ID de la obra: 944

CAMBIO —「Last Embryo」

Het
G
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1
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planificada Mini, escritos 130 páginas, 44.722 palabras, 13 capítulos
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Capítulo 6

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Capítulo 6 Mientras nos divertíamos, sentí la presencia de alguien que conocía bien. Dirigiendo mi mirada con el ceño fruncido a Shiroyasha. —Dime. Porque invitaste a Leticia. Fue mi pregunta. Donde ella respondía encogiendo sus hombros mientras continuaba su turno. —Creo que es momento de que ustedes dos tengan una conversación. Pasaron cientos de años de que hablaron, ¿verdad? —Hmph. Aunque tengas razón en eso, no deberías entrometerte en la relación de alguien. La puerta se abrió, permitiendo la entrada de una hermosa chica de cabello largo dorado y rizos en las puntas, de ojos rojos. Su pequeño cuerpo infantil estaba adornado con un elegante vestido negro con detalles blancos, complementado por una cinta en forma de un enorme lazo negro que destacaba en su cabello. —Me gustaría que dejaras de usar la apariencia de una niña de diez años. Solté un suspiro de resignación. —Me sorprende que digas eso, Senji —comentó, Shiroyasha—, tu pasabas de la misma forma que Leticia. Siempre ingresabas al [budismo] cambiando tu apariencia a la de un niño. —Yo lo hacía para debilitarme, no porque quiera ser un niño. Mis cejas se contraen por la conversación que tengo con Shiroyasha. El tema que fue mencionado por Shiroyasha del [budismo], es un estado que obtienes [divinidad], pero, perdiendo gran parte de tus poderes. Por una razón, tu apariencia cambia al de un niño. —… Leticia que se había acercado a la mesa, no dijo nada, mirando nada más el juego con su rostro sin emoción. —Qué raro. Había pensado que sería más… ¿cómo decirlo?… menos apática. —Lo soy —fue la respuesta de Leticia, y mostrando ahora un rostro más expresivo. Sonriendo con ternura y afecto, con un brillo en los ojos como si hubiera esperado este encuentro en lo más profundo de su ser—. Ha pasado un tiempo, Senji. —… Me tienes. No hubiera esperado que mostrara ese rostro hacia mí. Un repentino cosquilleo recorrió mi espina dorsal. —Jaja. Como siempre no te sientes a gusto recibir esa muestra de amor. —No es que me guste —le respondo a Shiroyasha—. Es mejor así, que no reciba ese afecto. Después de todo, no lo merezco. Hemos vivido por milenios y, en mi caso, lo hice como un villano, matando y destruyendo. Alguien que llevó una vida así… no merece el amor ni el afecto de alguien tan precioso como Leticia Draculea, una joya brillante y única que terminé conociendo por casualidades de la vida y que, para mi desgracia, terminó enamorándose de la peor persona nacida en Little Garden. Un suave suspiro rompió el silencio. —Siempre has sido así, Senji —la voz de Leticia, firme pero cálida, llenó el aire—, tan rápido para juzgarte y condenarte a ti mismo. Sus ojos, llenos de ese brillo que parecía capturar las estrellas, lo observaron con una mezcla de tristeza y determinación. —Pero nunca me preguntaste qué pienso yo —continuó, dando un paso hacia él. Su sonrisa no desapareció, como si guardara una verdad inquebrantable—. No importa cuánto insistas en que no lo mereces. El amor no es algo que puedas rechazar tan fácilmente, y menos cuando ya lo entregué, hace mucho tiempo, a alguien como tú. Un destello de sorpresa cruzó el rostro de Senji, seguido de una expresión difícil de leer. Era como si algo dentro de él comenzara a quebrarse, esa armadura de culpa y rechazo que había construido durante siglos. —Leticia… —susurró, desviando