Capítulo 8. Hermione.
Desde que conoció a Harry, su vida había dado un vuelco. Hermione era una bibliotecaria con una vida bastante aburrida y normal. Y desde que lo conoció pensó que tenía suerte de que fuera así, porque la vida de Harry estaba maldita. Harry le enseñó a valorar mucho más a sus padres o a la familia Weasley, sus mejores amigos desde el colegio.
Hermione se percató que Harry seguía en la ventana mirando la lluvia. Cada vez llovía más y era muy tarde. No sabía por qué pero Harry le producía mucha curiosidad. Entonces se dirigió hacia la ventana con él.
–Cada vez llueve más. –dijo Hermione.
–A mi me relaja.
–¿Puedo preguntarte algo? –Harry asintió con la cabeza.–¿No echas de menos hacer cosas normales como haber estado con otros niños o salir con una chica?
–No. No puedo echar de menos lo que no he conocido. –aclaró Harry ante la sorpresa de su respuesta.
–En eso tienes razón, pero eso no quiere decir que no lo necesites. –Harry la miró a los ojos con lo que dijo Hermione, y entonces, lo besó en los labios.
Harry supo entonces lo que era la felicidad. Era su primer beso con una chica. Cuando Hermione acabó con el beso, miró a Harry a los ojos y lo volvió a besar, posando una mano en la cara y la otra por la nuca de Harry, haciendo el beso más intenso. Harry la agarró por la cintura y el beso cada vez se volvía más apasionado y desesperado, como si necesitaran el uno del otro para respirar. Entonces Hermione notó como algo duro presionaba su cuerpo y se impresionó. Harry, al notar el cambio que se estaba dando en su cuerpo y que Hermione lo había notado, rompió el beso.
–Lo siento, no ha sido mi intención.–a Hermione, el apuro de Harry le producía ternura.
–No te preocupes, Harry. –tranquilizó Hermione. –Es algo normal entre dos personas adultas que desean estar juntas, porque yo lo deseo. ¿Tú no?
Harry no sabía qué contestar a eso.
–No lo sé. Nunca antes había estado así con nadie. Está claro que eres una persona buena, pero no mereces estar con alguien como yo, y…
–Harry –interrumpió Hermione poniéndole el dedo índice sobre sus labios para que callara. –Si hay alguien que merece tener felicidad, eres tú. No te menosprecies, sé egoísta por una vez en tu vida.
–¿No te importa estar con un asesino?
–Desde que he leído esos archivos he comprendido muchas cosas. No pienso que seas un asesino. Te han hecho así. Deseo estar contigo y devolverte la felicidad que te han arrebatado.
Hermione le dio un pico en los labios, lo cogió de las manos y lo llevó al dormitorio. Harry estaba como hipnotizado y se dejó llevar. Nunca antes había estado en el dormitorio de ninguna chica.
–Tranquilo. –Hermione le quitó el jersey, dejando al aire un torso perfecto. Viendo lo parado que estaba Harry, Hermione se quitó su camiseta, quedándose en sujetador. Después, continuó con el pantalón de Harry. Quitó el botón, bajó la cremallera y dejó caer el pantalón, quedándose en calzoncillos. Hermione no pudo evitar mirar cómo se le notaba la excitación de Harry a través del calzoncillo. Después siguió con su propio pantalón, quedándose los dos en ropa interior.
Harry pensó que era el ser más bonito que había visto en su vida. Seguía paralizado y Hermione se quitó el sostén, dejando al aire unos pechos que no eran muy grandes pero que a Harry le parecieron preciosos. Hermione cogió una mano de Harry y la posó en uno de sus pechos. Mientras lo palpaba, se besaron como si no hubiera un mañana. Hermione se quitó las braguitas quedándose completamente desnuda y se abrazó a Harry para sentir su excitación sexo con sexo. Pararon un momento para mirarse a los ojos. Hermione sonreía con ternura y le bajó el calzoncillo a Harry, cogiendo en su mano aquello que ardía en deseos por salir. Lo lamió unas cuantas veces y lo masturbó. Harry sentía un placer tan inmenso que se le cortaba la respiración. Estaba claro que no tenía experiencia porque seguía muy cortado, pero estaba disfrutando el momento. Cuando pensó que iba a explotar, Hermione paró y le dijo que se acostara en la cama boca arriba. Harry obedeció sin chistar. Hermione se abrazó a Harry y empezó a besarlo por todo su cuerpo, desde abajo hasta que llegó a sus labios. Entonces, sin querer parecer un patán, puso a Hermione en la parte de abajo y fue él el que empezó a besarla por todo su cuerpo: primero por sus labios, después por su cuello, lamió sus pezones y llegó a su monte de Venus. Allí comenzó a explorar su clítoris con su lengua. Hermione estaba encantada por el placer que estaba sintiendo. Después, Harry volvió a sus labios, dejando una de sus manos palpando su clítoris y estimulándola. Hermione sentía un placer indescriptible y llegó a un orgasmo.
