ID de la obra: 797

A orillas del secreto

Het
NC-17
En progreso
3
Emparejamientos y personajes:
Tamaño:
planificada Midi, escritos 37 páginas, 16.316 palabras, 15 capítulos
Descripción:
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Capítulo 13 Tinta del pasado

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Penélope no responde, en un principio pensé que era por Anthony o nuestro beso mágico que la había dejado sin palabras, pero esto era algo más. Como si estuviera en un trance del que no pueda despertar. Corremos a la casa con ella. Ya lidiamos con los problemas con Anthony luego, esto es más importante. –Penelope, vuelve conmigo –digo mientras corro con ella en brazos. –Tranquilo cariño. Llévala a mi habitación. Nadie nos molestara–dice mi madre, con una calma reconfortante. Subimos las escaleras y la depositó suavemente en el colchón. Aun se notan las rojeces de nuestra pasión…¿había sido demasiado brusco para ella? –Deja de pensar eso… –¿El que ? –digo sobresaltado. –Si pensara que le haría daño, no los habría dejado solos–sonríe–crees que no me di cuenta. –Qué más podría ser madre, estoy preocupado. –Dejemosla descansar, los recuerdos pueden aturdir–añadió mientras apartaba rizos del rostro de Penélope – ¿No recordaste nada más, querido? Me quedo parado… es verdad tendría que recordar alguna cosa mas seguro, pero con la vorágine de los besos y mas creo que perdí si recordé algo mas. –Descansa tú también querido, seguro que cuando despiertes tendrás cosas nuevas que contar. –Supongo que tienes razón. –Cualquier cosa, llámame. –Si si te lo diré–asentí sin pensar mucho más. Sale de la habitación y nos deja solos, cerrando la puerta con suavidad. A decir verdad si siento un gran cansancio, puede que para Penélope fuera peor. Me tumbo a su lado y acarició su melena con calma, paso mis dedos por su rostro ahora calmado y poco a poco caigo en un sueño profundo. –Vamos a la playa, puede que tu amiga Penélope esté allí–dijo papá, sonriendo. –¡Sí, Penélope! ¡Vamos papá! –digo entusiasmado–. Espera quiero llevar mis cosas para dibujar. –Claro, te espero. Salgo corriendo por toda la casa recogiendo mis cosas desperdigadas por todos lados. –¿Que te tiene con tanta prisa, querido? – pregunta mamá que pasaba por la habitación. –El Papa me lleva a la playa. –Ah…ahora lo entiendo, Lleva a tus hermanos contigo–sonríe mientras lo dice. –Pero mamá… –Todos tienen derecho a ir a la playa. –Vale, pero no compartiré a Penélope–digo cruzando los brazos. –Me lo imaginaba querido, anda ve Salimos el grupo de niños con mis padres a la playa, un grupo ruidoso de niños ruidosos con toallas y cestas. Yo corriendo delante. Quiero ser el primero en ver a Penélope. Ahora me encuentro en mi estudio de dibujo, con cuatro lienzos a mis pies, mirando el resultado de mi trabajo, cuando una voz me sobresalta. –Que hermoso Benedict, te llevo ya Penélope–dice mi padre pasando una mano por mi hombro. –¿A dónde ? –digo intrigado –A nadar, claro – dice levantando una ceja cómicamente. –Aún no, mañana iremos–digo dando saltos sobre mí mismo. –¿Y como los pintaste? –Penelope me lo describió, claro. –Vaya… es más fuerte de lo que esperaba. –¿El qué? –digo extrañado –Nada, no te preocupes–dice sonriendo, pero sin que llegue a sus ojos –Tengan mucho cuidado con el mar, ¿vale? –Padre, sé nadar perfectamente y solo me queda un año para ser considerado adulto. –¿Ya le has dicho a Penélope lo que sientes? –No–digo avergonzado–quería que fuera especial. –No esperes demasiado, no siempre tienes todo el tiempo que quisieras… Sacude mi pelo y sale de la habitación sin decir nada más. La imagen vuelve a cambiar, –Mira este es un compartimento secreto–dice mi padre empujando un adorno del escritorio y con un clic se abre un pequeño recuerdo en la superficie–Para guardar cosas importantes. –Asombroso, ¿Cómo funciona? Me mira pensativo, por un momento. –Muy buena pregunta… no tengo ni idea – comienza a reír con fuerza. No puedo evitar unirme a su risa. Me encanta que me enseñe lugares secretos de la casa, así puedo descansar cuando estoy cansando de tanto ruido. –Es nuestro secreto, ¿Vale, Benedict? –No diré una palabra papa. –Ese es mi niño–dice mientras me da un abrazo cálido y reconfortante. – – Despierto sobresaltado y aun sintiendo el abrazo, no se que pensar. Algo me llama a mirar en ese lugar secreto. Contempló a Penélope, aún duerme plácidamente a mi lado, una parte de mi se resiste a dejarla. Aun así me levanto despacio y me dirijo al escritorio. Empujo el adorno, con fuerza, parece que el mecanismo está atascado por los años. Se abre el compartimento y aparece un cuaderno de cuero desgastado por el uso. Lo abro y encuentro bocetos y la letra de mi padre. Dibujos de mamá, de nosotros de niños… Pasó las páginas pasando los dedos por los trazos y lágrimas en los ojos. Lo importante para papá fuimos nosotros. En una de las páginas aparece Penelope de pequeña, pero… dibujó su cola y otra figura escondida en el agua entre las algas. Las siguientes páginas están llenas del fondo marino y marcadas con círculos tachados en algunas zonas. Un dibujo de la costa marcando cuevas submarinas que había explorado. Escrito en la parte inferior con su letra “Amuleto de protección” ¿Mi padre buscaba algo en el mar? ¿Será lo mismo de lo que hablo Penelope?
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