ID de la obra: 888

BOOTCAMP

Mezcla
R
En progreso
0
autor
Fandom:
Tamaño:
planificada Mini, escritos 267 páginas, 72.620 palabras, 58 capítulos
Descripción:
Publicando en otros sitios web:
Consultar con el autor / traductor
Compartir:
0 Me gusta 0 Comentarios 0 Para la colección Descargar

CINCUENTA Y SIETE

Ajustes de texto
Chase no le hablaba. Lo estaba ignorando. No le dirigía miradas, roces o siquiera una palabra. En la noche estaban bien. Pero, ¿Ahora? Tan distantes. Actuando como desconocidos. Como dos extraños. Estaban realizando una prueba juntos, tenían que actuar como equipo pero no había tal cosa con el moreno pasando de largo cada que intentaba hablar con él. Marshall no lo comprendía. ¿había hecho algo malo? ¿lo había hecho enojar? ¿por qué? Finalizó la prueba y aunque fue un éxito. Se sentía extrañamente inquieto. Sus manos temblaban, su pecho dolía y su cabeza le daba vueltas.El día anterior que tuvo el pequeño desliz con sus amigos llegó en la madrugada a su habitación y habló con normalidad con Chase. Y en esa tarde solo estaba siendo... desplazado. Se quedó viendo un punto fijo en la mesa que tenía frente a él. Sus pensamientos inundándolo. Al menos hasta que tocaron su hombro.Volteó con rapidez esperando que fuera Chase. No lo fue. Era su instructor. —¿Marshall? La clase acabó. ¿Te encuentras bien? —¿Eh? Oh. Claro. Voy. Me distraje un poco. No dejó al hombre decirle nada más, no quería escuchar nada. Camino a su siguiente clase, una en la que Chase o alguno de sus amigos no estaría presente. Tomó su rostro con una de sus manos, se estaba mareando. Olvidó desayunar. Todo por no querer afrontar su incomodidad y sus propias emociones. Sabía que estaba siendo inmaduro, grosero y cualquier otro insulto que pudiera pasar por la mente de quien lo odiase. Mientras caminaba logró distinguir la silueta de Zuma a lo lejos. estaba con sus amigos. Busco rápidamente una forma de huir pero para su mala fortuna no había algún otro pasillo que conecta con el que estaba. Inevitablemente fue visto por Rubble. Este hizo un gesto con el rostro a Skye y Zuma. Ambos voltearon a verlo. Se sintió expuesto. Avergonzado. Cohibido. Trago saliva y continuó caminando. Quizá estaban enojados con él, así como Chase. tal vez ahora lo odiaban, tal vez finalmente creyeron que su actitud era suficiente. Trato de pasar de largo de ellos pero antes de siquiera dar un paso lejos de ellos; Rubble lo sujetó del brazo. Cerró sus ojos en un intento de tranquilizarse y tomar control de sí mismo. Uno que evidentemente no tenía después de lo ocurrido con el jodido policía de mierda que se mantuvo ignorándolo todo el día. —¿Marshall? ¿Sigues enojado? Quería disculparme contigo por lo que dije ayer. Asumí cosas que no debí. Me equivoque. No volteo a verlo pero sabía que Rubble era sincero. Se quedó pensando un poco en qué decir. Bueno, pensar nunca fue su fuerte pero ahí estaba. No quería decir algo hiriente. —No, rubb. Soy yo quien debe disculparse. No debí actuar de la manera en que lo hice. No debí haberlo tomado tan personal. Al final, no es algo malo ¿No? Tras decir esto último, giro su rostro para encarar al chico robusto. —... No. No lo es. —Marshall. —Skye. A ti también te debo una disculpa. Perdón. Sé que siempre termino disculpándome especialmente contigo pero, intentaré reducirlo. ¿Si? Skye lo miró fijamente, buscando la trampa. La mentira. Pero tal y como lo conocía; Marshall era honesto. Quizá no de la mejor forma pero entendía cuando debía disculparse. Skye no pudo evitarlo y se acercó a él para darle un abrazo. Uno que lo dejó congelado por unos segundos. Correspondió el abrazo tras unos segundos. Marshall volteo hacia