–¡Uf, Harry! Eso fue fabuloso.
Harry también lo estaba disfrutando mucho y se sintió feliz del momento de placer que Hermione había sentido.
–Seamos uno. –sugirió entonces ella.
–Pero, ¿y si te quedas embarazada? –preguntó Harry con dudas.
–No te preocupes por eso. –Hermione alargó la mano y de la mesita de noche sacó una caja de preservativos que evidentemente ya había sido abierta.
A Harry le dolió que Hermione fuera sexualmente activa. Se preguntó si se acostaba con todos los chicos que conocía. Pero no lo podía creer, ella no parecía ser la clase de chica que se tira a todo lo que se mueve. Hermione tiene una habilidad especial para saber qué pasa por la cabeza de Harry y al ver su cara le dijo:
–Eran de mi ex novio. –Hermione sintió que debía justificarse.
No sabía por qué, pero Harry sintió celos del ex novio de Hermione. Se sintió estúpido porque de alguna manera tenía la esperanza de que él fuera el primero para ella, aunque sabía de sobra que no era así. Todos tenemos un pasado y era normal que una chica haya tenido novio. ¿Cómo dejó escapar a una persona tan buena como ella? Seguramente sería un idiota.
Hermione abrió uno de los sobrecitos, sacó el condón y se lo puso a Harry haciéndolo un momento muy erótico. Harry se quedó paralizado. Para animarle, Hermione lo besó hasta que se relajó y entonces Harry se introdujo en ella mientras le besaba en el cuello y se agarraba a sus caderas. Hermione se tensó entera de notar el placer que sintió al ser penetrada. Harry iba muy despacio. A Hermione le gustó la ternura con la que Harry lo hacía, como si pensara que se fuera a romper. No pudo evitar comparar con lo que hacía su ex novio. Las veces que tuvieron relaciones, él era mucho más brusco. De hecho, odió su primera vez. Pero Harry estaba siendo más delicado, como si fuera la primera vez de ella. En cualquier caso, no dejaba de ser la primera vez de los dos juntos.
Poco a poco, los dos necesitaban más y el ritmo fue incrementándose, las embestidas cada vez eran más rápidas y los gemidos de los dos se mezclaban.
–¡Oh, sí, Harry, así, más!
–Oh, Herms.
A Hermione le encantó cómo pronunció Harry su nombre. Cada vez el ritmo era más rápido hasta que llegó el momento de clímax. Hermione sintió el mejor orgasmo de su vida y él supo en ese momento que no quería alejarse de Hermione nunca. Nunca había sentido tanto placer y felicidad. Harry se quedó dentro de ella durante los momentos en los que ambos trataban de recuperar el aliento. Se miraron a los ojos y se dieron un beso muy tierno.
–¿Estás bien? –preguntó Harry.
–Sí, ha sido genial, Harry
–Me quedaría así toda mi vida. –dijo Harry.
–Me alegro de que lo hayas disfrutado.
Harry salió de ella. Ella le quitó el preservativo y le hizo un nudo. Vio todo lo que había descargado Harry y se alegró mucho de que hubiera disfrutado tanto. Se levantó un momento para tirar el preservativo y volvió a la cama con Harry, donde se abrazaron.
–Estás en forma. –comentó Hermione.
–Algo bueno debía salir de tanto entrenamiento. –dijo Harry sonriéndole.
–Ha salido un cuerpo de escándalo y una gran resistencia. Me ha encantado cuando me has llamado Herms. –añadió Hermione –Nunca nadie me había llamado así.
Harry sólo sonrió. Después de unos besos más, se quedaron dormidos y abrazados durante toda la noche.
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A la mañana siguiente, Hermione se despertó y vio a Harry dormir con tranquilidad. Sonrió por la paz que transmitía esa mañana. Desde que lo conoció nunca lo había visto tan relajado. La ropa tirada por el suelo era el indicio delator de la impaciencia de los amantes. Decidió seguir abrazada a Harry hasta que despertara, aún era temprano. Ese chico había conseguido meterse en su mente desde que lo conoció. Esa noche comprendió que quería hacerlo feliz, que lo amaba.
Ella había tenido una relación de dos años con Viktor Krum, un chico de origen búlgaro que conoció en el instituto. No empezaron a salir hasta unos años más tarde, pero la relación no funcionó porque al final resultó que él era un picaflor. Lo pilló en plena acción en el apartamento en el que vivían y Hermione nunca se sintió tan ofendida. Recogió sus cosas y se fue con sus amigas Ginny Weasley y Luna Lovegood. Ellas le ayudaron psicológicamente y estuvieron compartiendo piso, pero ellas también tenían planes para irse a vivir con sus respectivos novios, así que, en cuanto se sintió preparada, la ayudaron a buscar su apartamento. En realidad toda la familia Weasley la ayudó. Incluso Ronald, que no tenía especial afecto por los gatos, tuvo el detallazo de regalarle a Crookshanks cuando se mudó a ese apartamento para que no se sintiera tan sola. Algún día le tendría que presentar a los Weasleys y a sus padres para que Harry sintiera el calor de una familia. Porque Hermione lo había decidido, quería ayudar a Harry a salir del infierno en el que estaba metido y compartir su vida con él.
