más que decir, ya que era verdad lo que él decía -. Sé que no somos nada, estás en tu derecho de hacer lo que quieras. Me hubiese gustado más que fueras honesta conmigo. Gracias por tomarte el tiempo de pasar el rato, a pesar de tener tantos deberes pendientes. Nos vemos después, Nox.
Se colgó la mochila al hombro y le rozó el hombro. Mientras lo veía marcharse, en su mente seguía buscando la forma de explicar las cosas, pero jamás salieron más palabras de su boca, nunca las encontró. Hermione se acercó a ella, con lentitud, como si de un lobo herido se tratara.
-Tenemos examen, Nox -le dijo en un susurro, respetando los sentimientos que tenía en ese momento.
La actitud de Hermione era un tanto extraña, había momentos en que no sabía si estaba enojada, y otros si estaba preocupada, o rencorosa. Era evidente que ella sabía lo que sentía Harry por Nox; era su mejor amiga. El ver el constante rechazo que daba Nox, molestaba un poco a Hermione, pero al ver su esfuerzo ante Terry, sabía el por qué de sus acciones.
-Claro... Esto, gracias, Jean -se aclaró la garganta, Nox-. Perdón por hacerte esperar.
El corazón de Nox se había roto, y todo por una reacción de segundos que desafortunadamente le tocó a Terry presenciar. Aunque, independientemente de que lo haya visto o no, se enteraría tarde o temprano, y tal vez sería peor.
Terry le gustaba, y bastante, pero ver qué su oportunidad de estar con él se iba del aula de runas antiguas le apachurraba todo el pecho.
La semana de exámenes era muy estresante, y Nox había perdido la cabeza en sus apuntes, al menos así podía olvidar un poco a Terry.
En esos momentos se encontraba bastante desanimada ya no le interesaba ser la mejor de la clase; Hermione Granger era mucho mejor alumna que ella, y por más que se esforzara, no lograba ser igual de buena.
Nox era muy buena en la teoría, pero pésima en la práctica, mientras que Hermione era bastante buena en ambas cosas. Por ejemplo: en su exámen de transformaciones, logró que su tetera se convirtiera en una tortuga, pero el error era que la tortuga seguía siendo de porcelana, eso casi ponía a llorar a Nox, se había esforzado demasiado para dar un resultado tan vergonzoso como ese. Mientras que Hermione juraba que su tortuga era mucho más galápago, cosa que no le afectaba en nada, ya que al final de cuentas seguía siendo una tortuga.
Nox tenía la sensación de que le iría muy mal hasta en el examen de Cuidado de Criaturas Mágicas, y eso que fue el examen más fácil que todos hayan tenido, debe ser uno muy idiota reprobar el ver gusanos hacer nada.
En el penúltimo exámen, Nox intentó con todas sus fuerzas lograr pasar el boggart que se encontraba en un tronco, que era una prueba en la carrera de obstáculos que había formado el profesor Lupin. Al entrar por el tronco, se estaba preparando, ya que tenía una idea de lo que se aproximaba. Alzó la varita, muy decidida y pensando en lo que se podría convertir su nuevo miedo.
¡ Crack!
El chico en silla de ruedas apareció frente a ella, Nox estaba lista para decir las palabras, pero el chico comenzó a hablar:
-Tú nunca serás mejor que nadie -lo miraba con sus ojos vacíos. Su ceja empezaba a fruncir, dándole una mirada furiosa -. Tus padres esperan todo de ti... Y así les respondes...
-¡R-riddikulo! -intentaba decir Nox, pero no funcionaba.
¡C rack!
Se convirtió en su madre, con la barriga de cinco meses que había en la fotografía, la mirada furiosa y decepcionada. Ya no sabía distinguir entre lo malo y lo peor. Sus esfuerzos académicos eran gracias a su madre, quería llegar a ser alguien como ella, lista, brillante y astuta, una digna de Ravenclaw.
-¿Así quieres darle el ejemplo a tus hermanas? Me parece vergonzoso tener a alguien como tú como hija, alguien que quiere tirar la toalla por cosas tan tontas...