el frente para ver a Zuma. Este lo miraba y solo podía decir con sus labios pero sin emitir algún sonido "lo siento". Este negó y solo sonrió. ________________________________ Durante su turno de guardia no lograba calmar su ansiedad. Esperaba ansioso el cambio del reloj para poder llegar a su habitación y así poder encarar a Chase. No dejaría que lo apartara de esa manera. No después de todo lo han hecho juntos. Después de besarse y estar tan cerca uno del otro. No después de haber dejado que este se adueñara de sus sueños, de sus valores e ideales. No luego de... hacerlo sentir como si estuviera volando muy alto en el suelo. Porque eso de ignorarlo se sentía como si lo soltara para dejarlo caer. Cuando acabó la hora, corrió en dirección a la base. Aun si su uniforme era increíblemente pesado, no dejaría que esto lo detuviera para llegar antes de que el moreno se durmiera. Al llegar al pasillo que daba a su habitación, vio desde lo lejos que Rocky estaba hablando con él. No sabía de qué pero por la expresión de Chase, supuso que no era una platica muy divertida. Chase lo vio de reojo y dijo algo que no alcanzó a escuchar, pero que hizo voltear a Rocky en dirección a la que él se encontraba. Su expresión mostraba... ¿Preocupación? ¿miedo? no lo sabía. Y sin embargo, tampoco le importaba. No iba a pensar sobre una expresión desconcertante cuando tenía los nervios a flor de piel gracias al imbécil que estaba a su lado. —Hey, fantasmita. —Evans. —Uy, parece que no estás de humor. —Hizo una línea con sus labios, mirando al costado. —Suerte con tu fantasma, amigo. Le dijo a Chase antes de irse. Marshall se quedó quieto observando con el ceño levemente fruncido. Con una expresión endureciendose más por cuanto más tiempo pasaban en silencio. No pudo contenerse más y tras ver que la puerta estaba entreabierta, lo empujó dentro de la habitación con algo de fuerza. Contrario a lo que pensó, no hubo reacción ante esto. Chase siguió neutral. Sin verlo, sin hablarle, sin tocarlo... La puerta se cerró detrás de ellos y Chase quedó apoyado sobre el ropero que estaba frente a su cama. —¿Por qué estás ignorandome? ... No hubo respuesta. Chase siguió mirando el suelo. —¿Hice algo que te molestó? otra vez el mismo silencio pesado sobre él. Marshall trago saliva por el dolor que comenzaba a formarse tanto en su pecho como en su garganta. —Chase. Contestame. —dijo bruscamente mientras lo sujetaba por la camisa y lo empujaba—. ¿¡Chase!? —Tras volver a ser ignorado, soltó su agarre y dio un paso hacia atrás. —No se... no se porque estás haciendo esto. No se que te hice. No lo entiendo. ¿No eres tú el que se enoja conmigo cuando no soy claro? ¿Cuando no digo lo que pasa por mi cabeza? Creía que estábamos bien. —Su voz dejó la intensidad que tenía antes, ahora solo era... tristeza. Un tono poco común en el. No había rabia, enojo o celos. —Perdoname. Perdoname por lo que hice. Si de alguna forma viste el show que armé ayer, te pido perdón. Jamás fue mi intención reaccionar de la manera en que lo hice, solo... me dio miedo. miedo porque jamas me senti tan expuesto como cuando te mencinaron. Siempre creí toda mi vida que era igual a los demás pero estando contigo entendí que jamás seré lo que se espera de mi. —Esta declaración hizo que Chase volteara a verlo con un gesto de confusión—. Jamás podré mantener la imagen que me forzaron a tomar. —El ceño del moreno se frunció más y más por cada palabra mientras que el albino movía inquieto sus manos—. No puedo seguir solo poniendo una máscara sobre mi rostro, lo sé. Pero si no lo hago temo que por eso termines herido. O cualquiera de mis amigos. Pero no puedo permitirme perderte. —Hablaba