ID de la obra: 798

Bofuri: y así nació un nuevo reino

Mezcla
G
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planificada Mini, escritos 23 páginas, 9.872 palabras, 10 capítulos
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Capítulo 8 Fuego Festivo (Y Algo Más...)

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Desde su asiento en el trono —aún acolchado de forma adorable y peligrosamente mullido para alguien con tendencia a dormirse en medio de reuniones—, Maple miraba el calendario de piedra que alguien había colgado en la sala de mapas. —¿Ya pasó un mes desde que llegamos? —preguntó, rascándose la cabeza. Chrome, en su rol de guardia principal, asintió con un leve gesto. —Los jugadores lo llaman "el Mes de Llegada", aunque no hay ninguna festividad oficial. —¡Deberíamos tener una! —exclamó Maple levantándose de golpe—. Algo con comida, juegos... y tal vez... ¡visitas sorpresa a los archiducados! El primer en recibir la visita de la Reina fue el Archiducado del Norte, gobernado por Mii y su gremio, el Reino del Emperador de la Llama. El paisaje nevado contrastaba fuertemente con la presencia constante de llamas en cada rincón del dominio: antorchas flotantes, forjas abiertas, y sobre todo, las presencias más... incómodas del reino. —¡Maple! ¡Te dije que no era necesario que vinieras en dragón! ¡Hay una estación de teletransporte! —gritó Mii al verla descender sobre Syrup, su enorme tortuga voladora decorada con guirnaldas festivas. Maple bajó con una sonrisa: —¡Quería que Syrup estirara las piernas! ¡Además, traje pastel de choco-nuez congelado para todos! A su lado, unos cinco monstruos de fuego la siguieron con entusiasmo, intentando no prenderle fuego a la nieve. —¡LA DIOSA DEL FUEGO HA TRAÍDO OFRENDAS DULCES! —gritó uno, arrodillándose ante Mii. Mii, con un tic en el ojo, forzó una sonrisa. —No son ofrendas. Es solo Maple. Los mons de fuego la adoraban. No solo por el aura ardiente que Mii naturalmente poseía —literalmente, a donde caminaba, la nieve se derretía— sino también por su fénix mascota, que sobrevolaba los cielos como una señal divina. —¿Por qué no te gustan? —preguntó Maple mientras un mon de fuego le ofrecía una piedra volcánica "sagrada" como regalo. —¡Porque se meten en las aguas termales, roban comida y acaban de quemar mi bandeja de maquillaje! —respondió Mii con una vena marcada en la frente. Fue entonces cuando el caos estalló. Uno de los mons escapó con una toalla sagrada del templo del fuego. Otro había prendido fuego a una alfombra histórica. Y el más pequeño, llamado Bobo, estaba completamente dormido en una olla gigante de ramen. 📌 Hilo de Anuncios del Gremio General: "¿Qué está pasando en el norte?" [Jugadora_Azu456]: ¿Alguien sabe por qué hay una criatura de fuego rodando por la calle principal con un letrero que dice "Viva la Emperatriz de las Llamas"? [Herrero_Caim]: Uno entró a mi taller y fundió una de mis espadas... ¡sólo para ofrecerla como "espada ceremonial"! [NovatoD3]: Creo que me siguen. ¿Qué hago si uno me llama "caldero con piernas"? [Hechicera_MiniMoon]: ¿¡Quién los dejó sueltos!? Esto parece una invasión adorablemente aterradora. [Mii_Oficial]: 🧯 Estoy trabajando en ello. No se acerquen al norte hasta nuevo aviso. Tras varias horas de caos, ofrendas equivocadas y un Bobo llorando porque se le quemó el pastel de Maple al abrazarlo con cariño, todo fue más o menos controlado. Mii, con la ayuda de Misery y Shin, confinó a los mons adoradores a una zona templada controlada mágicamente. —De verdad lo siento —dijo Maple mientras acariciaba al fénix—. Tal vez no fue una buena idea visitarte sin avisar. Mii suspiró, ya agotada, con la ropa ligeramente chamuscada: —Maple... no es que no me alegre de verte... pero la próxima vez, mándame una paloma. O un pingüino. Pero no ellos. —¡Entendido! Esa noche, mientras cenaban bajo la aurora boreal que decoraba el cielo del norte, Sally y Haruka —que se habían unido al viaje— rieron mientras Maple contaba cómo un mon de fuego había intentado limpiar su escudo con lava. —No entiendo cómo haces para que todos te sigan —comentó Haruka, tomando su té con manos cuidadosamente relajadas. —Tampoco yo... —respondió Maple, mirando al cielo—. Pero me alegra que estén todos aquí. Tal vez gobernar sea confuso... pero si seguimos juntos, ¡puede ser divertido! Mii tomó un largo sorbo de su bebida... y notó que otra vez su taza había sido remplazada por una hecha de piedra volcánica tallada con "Para la Diosa Fuego". —Me rindo...
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