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Cuando llegó a casa, Hermione parecía que se había quitado una losa de encima. Pronto llegó Tonks. –Hermione, has estado genial. Parecías una espía profesional –alabó Tonks. –Gracias Tonks. ¿Dónde está Harry? –preguntó al ver que no había llegado. –Bueno, dijo que quería estar solo. No lo culpo. Con lo que han hecho con él y ahora se entera de lo que han hecho con su padrino, no sé cómo no explota. Estaba un poco abatido. –Sí. Es demasiado. –dijo Hermione preocupada. –¿Qué va a pasar ahora? –No lo sé. Primero debe digerir todo esto. Después, no sé por dónde saldrá. Yo creo que el siguiente paso es hablar con Remus Lupin. Continuará…11. El preso más peligroso
23 de septiembre de 2025, 3:00
Al día siguiente, Harry, Tonks y Hermione repitieron el procedimiento de salida del día anterior. Hermione se había preparado unas preguntas para los presos para no levantar sospechas de nada.
Una vez en Azkaban, la llevaron a una pequeña sala y metieron a uno de los presos. Junto a la puerta, se quedó un guardia.
–Hermione, dile al guardia que salga de la sala –le ordenó Harry.
–Por favor, señor, ¿podría salir? Me gustaría realizar las entrevistas sin un guardia delante.
–Lo siento, señorita. Órdenes del alcaide.
–Pídele que venga el alcaide –le dijo Harry a Hermione.
–Entonces dígale al alcaide que venga y le diré mis motivos. –dijo Hermione mientras salía de la sala.
Cuando apareció Runcorn le preguntó.
–¿Algún problema, señorita Skeeter?
–Dile que necesitas hacer las entrevistas a solas para que no se sientan coaccionados –ordenó Harry.
–Verá, me gustaría hacer las entrevistas a solas. –explicó Hermione.
–Es por motivos de seguridad, señorita. –argumentó Runcorn.
–Lo sé y lo entiendo. Pero si hay un guardia mirando se pueden sentir coaccionados y podrían mentir. Yo me hago responsable por si pasa algo. Gritaré. ¿De acuerdo?
–Está bien. Entonces firme este papel. –El guardia sacó una hoja del puesto.
Hermione leyó el papel. Simplemente era una hoja en la que asumía toda la responsabilidad si algo ocurría en el vis a vis. Hermione la firmó, aunque tuvo que tener cuidado porque casi firma con su nombre real.
Una vez dentro de la sala, Hermione se puso a entrevistar a los dos presos elegidos por el director del centro penitenciario. Le hizo preguntas típicas como por qué estaban encerrados, si creían en su inocencia o culpabilidad, cuántos años les habían caído de condena y sobre la vida en la prisión. En su opinión, los presos que le llevaron no estaban muy bien de la cabeza. Parecían desvariar bastante.
El momento había llegado. A continuación le iban a traer a Sirius Black.
–Harry, ¿qué le digo? No sé cómo abordar a Black. –dijo Hermione aprovechando que estaba sola en la sala mientras iban a por Black.
–No te preocupes. Lo estás haciendo genial. Gánate su confianza. Si realmente cree en su inocencia, preséntale la oportunidad de limpiar su nombre, tal y como hiciste con Runcorn.
Entonces la puerta se abrió y apareció esposado de pies y manos un hombre alto pero muy delgado, con el cabello ondulado a la altura de los hombros, una poblada barba y unos ojos azules vacíos. Cualquiera al verle diría que es culpable sin ni siquiera oír su voz. Sentaron al preso y el guardia salió advirtiendo a la periodista.
–Más vale que tenga cuidado. Está usted loca al querer ver a este degenerado.
Hermione no contestó nada. Ni falta que hacía. Cuando Harry vio a Black a través del mosquito espía, no pudo evitar apretar los puños. Era el tipo que traicionó a sus padres. Si fuera él el que estuviera delante, quizá ya lo habría matado.
–Buenos días, señor Black. –comenzó diciendo Hermione. –Me llamo Rita Skeeter, soy periodista y estoy haciendo un reportaje sobre la prisión de Azkaban. –¿Podría decirme por qué está usted aquí? –se aventuró a preguntar Hermione.
–¿Acaso no lo sabe? Todo el mundo ha juzgado ya por qué estoy aquí. –contestó Sirius.
–Ya, pero mi entrevista es con usted, no con todo el mundo. Esa versión ya la conozco. Me gustaría conocer su punto de vista.