rápido, casi sin pausas. De la manera tan atarantada que solo marshall lograba expresar lo que sentía—. Por favor no me hagas perderte. No después de todo lo que hemos pasado juntos, Chase. Marshall se fue acercando con lentitud al policía. Alzó sus manos hasta llegar al rostro de Chase. Este lo miraba tal y como le encantaba. Con ese cariño tan inmenso que se sentía casi infinito. Sus manos levemente frías tocaron las mejillas cálidas de Chase y lo fue acercando a su rostro. No hubo objeción ni rechazo. Cerraron los ojos y un simple roce fue suficiente para hacerles sentir cosquillas por todo su cuerpo. A diferencia de cualquier otro beso que tuvieron; este era demasiado suave, dulce y expresivo. Principalmente porque ninguno se movía, ninguno hacía ningún movimiento más que ese roce. Temiendo quizá que podría acabar muy pronto. Cuando se separaron, ya no había manera en que pudieran ocultar lo que sentían por el otro. Chase no podía solo ignorarlo, besarlo con tanto afecto y después volver a alejarse... ¿Verdad? Marshall fue testigo de cómo los ojos de Chase se cristalizaron levemente. Era la primera vez que lo veía llorar. Normalmente era Marshall quien se desborda emocionalmente pero, ahí logró entender que Chase estaba cargando con algo quizá mucho más grande de lo que él creía. Extendió sus brazos para recibirlo. Sintió como el cuerpo del moreno lo envolvió por completo. Solo pudo atinar a acariciar su cabello. No sabía si Chase estaba llorando por lo silencioso que estaba siendo o solo necesitaba sentir calor. Fuera la razón que fuera, prefería eso mil veces antes que tenerlo lejos. A los pocos minutos Chase se removió un poco. Marshall creyó que quería separarse, pero cuando el chico comenzó a desabrochar cada parte de su uniforme, para luego dejarlo caer sobre la alfombra, supo que ese no era el caso. Agradeció el hecho de no tener que sentir el peso extra sobre sí, pero le extrañó que incluso cuando cada parte pesada de su uniforme se había ido, Chase parecía querer deshacerse de más. Jadeo por la sorpresa que le había causado el que el moreno comenzó a besar su cuello. No de manera morbosa o necesitada, sino dulce y cariñosa. Acarició la espalda de Chase mientras dejaba que este lo besara. Le hacía cosquillas por la extraña sensibilidad en la zona. Chase dio unos pasos al frente, obligándolo a él a retroceder. Casi tropieza por su uniforme y chaleco sobre el suelo pero Chase logró mantenerlo firme hasta llegar a la cama de este. Cuando sus piernas toparon con la orilla de la cama, Chase le hizo recostarse. Una vez así, solo se separó un poco para mirarlo. Marshall se cohibió un poco por la intensidad de la mirada del moreno. No duró mucho. Chase se acercó a su rostro para besarlo. Pasando sus manos sobre su pecho, haciendo a Marshall suspirar. Chase río. Bajo un poco sus manos hasta llegar a la orilla de la camisa del albino. Metió sus manos y de alguna manera logró hacer que Marshall se la quitará. —Chase... —Shh... No haré nada. Solo quiero... Dormir sintiéndote cerca... —Hizo una pausa para pensar un poco. —¿Podemos? ¿No te molesta? Marshall sonrió. ¿cómo podría negarse a semejante hombre? —No me molesta... Así Chase continuó su recorrido. Besando sus labios, luego su cuello y hombros. Hizo una pausa para quitarse también su camisa. Al final solo hicieron eso. Besarse hasta que se quedaron dormidos. Marshall sin saber la razón del porque Chase lo ignoró. Chase sin poder decir algo, pero sintiendo todo lo que le dijo Marshall. Todo lo que le había dicho el albino era justo la manera en la que él se sentía. Con miedo.
0 Me gusta 0 Comentarios 0 Para la colección Descargar
Comentarios (0)