la mirada, como si sus ojos no fueran dignos de posarse en ella. Ella no se detuvo, acercándose un poco más, con pasos ligeros pero decididos. Cada palabra suya parecía tallar una grieta más profunda en los muros que él había levantado. —¿Sabes qué significa para mí? —preguntó ella con suavidad, inclinando ligeramente la cabeza para buscar su mirada—. Que sigas aquí, incluso después de todo. Que sigas luchando, incluso cuando crees que no mereces nada. Para mí, eso es suficiente. Senji apretó los puños, incapaz de encontrar una respuesta inmediata. Las palabras de Leticia se hundían en su mente, haciendo eco de algo que había enterrado hacía tanto tiempo: una diminuta chispa de redención, de esperanza. Finalmente, suspiró y alzó la vista, encontrándose con los ojos de Leticia. En ellos vio algo que lo desarmó por completo: la verdad de su afecto, tan puro y resuelto, que no podía negarlo. —Si es así… —murmuró, con una voz que mezclaba cansancio y aceptación—, no puedo escapar de ello, ¿verdad? La sonrisa de Leticia se amplió, irradiando un calor que parecía capaz de sanar incluso las heridas más profundas. —No, no puedes —respondió ella con ternura—. Pero tampoco tienes que hacerlo. Senji dejó escapar una leve risa, más un suspiro que una muestra de humor, mientras bajaba la cabeza, derrotado, pero… tranquilo. —Maravillosa e increíble —murmuró, alzando nuevamente la mirada hacia Leticia—. Eso es lo que eres, Leticia Draculea. Una joya que no solo brilla, sino que también desafía todo lo que creía saber. Leticia lo observó en silencio, su sonrisa permaneciendo, pero con un leve rubor tiñendo sus mejillas. Era raro, casi inaudito, escuchar a Senji elogiar a alguien de esa manera. Antes de que ella pudiera responder, Senji se enderezó, alzando una ceja con un ligero gesto de desafío que solo él podía hacer parecer natural. —Pero no voy a dejar que me superes tan fácilmente —dijo, señalando la mesa de billar—. Todavía tengo una partida que terminar, y si estás tan decidida a quedarte a mi lado, más te vale que me demuestres si puedes estar a mi altura. Leticia soltó una suave risa ante su manera torpe pero única de invitarla a jugar. —¿Estás seguro de que quieres perder delante de mí? —respondió ella con un toque de picardía en su voz. En ese momento, Shiroyasha, que había permanecido en silencio hasta entonces, dio un paso adelante, sosteniendo el palo de billar. —Oh, qué inconveniente —dijo ella con una sonrisa traviesa, entregándole el palo a Senji—. Parece que tengo algo urgente que atender. Ustedes dos diviértanse. Senji y Leticia intercambiaron miradas, ambos perfectamente conscientes de la clara intención de Shiroyasha. —Qué consideración la suya —comentó Senji en tono seco, girándose hacia la mesa de billar. Luego miró a Leticia, extendiéndole el palo con un gesto de invitación—. Bueno, ¿qué dices? Leticia tomó el palo con elegancia, dejando entrever una pequeña sonrisa que reflejaba su alegría contenida. —Digo que será interesante ver si el gran [Señor Demonio] es tan hábil en el billar como en sus elogios. Ambos se posicionaron junto a la mesa, mientras el sonido de las bolas al ser colocadas resonaba en la habitación, marcando el inicio de algo más que una partida: un paso hacia su reconciliación. ❅──────✧✦✧──────❅• Japón —¿Cuánto tiempo se demorará, Senji, en regresar? Fue la pregunta de Masachika. —Dijo que le tomaría un tiempo —respondió, Julie—, ya que tuvo un reencuentro con alguien del pasado. —¿Del pasado? —Masachika estaba confundido—. Que tanto del pasado estamos hablando. La única persona que recuerdo de mi infancia pasando con Senji, era, Ai Hoshino. —¡Yo también