–¿Y arriesgarme a que me den una paliza? Usted se irá de aquí, señorita Skeeter. En mí, en cambio, pesa una cadena perpetua y tengo que verle la cara todos los días a los dementores.
–¿Los dementores? ¿Qué es eso? –preguntó Hermione.
–Es el nombre que le damos a los guardias de la prisión.
–¿Y por qué los llaman así?
–Porque vuelven a los presos completamente dementes, locos. Todo convicto que entra aquí, acaba loco. Es cuestión de tiempo. Creo que ya he hablado demasiado. Así que no siga por ahí.
–¿Y si usted lleva tanto tiempo aquí, por qué parece tan cuerdo? –preguntó Hermione.
–Buena pregunta, Herms –oyó decir a Harry.
–Porque soy inocente. En ese sentido tengo la conciencia tranquila. Lo único que me atormenta es no haber podido salvar a mis amigos. Y se acabó el tema. –dijo Black tajante.
–Dile que me conoces, Hermione –dijo Harry. –Háblale de la orden.
Hermione no estaba muy segura de revelarle tan pronto la verdad. Pero Harry estaba convencido de que ese hombre decía la verdad.
–¿Qué me puede decir de la Orden del Fénix? –preguntó Hermione.
–¿Qué sabes tú de la Orden del Fénix? –preguntó Black extrañado de que Rita supiera de la orden.
–Sé lo básico. Pero conozco a alguien que pertenece a ella. –contestó Hermione.
–¿A quién? –preguntó Sirius viendo venir la respuesta.
–A Harry Potter.
–¿Conoces a Harry? –Sirius se estaba emocionando. Parecía haber perdido todo el control de sus emociones –¿Cómo está? No sabes cuánto lo echo de menos. Soy su padrino, ¿lo sabías?
–Ahora mismo le está viendo y oyendo por medio de un dron espía, un artilugio de la Orden del Fénix. Él trabaja para la Orden. –Hermione vio que Sirius parecía confuso, así que decidió aclararle las cosas. –Yo no me llamo Rita Skeeter ni soy periodista. Me llamo Hermione Granger. Soy su novia. Con Harry han hecho una gran injusticia. Le han ocultado muchas cosas y han aprovechado su orfandad para manipularlo. Al pertenecer a la orden no puede dejarse ver por aquí, por eso me he prestado yo a ocupar su lugar.
–Entonces debes de ser una gran chica. Estoy seguro. Nadie se la juega así como así si realmente no le amaras.
Hermione se sonrojó ante lo que dijo Sirius. Se acababa de convencer de que habían cometido otra injusticia con Sirius.
–Hermione, dile que te cuente lo que pasó. –pidió Harry.
–Harry está investigando todo lo que rodea a su pasado y hubo algo que no nos cuadraba porque vimos una foto de Peter Pettigrew junto a Voldemort. ¿Puedes contarnos qué pasó?
–Esa sucia rata. –masculló Sirius apretando los dientes. –Cuando Dumbledore informó a James y Lily de que Voldemort los buscaba, les dijo que se fueran a una casa franca y nombraran a un guardián secreto. Al principio me eligieron a mí, pero les dije que si los buscaban, irían directamente por mí por ser su mejor amigo. Era un movimiento muy obvio. Así que les sugerí que eligieran a Peter Pettigrew como guardián secreto. Estaba claro que me equivoqué, porque los traicionó. Es de lo único de lo que me arrepiento. De eso y de que no me pude hacer cargo de Harry.
Harry estaba con lágrimas de rabia en los ojos, al igual que Hermione.
–Pero James tuvo una corazonada y me llamó revelándome su ubicación unos minutos antes de morir. Fui el primero en llegar a la casa franca. Mientras iba llamé a Hagrid para que me reforzara. Cuando llegué, cogí a Harry y en seguida llegó Hagrid. Le dije que lo pusiera a salvo. Yo me fui a buscar a Pettigrew. Cuando lo encontré cerca de su casa, estaba en una calle llena de gente, sacó una ametralladora y mató a todos los que pasaban por allí. Después, se quitó un guante, cogió una navaja, se cortó un dedo y se me abalanzó para ensuciarme con su propia sangre. A pesar de haber peleado con él, consiguió escapar. Siempre ha tenido un talento especial para escabullirse. Como la policía no encontró huellas en las armas, dieron por hecho que las utilicé yo con unos guantes. El resto ya lo conoces. Me culparon de todo. Ni siquiera tuve un juicio justo. ¿Me crees Harry? –preguntó al aire.
–Dile que sí. –dijo Harry.
–Dice que sí. –trasladó Hermione.
