ID de la obra: 950

El títere

Het
NC-17
Finalizada
3
Emparejamientos y personajes:
Tamaño:
109 páginas, 49.404 palabras, 26 capítulos
Descripción:
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13. El asesinato de un inocente

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Después de salir de casa de Tonks, Hermione convenció a Harry de ir a su casa a cenar, y a lo que surgiera. Mientras cenaban, Hermione le preguntó a Harry. –¿No crees que entre Tonks y Lupin hay algo? Apareció con una botella de vino. Me da la impresión de que se pensaba que iba a una cita. A saber qué le diría Tonks para que fuera a su apartamento. –Pero la mente de Harry estaba ausente e ignoró completamente el comentario de Hermione. –Harry, cariño. Debes desconectar un rato de todo esto. Ni siquiera has probado la cena. –Es muy fácil de decir cuando no es tu vida la que han arruinado. No sólo han arruinado mi vida. También la de Sirius. –dijo Harry de manera fría. –¡No la tomes conmigo! Estás muy alterado desde la entrevista. –le riñó Hermione. –No soy buena compañía esta noche. Será mejor que me vaya. –dijo mientras se levantaba. –Harry, espera. –Hermione se levantó también y lo detuvo cogiéndole de la mano. –Debes de ser razonable. Entiendo que estés preocupado pero no puede salir nada bueno de estar tan alterado. Esta noche no podrás solucionar nada. Debes descansar. Mañana será otro día y seguro que estarás más despejado y con la ayuda de Lupin se os ocurrirá algo. Anda, come algo y vamos a la cama. Te he echado de menos estos días. –Joder, Tonks tenía razón cuando dijo que sabías controlar a los hombres. –dijo Harry. –Bueno, un poco. –reconoció Hermione. –Pero sólo me interesa el que tengo delante. Entonces, empezaron a besarse apasionadamente. Al final acabaron en la cama, y se amaron como la primera vez hasta caer rendidos entre las sábanas.