estoy sorprendida, sabes! ¡En qué momento, Senji, conoció a otra persona aparte de mí! Una histérica, Ai Hoshino, se hizo presente en el aula. —Dejando de lado a ella. También mencionaste de nuevas personas que ingresaran hoy. Masachika y Julie, dejaron de lado a Ai. —Si. Kurumi Tokisaki, Sawa Yamauchi, Akame Tokisaki y Kurome Tokisaki. Estas nuevas personas, son conocidas de Senji. Pero… Akame y Kurome, trabajan para el Clan Muramasa. Me sorprendió escuchar que tienen apellido. —¿Eh? ¿Porque no iban a tener apellidos? —Masachika estaba confundido. —Fue hace tres años cuando Akame y Kurome fueron recogidas por Senji. Es lo único que sé. Como también que no tenían apellidos. —Así que… ellas recién recibieron apellidos. No es algo malo por parte de Senji no darles uno. —... Sí... pero nadie se lo señaló a Senji... Las cejas de Masachika se alzaron, observando el rostro impasible de Julie. —... Es mi culpa... —No, no es tu culpa —respondió rápidamente, con firmeza—. Senji tiene un tornillo suelto. Julie quería defenderlo, pero no había forma de engañarse a sí misma con esa verdad. Suspiró, Masachika. —Bueno… entonces, sabes cuánto tiempo puede tardar en regresar, ¿Senji? Julie movió su cabeza negando eso. —Apenas dijo que era un asunto importante… y nada más. No quiso revelarme la verdad de su viaje. —Bien, bien. Solo podemos esperar que regrese. Y eso que estamos cerca de navidad. Me pregunto qué hará esta vez. —Hm… —Julie, inclinó la cabeza—, el año pasado nos fuimos a Canadá. Y eso que Senji estaba cumpliendo su condena en la Cárcel Juvenil. —¡¿Ah?! ¡Qué diablos! ¡Es la primera vez que escucho eso! —Creo que aparte de ir a Canadá. También se fueron… a Grecia. Fue la respuesta de Ai, que se encontraba escuchando en silencio la conversación de Masachika y Julie. —¿Cómo sabes eso? Julie mostró un rostro expresivo de sorpresa. —Recuerdo haber dicho que investigaba a Senji, ¿verdad? —Imposible… no había forma de que el viaje se filtrara fácilmente. Julie estaba escéptica del logró de Ai. —Se puede decir que tengo una buena red de información. Las cejas de Julie temblaron, por lo que dijo, Ai. “Ella es peligrosa… a su manera.” —Parece que alguien es buena obteniendo información. Si es así, porque no consigues información de lo que está haciendo en este momento, Senji. Lo que dijo, Masachika, fue una chispa que encendió el interior de Ai, sintiendo como desafío lo que había escuchado. —¡Bien! ¡Conseguiré información de lo que está haciendo, Senji, en Italia! ¡Muajaja! Agarrando su teléfono inteligente, salió del aula, dejando atrás unos confundidos, Masachika y Julie, que miraba su salida ruidosa. —Parece que despertaste algo peligrosa dentro de ella —Julie miró a Masachika. —Cogh, Cogh. Está bien. Al menos, ella se distraerá por un buen tiempo… sí que no consigue descubrir rápidamente las acciones de Senji en Italia. —No levantes una bandera —la voz suave y gentil de Julie mostraba un pequeño miedo. —Lo siento- Julie comenzó a levantarse del asiento. —Regresare a mi aula, ya comienza el inicio de clase. Y también la llegada de dos nuevas estudiantes. —Así que la Clase 1-D recibirán las nuevas estudiantes que hablamos. —Si, pero no tengo información de quien llegará. Así que será un descubrimiento. Y la clase 1-C en donde esta Senji, recibirán las otras dos estudiantes. —Si es así, puedo recibir información por parte de Ayano de las estudiantes ingresadas a 1-C. —Nos vemos más tarde. ❅──────✧✦✧──────❅• —Esto resulta divertido. Kurumi, con un rostro deslumbrante y feliz. Caminaba por el pasillo de la Academia Privada Seiren, dirigiéndose al aula que fue colocada. Desde que había llegado, caminó por todo el