-No... No eres real... -intentaba convencerse.
¡Crack!
-Deberíamos regresarte al orfanato -decia su padre, con la misma expresión que su madre -. Tal vez así no hagas tanto estorbo, en nuestro hogar no cabe gente que no hace ni el más mínimo esfuerzo.
Había comenzado a llorar, tanto que ni siquiera podría pronunciar media palabra. Quería que pararan, pero no tenían la intención de hacerlo, lo sabía.
-¿De qué ha servido todo lo que te enseñamos? -seguía diciendo sin alguna suavidad en su voz, algo que jamás había escuchado de su propio padre -. Debes de regresarle lo que es suyo, Misery Nox. ¡Tú se lo quitaste! ¡Por tu culpa está así! ¡HÁZLO!
¡Crack!
Un enorme panal de abejas cayó desde lo más alto para estrellarse en el suelo. Comenzaron a rodear a Nox de cuerpo completo, esta empezó a gritar con desesperación, intentando quitárselas de encima. Volteó para todos lados, hasta que vió una abertura y salió de ahí corriendo, gritando y llorando sin dejar de intentar quitarse las abejas de encima.
-¡Nox! -dijo el profesor Lupin sobresaltando -¿Qué ocurrió?
-¡LAS ABEJAS! ¡LAS ABEJAS! -gritó apuntando al tronco, pero estas ya no estaban ahí -. Y-yo... No pude... No pude, me va a reprobar, no lo logré...
-¡No, Nox! Hiciste lo mejor que pudiste, solo esa última prueba te faltó, como a muchos -intentaba calmarla, pero Nox negaba muchas veces con la cabeza, como si todavía intentará quitarse las abejas de encima.
No quería escuchar, demasiadas cosas en su cabeza, y ahora pensar que sus padres estarían decepcionados de ella lo hacía peor. Estaba comenzando a confundir lo que era real y lo que no. ¿Qué le estaba pasando?
El profesor Lupin intentó tranquilizarla, no quería que se fuera de esa forma, así que cuando vió que había dejado de llorar y solo había quedado un ligero escalofrío, le pidió a Padma que ya había concluido su examen a acompañarla de vuelta a la sala común.
La tomó de un brazo y la guío de vuelta al castillo, evitando hablar, pero las voces de sus padres seguían taladrando su mente, sentía como si aquello fuera una señal, o algún tipo de mensaje, ¿pero de qué?
-He visto a mis padres -dijo de repente, Nox, que seguía temblando -. ¿Alguien más me vió?
-No, fuimos de las últimas personas -Nox suspiró-. ¿Quieres contarme de lo que viste?
-Fue algo tonto... No puedo diferenciar entre gente real y un boggart...
-Pero por algo te afectan tanto, Nox -empezó a empatizar, Padma -. Se que no somos amigas, o conocidas, o lo que quieras pensar, pero me preocupas.
Aquello hizo a la rizada voltearla a ver, impresionada y algo desconfiada.
-¿Cómo por qué te preocuparías por mí? Te asustó, te sientas hasta la otra punta del asiento en clases, y tiemblas cuando te veo.
-Tal vez, pero veo que eres muy distinta a lo que... Luces -intentó cuidar sus palabras -, podria decir que me agradas un poco, y por eso también me preocupo. Siempre he escuchado a Harry y Ron decir que eres una persona muy agradable, escalofriante, pero agradable.
Más sorpresa se vió reflejado en el rostro de Nox, sin entender todavía todo. No le gustaba ser grosera, e intentaba no serlo, pero su desconfianza la estaba impulsando, cuestionando la actitud de Padma Patil.
Llegaron frente a la puerta de la sala común y dijeron el acertijo. No quiso responder o incluso hablar, ya que su su cerebro comenzó a tranquilizarse y llenarse con alguna otra preocupación, como su último examen, así que solo se limitó a agradecer a Padma por haberla acompañado hasta ahí, tal vez era algo que necesitaba y no sabía.
La chica solo respondió «cuando gustes, aquí estoy». Nox sonrió.