ID de la obra: 812

Drabbles Johnlock

Slash
R
En progreso
2
Fandom:
Emparejamientos y personajes:
Tamaño:
planificada Mini, escritos 38 páginas, 9.570 palabras, 25 capítulos
Descripción:
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Inoportuno

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Número de palabras: 418 ------------------------------------------------------------------------------------------ Si hace apenas diez años alguien le hubiera dicho que su corazón un día aprendería lo que es el amor y la pasión por alguien, seguramente se habría reído en su cara. Pero ahora ya no. Ya no podía porque ahora tenía una persona que con cada mirada le robaba el aliento y con su cuerpo le hacía arder. Watson no le estaba mirando, pero Sherlock si lo hacia. Sus ojos azules se paseaban por cada una de las facciones del médico, deseando atraer su atención, y admirando cada tramo de su piel. Observaba sus labios, rosados y suaves, deseando que una vez más se curvaran en una sonrisa cuando volviera a mirarle y amando la idea de besarle. Aquella imagen incendió su cerebro, y se convirtió en un murmullo que no hizo más que aumentar con el paso de los minutos. Al fin, no pudo más y se acercó con paso rápido hasta su pareja, haciendo ondear su abrigo mientras apartaba algunos rizos de su mente. Cuando estuvo cerca de John este apenas tuvo tiempo de mirarle antes de que el detective se inclinara para atrapar sus labios en un beso cálido y lleno de amor. Movió sus labios y el sorprendido médico no tardó en seguirle el ritmo, apretándole contra su cuerpo. —¡Sherlock! ¡John! —exclamó desesperado del inspector Lestrade—. ¡Estamos en la escena del crimen! Sherlock se separó de John y le lanzó una mirada fulminante. —Fue el marido —dijo con aburrimiento, dirigiendo su mirada hacia el cuerpo de la mujer que yacía sobre un charco de sangre—. Esto no es ni un cuatro, Gavin. La cara del inspector empezó a enrojecerse por la ira. —Sherlock... —farfulló con los dientes apretados. —Se ve una línea blanca donde debería estar el anillo de matrimonio -continuó explicando Sherlock—, claramente su marido sabía que estaba teniendo una aventura y querría recuperar una joya que, a juzgar por el grosor de la línea, no debe valer menos de dos mil libras. No tiene marcas de resistencia, por lo que permitió a su agresor acercarse lo suficiente como para golpearla con un objeto contundente que, me supongo, es un paragüas, puesto que lleva lloviendo toda la semana, el cadáver fue encontrado ayer y no presenta signos de descomposición que indiquen su muerte más allá de ese período. —Brillante —susurró John admirando por fin el rostro de su pareja. —Y ahora si nos disculpas —volvió a hablar el detective, mientras agarraba la muñeca del médico y giraba sobre sus talones—, me voy con mi marido para poder disfrutar el resto de este lluvioso día en casa.
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