–Bueno, entonces por lo menos sabe que soy inocente. Para mi es lo más importante.
–¿Sabe Remus Lupin su versión? –preguntó Hermione.
–No lo creo. Siempre ha creído en Dumbledore ciegamente. No puedo negar que la evidencia contra mí era abrumadora. No le culpo, la verdad.
–Dile que demostraré su inocencia y que le sacaré de prisión. –pidió Harry.
–Harry dice que demostrará tu inocencia y que te sacará de aquí. –dijo Hermione.
–Es muy noble de tu parte Harry, pero los dos sabemos que eso es imposible. –dijo Sirius con una sonrisa triste.
–Harry está trabajando mucho para dar con el paradero de Voldemort y de Pettigrew. Si lo encuentra podrá demostrar su inocencia.
–¿Va tras Voldemort? ¿Con la aprobación de Dumbledore? –preguntó Sirius.
–Bueno, digamos que su relación no pasa por su mejor momento. Esto lo estamos haciendo a espaldas de la orden. Yo ni siquiera pertenezco a ella. –dijo Hermione.
–Estoy orgulloso de ti, Harry. Tu padre también se metía en problemas, aunque creo que con esto lo estás superando. Por algo te llamas Harry James Potter.
–Pregúntale qué sabe de Voldemort. ¿Cómo puedo llegar hasta él? –preguntó Harry.
–Harry pregunta qué sabe de Voldemort. –dijo Hermione.
–James me contó unos días antes de morir que averiguó que era huérfano. Hijo de un hombre rico de origen judío llamado Thomas Riddle y Merope Gaunt. Su padre los abandonó y su madre lo dejó en un orfanato al saber que estaba enferma y le quedaba poco tiempo de vida tras dar a luz. Cuando era joven, Voldemort mató a su padre y a sus abuelos como venganza por haber abandonado a su madre y a él, pero es un crimen que jamás pudo ser demostrado. Así que como no hay pruebas, quedó libre. Unos años más tarde, era obvio que había sido él, dado su historial.
–¿Por eso se desarrolló su antisemitismo? ¿Por qué su padre era de origen judío y los abandonó? –preguntó Hermione.
–Probablemente. –dijo Sirius. – De hecho, el nombre real de Voldemort es Tom Riddle, pero se hace llamar Voldemort porque desprecia su origen. Ya he visto por los periódicos que me dejan los guardias cómo se está desarrollando el panorama político actual y, sinceramente pienso que Voldemort mueve los hilos desde la sombra. Lucius Malfoy es la cara visible de Voldemort, aunque para que no parezca tan obvio, quieren colocar a Pius Thickness en la presidencia del gobierno. Tienen la oportunidad perfecta porque Cornelius Fudge ha demostrado perfectamente que como primer ministro es un completo inútil. Pero aún así, prefiero a un inútil como Fudge a unos terroristas como Malfoy o Thickness.
–Nosotros también pensamos eso. Por ello quiere evitarlo a toda costa. –dijo Hermione.
–Debéis tener cuidado. Los Malfoy tienen mucho poder y seguramente le quedarán pocas esferas por corromper antes de hacerse con todo el gobierno y sus instituciones.
–¡Se acabó el tiempo! –escucharon decir a un dementor desde fuera –¡Así que vayan acabando!
–Muchas gracias por esta visita, Hermione. Ahora podré morir más tranquilo ahora que sé que Harry no me considera un asesino a pesar de que no pude salvar a James y Lily. Sé que lo conseguirás, Harry. –dijo al aire y, después añadió dirigiéndose a Hermione –Cuida de Harry. Por lo que me dices lo ha pasado mal y con lo que has hecho por él, me consta que eres muy valiente y una gran mujer.
Hermione sólo pudo sonreírle, porque se abrió la puerta y se lo llevaron. Cuando llevaron a Hermione hacia la salida, Runcorn la esperaba.
–¿Cómo le ha ido, señorita Skeeter? –preguntó Runcorn.
–Muy bien. Creo que tengo todo lo que necesito. –contestó Hermione.
–Debo reconocer que ha sido usted muy valiente, sobretodo entrevistando a Black. ¿No se ha asustado de entrevistarlo estando a solas con él?
–Debo reconocer que impresiona verlo de cerca. Sólo al mirarlo se le ve que es culpable de todo lo que hizo. –dijo sin creer ni una palabra de lo que decía. –Muchas gracias por todo. En cuanto tenga listo el reportaje le enviaré una copia para su visto bueno.
–Muy bien. Que pase un buen día. –se despidió Runcorn.
–Hasta pronto, señor Runcorn.