Drabbles Johnlock

Número de palabras: 307 ------------------------------------------------------------------------------------------ Pólvora. Sangre. Gritos. Y muerte. Las explosiones hacían zumbar sus oídos y notaba la sangre resbalando por sus manos, haciendo que el agarre de su arma se volviera aún más difícil de lo que ya era con la humedad y el barro que llenaban cada rincón. Había vuelto al campo de batalla. Nunca había temido a los disparos y aún seguía sin temerles, pero ahora que Sherlock se encontraba junto a él en la trinchera, no podía evitar sentir terror. En cuestión de segundos, una bala pasó cortando el aire..., e impactando contra la cabeza del detective, quien cayó al suelo con un ruido sordo. —¿¡Sherlock!? —chilló John, lanzándose al suelo con desesperación. El médico apretó el cadáver de su pareja mientras un fino hilo de sangre salía del agujero en su frente... —¡Sherlock! —gritó de nuevo, pero esta vez ya no estaba en el campo de guerra. Se encontraba sobre su cama, empapado en sudor y con unos fuertes brazos sosteniéndolo con dulzura. Instintivamente, se revolvió, haciéndose consciente de sus ojos húmedos por las lágrimas y el amargo regusto que impregnaba su boca. —Shhh... —le susurró una voz que conocía muy bien desde la oscuridad—. Ha sido todo una pesadilla... —S-Sherlock... —tartamudeó John, apretándose contra el cuerpo de su pareja, buscando su protección y cariño—. Soñé que..., oh Dios, era horrible..., soñé que tú..., que tú... —Pero no era así —le interrumpió el detective, acariciándole la cabeza—, la única verdad es que estoy aquí contigo. Vuelve a dormir, John, mereces descansar y yo voy a cuidar de ti. Tal y como si su cuerpo quisiera complacer los deseos del otro hombre, el médico comenzó a notar como se relajaba bajo el toque ajeno, cayendo poco a poco en una espiral de satisfacción y relajación que desembocó en un sueño dulce y alejado de toda tragedia.