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El dolor era insoportable. Alguien entró en mitad de la noche mientras dormía y sintió que se ahogaba. Se despertó de manera abrupta. Su instinto fue llevarse las manos al cuello, donde notó unas sábanas. Cada vez notaba menos la respiración. Sentía que se le escapaba la vida. Por unos días había tenido la esperanza de volver a ser libre. Pero esa noche, sus sueños quedaron colgados en el aire, al igual que su cadáver. –¡Harry, Harry! ¡Despierta, cariño! –decía Hermione muy asustada por los espasmos tan violentos que daba Harry. Hermione intentaba tranquilizarlo con sus caricias. Estaba empapado en sudor. De manera muy brusca, se incorporó con un gran cansancio, dolor de cabeza y con el estómago revuelto. –Estás ardiendo, Harry. ¿Todas tus pesadillas son así? –preguntó Hermione. –Sí, pero esta vez había algo diferente. –dijo Harry temblando. –¿Diferente? –Sí. Siempre sueño lo mismo. –La muerte de tus padres. –Sí, pero esta vez he soñado con la muerte de Sirius. –Harry, cariño. Es sólo una pesadilla. Es normal con lo que hemos vivido estos días. –Siento que hay algo que no anda bien. Es como una corazonada. –Simplemente es que estás sometido a mucha presión. Vamos a descansar, ¿vale? Hermione le volvió a arropar como el que arropa a su bebé recién nacido y le dio un beso lleno de cariño. –Te amo Harry. –le susurró Hermione –Descansa. A la mañana siguiente, cuando Harry despertó, Hermione ya se había levantado. Se levantó y tomó una ducha. No podía dejar de pensar en la pesadilla que tuvo. ¿Por qué no podía soñar con alegres mariposas que vuelan por un prado? Cuando se vistió y salió, Hermione se encontraba acabando de preparar el desayuno con las noticias de la BBC de fondo. Harry fue hacia ella y se dieron un beso en los labios. –Buenos días, dormilón. –Buenos días. –¿Cómo te encuentras? –le dijo poniendo su mano en la frente de Harry –Parece que ya no tienes fiebre. Me asustaste. No podía despertarte de ninguna manera. Tenías espasmos y daba la sensación de que te dolía de verdad. –Es que de alguna manera sentía el dolor. Siento haberte asustado. No era mi intención. –Ya lo sé, tonto. –dijo Hermione –Vamos a la mesa. He preparado un rico desayuno que seguro que te hará sentirte mejor. Mientras desayunaban, Hermione le dijo a Harry que en el trabajo se alegraron mucho de que volviera después de su “baja médica”. Ante la falta de apoyos del gobierno de Fudge, éste anunció ayer por la tarde que presentará su dimisión en los próximos días ante la moción de censura de los principales partidos de la oposición y que respetará la decisión de la cámara. Pius Thickness se postula como el principal candidato a la presidencia del gobierno. La mayoría de los diputados están convencidos de que el señor Thickness llegará al número 10 de Downing Street en los próximos días, donde formará gobierno. Thickness ya anunció su intención de nombrar ministros a Dolores Umbridge y Lucius Malfoy, como ministra de educación y de economía respectivamente.   –¿A esa cara de sapo? –dijo Hermione al ver la cara de Umbridge. –Dios mío, va a ser mi jefa. La universidad depende del Ministerio de Educación. En el apartado de sucesos, un nuevo ataque se produjo anoche por parte de grupos extremistas a una pareja de homosexuales que paseaban por la calle cogidos de la mano cuando salían de cenar de un restaurante. Ambos fueron hospitalizados, uno herido de gravedad y el otro con heridas leves. Pese a la grabación de la agresión, los asaltantes no han sido identificados y no hay ningún detenido. –Voldemort, ¿verdad? –Son carroñeros. –¿Carroñeros? –preguntó Hermione. –Son pandilleros simpatizantes de las ideas de Voldemort que han resurgido al ver el cambio de tendencia del gobierno. Estuvieron muy tranquilos durante la ausencia de Voldemort. Con él en el poder, se sienten con total impunidad para hacer lo que quieran. Al ser preguntada por los ataques, la futura ministra Dolores Umbridge argumenta que la calle no es lugar para realizar ese tipo de expresiones de afecto entre personas del mismo sexo:En la sociedad debe reinar la decencia de las personas. Cuando se instaure el nuevo gobierno, le aseguro que no habrá más ataques porque ese tipo de actitudes no se volverán a repetir. –¡Por favor! ¡Es indignante! ¡Esa mujer vive en la época de las cavernas! ¡Es un ser del cromañón! –¿Ves por qué tenemos que actuar rápido? –dijo Harry, a lo que Hermione asintió con la cabeza. –Pero tengo miedo. Somos muy pocos contra todo un sistema. ¿Qué podemos hacer? –Para que el mal triunfe, sólo hace falta que la gente buena no haga nada. Hermione se quedó sin palabras. No le faltaba razón. Normalmente era ella la que le dejaba a él sin palabras. Pero cuando se trataba de cambiar las cosas, era él el que acababa convenciendo a todo el mundo. En su caso, se había ofrecido ella misma, pensando que las cosas no irían tan lejos. Pero sí que convenció a Tonks y a Lupin. Seguimos con nuestro apartado de sucesos. Esta mañana ha aparecido muerto en la celda de la prisión de Azkaban el condenado por asesinato múltiple Sirius Black, que cumplía condena por haber asesinado a sangre fría a 13 personas en plena calle. Una de esas personas era uno de sus mejores amigos, que murió al intentar detener la matanza. Fuentes de la prisión dicen que Black ya ingresó en prisión con un estado mental inestable que se fue acentuando con los años. Black, que estaba condenado a cadena perpetua, habría usado las sábanas de su cama para suicidarse. Ante la noticia, Harry se quedó blanco. Hermione se llevó las manos a la cara y se le empezaron a poner los ojos llorosos. Al ser preguntado, el futuro ministro Lucius Malfoy, ha valorado la noticia como algo inesperado:Sin duda ha sido algo que no esperaba nadie. Llevaba mucho tiempo en prisión. En cualquier caso, no olvidemos que asesinó a 13 personas inocentes. Así que nadie echará de menos a un asesino sádico. Será una boca menos que mantener. Harry simplemente se levantó y se fue al baño a vomitar. Hermione le siguió. –Harry, cariño. –Saben algo, Hermione. –¿No puede ser casualidad? –Las casualidades no existen. Tan sólo lo inevitable. –contestó Harry. –¿Quieres decir que no crees que haya sido un suicidio? –No. A Sirius lo han asesinado convenientemente después de tu entrevista. Y además le viene bien al nuevo gobierno para autopromocionarse, haciendo ver que están del lado de los ciudadanos. Lo raro es que no nos lo hayan encargado a la Orden. Supongo que han sido los mismos mortífagos. –Cuando se recuperó un poco, se lavó los dientes y la cara y salieron del baño.–Acabaré con ellos y limpiaré su nombre. Entonces, el móvil de Harry sonó. Al ver el número de la Orden, contestó. –Potter. –contestó Harry. –¿Se puede saber dónde está, Potter? –preguntó Snape. –Tomando el aire. –Pues traiga su culo enseguida hasta aquí. –colgó. –¿La Orden? –Sí. –Harás justicia Harry. Estoy segura. Yo confío en ti. Ve al cuartel. Te quiero. A modo de despedida, se besaron sin querer separarse.