plantel escolar que ofrecía esta preparatoria. Interesándose un poco. Después de un tiempo, regresó al aula que fue asignada, 1-D. Estando junto a ella, estaba, Kurome Tokisaki. Con un rostro aburrido mientras comía Taiyaki. —Bien, Imouto. Espero que esta vida escolar sea de tu agrado. —Seguro —fue la respuesta de Kurome, que seguía comiendo otro Taiyaki, no tomando importancia las palabras dichas por Kurumi. —Ara, ara. Tengo una Imouto malcriada que necesita un pequeño castigo. —Estoy feliz por recibir una vida escolar —Kurome enderezó su postura, dejando de lado lo que estaba comiendo. No tenía una razón de porque había enderezado su cuerpo, pero, no quería saber que tipo de castigo iba a recibir por parte de la nueva persona que tenía que estar protegiendo. —Pueden ingresar. La voz de la Maestra llegó a oídos de las dos chicas esperando al otro lado de la puerta. Kurumi y Kurome, avanzaron a pasos lentos llegando al pizarrón donde agarraron la tiza blanca y escribieron sus nombres: Kurumi Tokisaki y Kurome Tokisaki. —Mucho gusto. Espero no ser una molestia en lo que queda de finalizar el primer año escolar. Estaré encantada de hacer nuevos amigos. —Igualmente —Kurome fue más seca en su presentación. Dejando que Kurumi brillara por su presencia, y la belleza que cautivó a los estudiantes, masculino y femeninos por igual. —Que hermosa chica. —¿Tendrá un novio? Fueron algunas pequeñas voces que más se escuchaban. Divirtiendo a Kurumi lo que escuchaban decir de ella. En el aula, 1-C. Se repetía la misma presentación. Akame no dijo mucho de ella. Dejando que Sawa fuera el personaje principal en la presentación. Comiendo distraídamente un dulce, sin recibir una queja del Maestro. —Bien, bien. Pueden tomar el asiento que quieran. Y, también deben saber que no pueden comer en clases. Akame entendió perfectamente que se referían a ella, dejando de comer el dulce que había traído. Sawa y Akame tomaron asientos de las últimas filas en la derecha que no estaban ocupados. Sentándose a la par. —Comenzamos la clase de Ciencia. ❅──────✧✦✧──────❅• Italia El juego de billar estaba con un resultado igualados. —Por cierto. Hay un tema que me resulta intrigante. —Hm… —Senji hizo un gesto indicando que continuara. —Shiroyasha… me dio información de que terminaste teniendo más hijas. Pensé que mi caso era especial y única en tener una hija contigo, Senji. —Oh… así que hablas de ellas. Tienes razón que fue algo único y especial si hablamos de hace cientos de años de que tuvimos una hija… ¿Qué edad tiene, Alicia? —… —Leticia miro con ojos en blancos a Senji—, 436 años. Me había olvidado de que eres olvidadizo con el tiempo. ¿Recuerdas que edad tienes exactamente? —Haber… —Senji empezó a calcular su edad—. Ya superamos los 1000 años… 100 años no hice nada… también fue el nacimiento de Alicia en esa época… luego 100 años comencé con mis locuras y me divertía un rato jugando con Shiroyasha, como también molestando a Scathcath y algunos personajes más… cuando ya rondaba con una edad de 1300 fui “sellado” por doscientos años… así que ando superando los 1500 años… ¿Qué edad tiene, Leticia? —1544. Tenemos casi la misma edad. —¿Enserio? —Senji, abrió la boca de sorpresa—. Hm… Incluso olvidé el día que nací. Puede haber sido un 15 de Marzo… 24 de Agosto… ya ni recuerdo. —Creo que es irrelevante el día de nacimiento para los inmortales. Ya tampoco recuerdo el mío. Así que terminé convirtiendo mi día de nacimiento el 1 de Enero. Senji asintió. —Es la mejor decisión. Para que estar peleando por una fecha exacta de nacimiento que ya ni recuerdas. Conversaron tranquilamente mientras jugaban al mismo tiempo. —¿Qué piensas hacer en esta