ID de la obra: 947

Ripper's Legacy

Mezcla
NC-21
En progreso
1
Tamaño:
planificada Mini, escritos 13 páginas, 5.247 palabras, 4 capítulos
Descripción:
Publicando en otros sitios web:
Consultar con el autor / traductor
Compartir:
1 Me gusta 0 Comentarios 0 Para la colección Descargar

Arco I: The Cursed Blood

Ajustes de texto
“A veces, pensaba seriamente en la idea de suicidarme. Cuando me sentía muy solo, cuando me veía muy ahogado en mis propios pensamientos, cuando pasaba las noches mirando al techo de mi cuarto. Ahí, pensaba que morir no era tan malo. Siempre pensaba cuando podría hacerlo, me gustaba ser dramático al respecto. En mi casa, cuando me sentía especialmente deprimido. En un restaurante o café, cuando me sentía lo suficientemente molesto. En el trabajo, cuando me sentía como un completo narcisista. En frente de un instituto, cuando me sentía repugnantemente nostálgico. Pero me encontré con que planear una muerte, especialmente la propia y no sé si lo digo por experiencia, es más complicado de lo que cualquiera llegaría a pensar. Tenía la motivación –demonios si no la tenía–, una selección considerable de lugares en donde llevarlo a cabo, pero me faltaba lo más importante. La forma en que mi corazón dejaría de latir. Ninguna me convencía. No un tiro, no una sobredosis, ni siquiera el colgarme me parecía algo… no digno, porque que estúpido sería decir que suicidarse es algo digno. Me refiero a que me parecía algo… mundano, sí, ese término me gusta más. Mundano. Creo que estos pensamientos podrían significar el encierro permanente en un manicomio o una prisión de alta seguridad, o ambos, pero la idea de morir por mi mano con alguno de estos métodos me parecía patética, insulsa, y un insulto a todo el jodido dolor con el que he vivido a lo largo de mi vida, que, déjame decirte, no ha sido poco. Fue una tarde, mientras limpiaba mi baño, que la idea llegó a mi mente. Miré mi reflejo en el espejo, y supe que, aunque no me suicidara, no me permitiría morir de otra forma que no fuera por la hoja pulida y filosa de un arma blanca. No importaba de que tipo. Podría ser una navaja cortando mis venas, un cuchillo de cocina abriendo mi caja torácica por la mitad, un hacha cortando mi cabeza lentamente, un cuchillo de carnicero desmembrando mi cuerpo… no importaba, no mientras muriera viendo mi sangre derramarse, no si podía sentir mi piel bañada de mi propio líquido vital, no si podía ahogarme en ella, sentir sus gotas resbalando por mi cuerpo como el elixir de la vida eterna. Esa noche me corrí, con heridas frescas en mi abdomen y con el rojo y el blanco manchando mi colchón, pero esa idea quedó tatuada con fuego en mi mente. Un filo acabaría con mi vida, ya fuera yo quien sostuviera el mango o no.”
1 Me gusta 0 Comentarios 0 Para la colección Descargar
Comentarios (0)