Harry empezó a despertar, y lo primero que vio fue la sonrisa de Hermione. Ésta le dio un beso en los labios.
–Buenos días, dormilón.
–Ha sido el mejor despertar de mi vida. Nunca había conseguido dormir una noche entera del tirón. Es la primera vez que no tengo pesadillas.
–Bueno, tampoco dormimos toda la noche. Hubo una parte en la que hubo bastante acción. –dijo Hermione juguetona. Harry se ruborizó. No estaba acostumbrado a esto.
–¿Qué hora es? –preguntó Harry.
–Temprano.
–¿Qué pasará ahora? –preguntó Harry, al que le empezaron a invadir las dudas.
–¿A qué te refieres? -preguntó Hermione.
–Lo que quiero decir es que has sido lo único bueno que me ha pasado en la vida, pero no quiero exponerte. Mi vida va a ser un peligro mientras exista Voldemort.
–La verdad, Harry. Desde que te conocí no he parado de pensar en ti. Lo pasé mal cuando rompí con mi ex. Y has borrado de un plumazo todo lo que sufrí con él. Poco a poco me he ido dando cuenta de que te amo y quiero compartir mi vida contigo.
Harry se sentía abrumado con esas palabras. Amor. Sabía que sus padres lo habían amado, pero no tenía muchos recuerdos. Ahora era completamente consciente.
–¿Y si yo no sé amar? A eso no me han enseñado. Sólo me han enseñado a matar.
–No te apures por eso. Además, no estoy de acuerdo. Anoche me hiciste sentir la persona más amada del universo, así que me parece que sí que sabes amar. Y lo que no sepas, estaré encantada de enseñártelo.–Hermione le decía esto como si fuera un niño desvalido e inseguro.
–Es lo que más me gustaría. Me aportas la paz que necesito. Pero ahora mismo estoy en una situación complicada que no sé cómo va a acabar. No sé si puedo tener un futuro contigo. Ni siquiera sé si voy a tener un futuro. –dijo Harry.
–Harry, escucha, entiendo tu situación. Conociéndote, la zanjarás y yo estaré esperando. Además, recuerda que voy a ayudarte. Pero déjame decidir si quiero correr el riesgo o no. Además, con lo que me has contado, Voldemort acabará siendo un peligro para todos. Aunque estés tan inseguro, apuesto por ti, apuesto por lo nuestro. –Hermione terminó la conversación con un beso. Se levantó y se fue a la ducha.
–¿Vienes? –invitó Hermione. Harry entró al baño y vio la silueta de Hermione que se duchaba.–Venga, entra.
–¿Me estás invitando a ducharme contigo?
–Claro, pasa.
Con timidez, Harry entró. El agua corría por los dos, Hermione ya estaba empapada cuando entró y Harry empezó a empaparse.
–Vaya, veo que te alegras de verme –dijo Hermione traviesa al ver el pene de Harry. Los dos empezaron a besarse, después se lavaron el pelo el uno al otro y a enjabonarse.
–Espera –Hermione salió un momento y volvió con un preservativo. –Me parece que esto va a ser una constante en nuestra relación, así que será mejor que cambiemos el método anticonceptivo para poder amarnos sin interrupciones.
Harry sostuvo a Hermione, que tenía las piernas rodeando la cintura de Harry mientras éste la penetraba y le besaba el cuello. Una vez que llegaron al clímax, Harry bajó a Hermione y se pusieron a secarse.
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Mientras desayunaban, Hermione le preguntó a Harry.
–¿No llegas tarde al cuartel?
–Les diré que salí a correr con la moto.
–¿Con toda la lluvia?
–Que piensen lo que quieran. Estoy harto de la Orden. El único reparo que tengo es que sospechen, aunque estoy seguro de que a Dumbledore y a Snape no les hace gracia mi actitud.
–¿Cómo vamos a hacer para vernos y estar en contacto?
–Cómprame un teléfono móvil, te daré el dinero en cuanto pueda. Ese será el que use para estar en contacto contigo. El mío no sirve, está controlado por la Orden.
–¿Y si está controlado, no sabrán que estás aquí?
–Lo dejé en mi habitación del cuartel. Cuando lo compres, déjalo en el banco del parque cerca de la estatua a las 17:00. Estaré por allí para cogerlo, pero no nos podremos ver. Te llamaré por la noche.
–Me siento como si estuviera en una peli de espías.
Continuará…