Capítulo 42
12 de septiembre de 2025, 23:26
Disparos, bombas y explosiónes.
Sangre, sudor y lágrimas.
Sangre, dolor y miedo.
Sangre, sudor y miedo.
Miedo.
Dolor.
Lagrimas.
Muerte.
Sangre.
Era la misma imagen una y otra y otra vez.Y siempre habia Sangre. Sus manos estaban manchadas.
Había matado a alguien.
Había arrebatado la vida de una persona.
Pero habia protegido a Chase.
Renuncio a esa parte de si mismo. Renuncio a un pedazo de su humanidad para salvar a Chase.
Pero sus manos estaban llenas de sangre. No dejaban de sangrar. De mostrar las consecuencias de lo que habia hecho.
El sonido de los disparos hacia eco en su mente, pero siempre era mas fuerte el impacto del cuerpo contra el suelo.
Una y otra, y otra vez.
Más y más y más sangre.
Su cuerpo pesaba, su brazo izquierdo dolía. Su pecho dolía.
Su conciencia dolía.
Lentamente comenzó a abrir los ojos. La luz del sol encandiló su vista. Le costaba respirar pero estaba vivo. Miro al rededor. Estaba en el hospital de la base. Estaba conectado a una máquina.
Era la primera vez que estaba en esa situación.
Miró a su alrededor. Todo estaba tranquilo.
Y ahi estaba Chase. Estaba dormido en una silla. Tomando su mano.
Esta vivo.
Sus ojos se comenzaron a llenar de lágrimas. Su nariz picó y su respiración se hizo irregular.
El sonido de la maquina que contaba sus latidos se aceleró.
Chase despertó al instante.
Chase lo vió llorando.
Pero no podia detenerse.
No importaba si estaba llorando como una niña. Se sentía con el derecho de hacerlo después de todo lo que vivió.Se sentía como una carga enorme.
Y lo era para un joven de 18 años.
—Marshall.
Chase entro en panico al verlo de esa manera tan descontrolada por primera vez. Tan vulnerable.
—Lo mate. Lo mate. Lo mate. Lo mate. —Repetía una y otra vez. Sus manos estaban llenas de sangre aunque no hubiera nada ahi. No podia evitar verlas.
Y Chase lo comprendió. Supo que estaba pasando.
Lo tomó de sus manos y las mantuvo ahi.
—Es difícil. Respira. Tranquilo.
Lo ayudó a sentarse.
—No se va Chase. La sangre no se va.
Parecía un episodio.
—Lo sé. Lo sé. No lo mires. No lo veas. Mírame a mi.
Y lo hizo.
Frente a él estaba el moreno. Ojos ámbar y un lindo lunar bajo su ojo derecho.
Parpadeo rápidamente para tratar de evitar que mas lagrimas salieran pero estan no se detenían.
—Chase... ¿Que...? ¿Cual es el resultado?
—Logramos hacer al enemigo retroceder. No esperaban que supiéramos de sus planes.
Marshall asintio con letargo. De pronto se puso muy nervioso, casi hsiterico.
—¿¡Los heridos!? ¿¡Donde estan!?
Se movió con brusquedad por lo que Cahse tuvo que tomarlo de los brazos.
—Marshall. Marshall. Están bien. Estan bien... todos lograron sobrevivir. Todo gracias a ti. Los has salvado Marshall. Salvaste sus vidas.
Marshall asintio. Logrando quedarse un poco en paz.
—Ya... ya veo. —Y su llanto comenzó otra vez. De alivio en esta ocasión.
Chase sintió sus manos picar. Quería abrazarlo. Quería contenerlo. Quería tocarlo.
—Marshall...
No pudo evitarlo mas y solo lo abrazó. Tan profundo. Tan duradero. Tan real. Marshall estaba vivo.
Tenia tanto miedo de que muriera. Pero ahi estaba.
Llorando.
—Creí que te perdería, Marshall...
Marshall veia un punto fijo en la habitación. Aun trataba de procesar que, en efecto. Estaba vivo.
No murió.
Ni Chase murió.
Pero... entonces... ¿porque sentía como si no estuviera vivo? ¿Porque sus sentidos estaban tan idos?
Marshall no correspondió el abrazo que le estaba dando Chase, no porque no quisiera, sino porque no podía. Sus brazos no reaccionaban. Y aun asi. Se permitió cerrar los ojos e inhalar el aroma de Chase. Su olor único, personal. El que le daba paz.
Era cálido.
Se sentía bien.
Era embriagador.
Cuando Chase se separó para verlo a los ojos, sintió dolor. Porque habia dolor, duda y tristeza en sus ojos.
Podía notarlo.
—Chase... ¿Estas vivo?
Sonaba como una pregunta estúpida porque estaba ahi mismo, frente a él. Pero la imagen que vio en el campo de batalla fue muy distinta a la que veia ahora.
Tan sangrienta. Tan fría. Tan vil.
—Marshall...
El albino posó su mano en la mejilla de Chase, sorprendiendolo. Logró verlo como sus mejillas se ponían rojas. Pero no le incómodo. No le molestaba que las reacciones de Chase fueran tan inusuales. Ya nada de su pasado calaba tan fuerte en él como el peso de lo que ha hecho recientemente.
Las imágenes de su padre golpeándolo ya no calaban tanto en sus recuerdos. No dolía más que el haber quitado la vida de alguien mas.
El odio tan fuerte que le enseñó su padre se sentía como nada después de todo lo que vio en batalla.
Después de ver el sufrimiento y agonía de sus compañeros entendió que el pudo haber sido cualquiera de ellos.
Que chase pudo haber sido cualquiera de ellos.
Y que, le doliera o no. Chase se ha convertido en una parte esencial de si mismo. En una parte que surgía fuertemente en su pecho. La idea de perderlo lo aterraba. Incluso mas de lo que le atemorizo ver a Zuma herido.
Era mas profundo.
Más fuerte.
Lo que tenia con Chase era mas fuerte.
Algo que no habia sentido con nadie mas.
Chase despertaba en el lo que jamás se habría atrevido a sentir. Lo que siempre reprimió entre insultos y discursos de odio aprendidos.
Y aun sabiendo exactamente de que se trataba. Era tan difícil aceptarlo.
Era mas difícil aceptarlo después de sentirse tan poco digno.
Era agregarle otra capa a lo que no debía ser. Sería cruzar una línea que siempre juro jamás cruzar.
Pero si ahora era un monstruo. ¿Que mas daba?
Habia matado a alguien. Pero salvo la vida de Chase.
Salvo la vida de otros soldados. Pero Chase era quien le importaba.
Y ahora que descubrió que sentia por Chase, fue en el momento en que se sentia tan poco digno de ese afecto.
Tan poco humano.
—Creo que quiero morir. Chase.