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Barty Crouch se dirigía hacia el despacho de Dumbledore en la sede de la Orden del Fénix, convencido de que esa periodista no le causará ningún problema si la orden intervenía. –Buenos días, señor Crouch. ¿Qué necesita esta vez? –Algo sencillo. Necesito que investigue quién es la mujer que aparece en estos videos y se deshaga de ella. –contestó Crouch pasándole un CD de cámaras de seguridad. Dumbledore lo puso en su ordenador y vio uno de los videos. –No puedo negar que me sorprende su demanda, señor Crouch. Normalmente siempre me pide que me deshaga de maleantes y gente peligrosa, pero ésta vez parece una dulce chica. Siento curiosidad, señor Crouch. ¿Qué ha hecho? –Simplemente es una periodista que quería hacer un reportaje sobre Azkaban y el idiota de Runcorn accedió. –¿Y quiere usted que la matemos por hacer su trabajo? ¿No le parece un poco radical? Ni siquiera sabe cómo es el artículo. –Es mejor no correr riesgos. Además de parecer dulce, también parece ser muy inteligente. Convenció a Runcorn de hablar con Sirius Black. –justificó Crouch. –¿En serio? ¿Y con qué intención? –No lo sabemos. Preguntádselo antes de matarla. –Ahora encaja todo. ¿Por eso Black se ha “suicidado”? Qué conveniente. –¿Qué insinúas, Albus? –preguntó Crouch. –Nada, simplemente no creo que las casualidades existan. Pero “casualmente” me pide esto el mismo día en que se anuncia que Black ha muerto. –Cree lo que quieras, Albus. Son órdenes directas del gobierno. Así que más vale que averigüe quién es, por qué quería hablar con Black y que desaparezca. –Por supuesto. La Orden del Fénix está para eso. –contestó Dumbledore.

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Harry se encontraba entrenando cuando apareció Tonks. –No me gustaría ser ese sparring. –dijo Tonks, al ver cómo Harry daba puñetazos al saco de boxeo con todas sus fuerzas. Estaba claro que estaba liberando tensiones. –¿Qué quieres, Tonks? –preguntó Harry haciendo caso omiso al comentario de Tonks. –Nueva misión. Después de ducharse, Harry y Tonks se dirigieron a la sala de reuniones, donde les esperaba Dumbledore y Snape. –Perdón por la tardanza, señor. –se disculpó Tonks. –Tenemos nueva misión. –dijo Dumbledore. –Pero antes, supongo que tengo que felicitarte, Harry. El traidor de tus padres ha muerto. Supongo que estarás contento. –Oh, sí. No sabe cuánto. –mintió Harry. –Necesitamos que investiguéis quién es la chica que aparece en los videos. Casualmente, parece que su intención era ir a hablar con Black. Tonks, analiza los videos, averiguad quién es y por qué quería hablar con Black. Después, deshazte de ella, Harry. Nada complicado. Harry no pudo evitar apretar las mandíbulas. No le hacía falta ver los videos para saber que hablaba de Hermione. No obstante, quería ver en qué habían fallado para que ahora la Orden del Fénix persiguiera a Hermione. Cuando Harry y Tonks se fueron al despacho de Tonks, Harry no pudo evitar maldecir. –¡Joder! ¿Por qué he tenido que mezclar a Hermione en todo esto? –¿Qué hacemos, Harry? –No lo sé. Pon los videos, quiero ver en qué hemos fallado. El error era tan simple que lo obviaron. Se esforzaron mucho por atar todos los cabos, excepto el de su imagen, o el hecho de que llegara en taxi. Sería tan fácil como interrogar al taxista o de buscar en archivos de la policía para dar con la identidad de Hermione. –¿Cómo hemos podido cometer este error de principiante? Habría bastado con una peluca y pintarla como a una mona. –No te castigues, Harry. Lo hecho, hecho está. En cualquier caso, me han encargado a mí que averigüe quién es. Podemos decir que realmente se llama Rita Skeeter. –¿Crees que es eso lo que me preocupa? Tonks, me han pedido que la mate. –Hablemos con Lupin, quizá a él se le ocurra qué hacer. Cuando le contaron todo a Lupin, se quedó pensativo. –Sí que ha sido un error de principiante, Harry. Pero quizá tengamos aquí la oportunidad para hacernos con la Orden del Fénix. –dijo Lupin. –¿Qué quieres decir, Remus? –preguntó Tonks. –Fingid que investigáis. Decidle a Dumbledore que se llama Skeeter. Harry, debes traerla al cuartel, ponerla a salvo aquí y neutralizar a Dumbledore y a Snape. Entonces deberemos convencer sobretodo a Kinglsey y a Hagrid para que nos ayuden. Para ello deberemos contarles la verdad. Continuará…
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