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「Hana ni natte, hora, nihiru ni waratte」
“Conviértete en flor, sonríe con nihilismo”
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La señora Rosethorne estaba llorando, de rodillas. El señor Rosethorne estaba de pie a su lado, inmóvil. La gente del pueblo estaba allí todos en silencio. Se quedo mirando la piedra, con el nombre de “Anthony Rosethorne” grabado junto a la fecha de nacimiento y el día de su fallecimiento. Diez, solo diez años de edad tenía el niño antes de morir. En su cabello estaba esa rosa. Una rosa blanca con manchas azules que parecían de pintura. Un regalo, el ultimo regalo que le dio él. Lucía un vestido largo negro, con un moño grande en su espalda. Todo su cuerpo estaba cubierto,
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—Lloras mucho, ¿no? Saltó en su lugar. Estaba en su lugar oculto entre los árboles, sin entrar al bosque. Porque esta prohibido, niños menores de diez años y las niñas menores de dieciséis no deben entrar al bosque sin un mayor. Tocó su rostro. Lágrimas, muchas lágrimas. Se talla el rostro con su antebrazo, no quiere que la vean llorando. —Te meterás en problemas si se enteran que estas aquí —ese chico, el que vio en el funeral le vuelve a hablar. Tenía un acento raro, no sabe de dónde. Se tensa. Puede imaginar el sabor del calcetín en su boca. El dolor en su espalda cuando el cinto en su espalda. Todo por estar en ese lugar —Soy Alain Sycamore, un gusto —él se presenta con calma, extendiendo su brazo para un apretón de manos. Pero luego se quedó pensativo —. Espera, en Kanto se presentan con el apellido primero, ¿cierto? —Sí —murmuró, sorbiendo los mocos —. Soy Ketchum Satomi. —Satomi… —Alain murmuró y se quedó pensativo. —¿Vas a acusarme? —No —él bufó, agitando la mano para quitarle importancia y se sentó junto a ella. —Entonces, ¿Qué quieres? —Nada. Solo me parece interesante que una niña que quería llorar no lloro cuando debió llorar —lo dice con una sonrisa, el muy descarado. Soltó un suspiro mientras desviaba la mirada de él —. Entonces, ¿es cierto? —¿Qué? —Shigeru dice que mataste la Rattata de una tal Lila. Se quedo callada. Lentamente giro la cabeza hacía él. Alain seguía con una sonrisa curiosa y ese brillo en los ojos. —N-no… yo no… —¿No? —Alain pregunto con una sonrisa peligrosa en sus labios, se acercó un poco más a ella —Dime, ¿lo demás que me dijo Shigeru que me dijo es mentira? —¿Q-qué te dijo…? —murmuro, gateando hacia atrás. Alain se le acercó al oído y le susurro despacio. La sangre se le fue del rostro, sus ojos se agrandaron mientras escuchaba a Alain. —Que eres una puta que le encanta montar a su padre. Los Pidgeys cercanos volaron ante el sonido de una cachetada. Alain tenía el rostro volteado, pero aun sonreía. Ella volvía a estar llorando. Shigeru… él… Se tapo el rostro. Volviendo a sollozar. —Shigeru me mintió —Alain dijo con calma. Escucho como se ponía de pie —. Me alegro. Sintió la mano de Alain en su brazo. Soltó un quejido y se quedó callada cuando este descubrió su brazo. Moretones, marcas, cicatrices. Se alejo de él, pero entonces su vestido fue alzado dejando ver sus piernas. Intento bajar su vestido, pero sintió como Alain bajaba sus calcetas largas dejando ver sus demás heridas. —Golpes. Muchos golpes, mordidas de adulto —él susurro. Hizo presión en una de sus rodillas —. Aquí hay granos de arroz. —Ba-basta… —pidió con una voz temblorosa. Sintió como Alain colocaba mejor sus calcetas, pero dejo un beso en sus rodillas. —Shigeru me mintió —repitió saliendo debajo de su vestido. Se puso de pie con calma inquiétate —. Eso… no me gusta. Sintió las manos de Alain en sus mejillas. Miro esos ojos azules, fríos, penetrantes, que tenían una chispa de… algo. Su respiración se apresuró un poco. —Sa-to-mi —dijo su nombre en silabas, como si lo saboreaba —. Belleza de la ciudad natal. Sabia belleza. Belleza inteligente. Esos son los significados de tu nombre, ¿verdad? —solo pudo asentir antes las palabras de ese niño —Satomi, te ayudo a salir de aquí, solo si me prometes algo. —¿Algo…? —Que me vas a pertenecer, Satomi. Serás solo mía. Se quedo callada, mirando como Alain sacaba una Pokéball de su cinturón. —¿Po-por qué…? —¿Sí o no? —Alain la interrumpió, casi parecía gruñir. —E-está bien —murmuró al final. Alain le sonrió con calma. Tomó su mano izquierda con calma, separando sus dedos, sin decir nada metió el dedo anular de Satomi a la boca. Mirandola a los ojos lo mordió. La niña no evitó soltar un quejido. Le dio un golpe en la cabeza para que soltara su dedo. Miro confundida la marca en su dedo. Parecía un anillo rojizo. Lo contrario al anillo de margarita que una vez le hizo Anthony. —Ahora eres mía —Alain dijo con calma, colocando la Pokéball en su otra mano —. Te dejare algo de ropa oculta y una dirección, ¿de acuerdo? Apenas te pongas en contacto conmigo o nos crucemos, serás mi mujer.✿ -------------------- ✿ ----------------------- ✿
╰────────────────➤[Un año después...]
—¡Chespin, rodada! El erizo verde y café dio un pequeño salto para empezar a girar sobre sí mismo, y sin dudarlo empezó a ir contra el Pokémon salvaje. El Pikachu gruño lanzando un Impactrueno. La rodada se desvió un poco chocando contra un árbol. Las mejillas del roedor eléctrico se encendieron. Chespin logró recomponerse del golpe agitando su cabeza ante el golpe. —¡Chespin, látigo cepa! Ante la orden de su entrenador. El tipo planta dejo salir dos lianas golpeando los costados del Pikachu por diferentes lugares con precisión. El otro roedor soltó varios quejidos antes de soltar otro Impactrueno. —¡Látigo cepa al suelo! No dudo en enterrar sus dos lianas al suelo. El ataque conecto, pero sonrió para el desconcierto del salvaje. Pikachu tenia un ataque fuerte, pero él no solo tenía ventaja de tipo, sino que el ataque fue redirigido al suelo. —¡Mofa! Guardó sus lianas y se le quedó mirando al amarillo. Soltó un “Ches” provocador. Una de sus patas se movió para que vinera por él. Solos los Pokémon podía escuchar el: “¿Qué pasa? ¿No tienes huevos?” —¡Pika! —Pikachu gruño antes de ir atacar con Placaje. —¡Chespin, Disparo Lodo! Enterró sus patas delanteras en la tierra blanda bajo sus pies. Pikachu no está pensando, como todos los salvajes, como todos los que son afectados por Mofa. En el momento adecuado arroja la tierra. Pikachu chilla. Resbala un poco. Él salta evitando el ataque, y dejando que Pikachu se golpeara contra el árbol de antes. —Gracias, Chespin. ¡Pokéball, ve! La esfera roja y blanca vuela en una línea curva antes de golpear el lomo del tipo eléctrico. El roedor fue succionado con una luz rojiza.Sacudida.
Sacudida.
Contiene la respiración ante la tercera sacudida y…Clic
—¡Sí! ¡Nuestra primera captura! —la voz del humano salió más suave y tierna de lo esperado. Su gorra roja y blanca salió de su cabeza dejando ver un cabello negro desordenado mal cortado. Tomo la Pokéball que había logrado obtener de Alain hace un año. Ropa masculina de segunda mano cubría su cuerpo. Una camiseta negra holgada cubría lo poco de su feminidad, jeans azul claro, chaleco azul con mangas y cuello blanco, guantes verdes y zapatos deportivos negros. Ya no era Satomi Kerchum. Ahora era Ash… Simplemente Ash.