nueva vida, Senji? Preparando su turno de golpear, Senji pensó rápido su respuesta. —Nada. La bola ingreso limpiamente al hoyo. —Si no te molesta mi pregunta. Me gustaría saber sinceramente de corazón por el estilo de vida que tuviste como [Señor Demonio]. Dejando de lado los arrepentimientos y todo lo que has cargado en tu interior. ¿Cómo describes la vida que tuviste? ¿Divertido, mediocre o hundimiento? Senji indago en sus recuerdos mientras pensaba en una respuesta sencilla. El estilo de vida que llevó, puede que sea repulsiva para muchos, pero fue una decisión al fin a cabo que decidió llevar. Sin importarle mucho las opiniones de los demás que tenían de él o reclamaciones que tenían contra él, siendo varias personas importantes que había conocido en el camino antes de convertirse en un Señor Demonio. —Hm. Fue muy divertido. Quitando algunos traumas que tuve al principio de mi viaje en Little Garden. Como también perdiendo varias amistades cuando me convertí en un villano. No creo que nadie le guste que uno de sus amigos se convierta en un criminal. —Sería raro que lo hicieran. Parece que los dos tenían el mismo pensamiento. Y el partido termino con la victoria de Leticia. —Me gustaría saber de algo —Leticia percibió un rastro de seriedad en la voz de Senji. Señalando que continuara—. ¿Va a ocurrir algo importante en Little Garden? Leticia con su rostro inexpresiva, respondió con la verdad. —Ya ha pasado mil años. Así que el otro año, comienza la guerra por las [Autoridades Solares]. Y varias comunidades, deidades, y héroes, se andan preparando para participar… pero hay dos reglas nuevas en esta nueva guerra. —Es la primera vez que escucho eso. —No se pueden matar, y, solo pueden participar menores de veinte años. Senji levantó una ceja. —Hay formas de que deidades puedan reducir sus edades para ingresar fácilmente a esta guerra. —Lamentablemente, va a ocurrir eso. Se anda rumoreando que Odín puede estar participando a esta guerra, o alguien puede participar en su nombre. —Oh… sería interesante pelear con Odín, pero, no tengo interés en este momento en hacerlo. —¿No participaras? Senji con un movimiento de cabeza, negó su participación. —Aunque sería divertido pelear con deidades y héroes. En este momento no quiero formar parte de esa vida problemática. —Bien, entiendo si eso deseas. Leticia dejando el palo de billar en su respectivo lugar, miro de reojo a Senji. —¿Vas a hacer algo más? —Pensaba viajar al vaticano. Después de todo, tiene una forma de viajar a Little Garden. —Hm. Alguien participara en el nombre del Papa en la guerra. —Creo que sería la primera vez que humanos del exterior van a participar en un evento importante de Little Garden. Leticia se encogió de hombros. —Los tiempos cambia. —¿Tienes más información de los participantes? —preguntó Senji, luego de escuchar las respuestas de Leticia hablando a la ligera de la guerra por las autoridades solares. —Lo necesario para saber que tengo que hacer. —¿Huh? Así que vas a participar —Senji, señaló extrañado por la participación de Leticia. —Como está prohibido matar, esta vez participare. La guerra de hace mil años ocasionó la muerte de medio millón de participantes. Por eso incluyeron esta regla. —Fue una masacre ese día. Pero conseguí la [Autoridad Solar Leo]. Dándome una gran ventaja para el futuro. —Para las victimas fue un terror absoluto —un pequeño sudor apareció en las mejillas de Leticia. —Dejando de lado eso. ¿Te gustaría ir a caminar las calles de Italia? —Hm… está bien, no tengo nada que hacer en este momento. Salieron de la habitación privada reservada por Shiroyasha.
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