ID de la obra: 812

Drabbles Johnlock

Slash
R
En progreso
2
Fandom:
Emparejamientos y personajes:
Tamaño:
planificada Mini, escritos 38 páginas, 9.570 palabras, 25 capítulos
Descripción:
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Nunca Más

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Número de palabras: 470 ------------------------------------------------------------------------------------------ —John, sálvame —susurró a la oscuridad. La sala de estar de Baker Street se encontraba sumida en la penumbra, tan sólo salvaguardada de la absoluta oscuridad por la luz de la luna, que se filtraba entre las cortinas. Dentro de aquel ambiente, rodeado por un aura de tristeza y soledad, se escondía Sherlock Holmes, quien amenazaba con una jeringuilla a su brazo. No quería hacer aquello. Sabía que decepcionaría a John terriblemente, pero los pensamientos abrumadores de su mente no le dejaban mantenerse tranquilo. Había abierto tres hígados, esperando encontrar algo que rebajara la ansiedad, pero tan solo logró avivar su curiosidad y los pensamientos habían cobrado nueva fuerza, y los múltiples disparos a la pared se habían convertido en testigos, ahora silenciosos, de los intentos por acallar su mente revuelta. La desesperación era total, y aquella jeringuilla cargada y lista, se presentaba como su última esperanza. —John..., por favor... Sus manos temblaban y las primeras lágrimas comenzaron a correr por sus mejillas mientras la aguja se acercaba peligrosamente hacia su piel. —¿Sherlock? Aquella voz le sobresaltó. Giró sobre sí mismo, hacia la puerta de entrada, donde encontró a su pareja: John Watson. Pudo sentir como el pánico le invadía al sentir la mirada, llena de horror, del otro hombre cuando descubrió una aguja en su mano. —Sherlock..., no... —susurró con cuidado, mientras sus pasos se acercaban lentamente hacia el detective—. Dame esa aguja, Sherlock, por favor... En sus palabras podía intuirse el terrible miedo que le apretaba la garganta, y aquella escena hizo que Sherlock llorara aún con más fuerza. —L-lo siento..., John..., por favor perdóname —suplicó con voz temblorosa. —Sherlock, por favor, sólo dame la aguja —insistió John. Por fin, le alcanzó y le arrebató la jeringuilla de la mano. Expulsó todo el aire que había estado conteniendo. Luego, derramó el contenido sobre la alfombra, sin importarle cuanto tardaría en limpiar aquel desastre después; ahora lo importante era alejar aquella droga de Sherlock. Lanzó la jeringuilla a la esquina más oscura y alejada de la sala. —N-no había forma de parar mi mente... —tartamudeó con nerviosismo el detective. Temía la reacción de su pareja, porque sabía que le acababa de dar un susto terrible, pero no podría soportar la idea de que se marchara enfadado y dolido, y le dejara nuevamente solo con sus demonios. —J-John... —le llamó, con su voz sonando casi como una súplica. Pero, en contra de todo lo que estaba sucediendo en su cabeza, Watson no se fue. En cambio, se abalanzó sobre él para recogerle en un abrazo protector. —Joder Sherlock —susurró apretándole con fuerza. Sus brazos y manos temblaban sobre el cuerpo del detective—. No lo hagas, nunca más, por favor... Casi en un autorreflejo, Sherlock le devolvió el abrazo. —N-nunca más, John... —logró contestar—. Te lo prometo...
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