Marta y Fina

Doña Marta había invitado a Cata a merendar aquella tarde,suizos con chocolate,y así poder enseñarle el álbum de la foto con tanta gente que Cata desconocía,pero que irían siendo como de la familia conforme Marta la ayudaba en deshacer la madeja de su confusión. -Ven Cata,ya que has acabado de merendar,trae el álbum contigo,que voy a empezar a contarte una historia que sucedió hace muchos años,en realidad comienza a principios del siglo XX,cuando dos amigos,mi padre y un socio deciden montar una fábrica de perfumes. Cata llevó el pesado álbum hasta el sillón donde estaba sentada Doña Marta,que se puso las gafas. -A ver Cata,que tu eres muy espabilada,yo estoy en esa foto,a ver si me encuentras. -Usted es inconfundible Doña Marta,esos ojos azul cielo,esa sensación de autoridad,es esa señora guapísima con el pelo a lo Grace Kelly y el traje azul estampado,pués sigue igual de guapa. -Por favor Cata,han pasado tantos años,yo nací justo tras acabar la Gran Guerra,en 1919. -Eso lo he estudiado en el colegio,España no participó y las empresas ganaron mucho dinero vendiendo víveres e impedimenta a los países en conflicto. -¡La Gran Guerra,todas las guerras,monstruos horrorosos para el ego de cuatro generales imbéciles!,exclamó Doña Marta. -O para la liberación de un pueblo susurró Fina con dulzura. Cata sabía que para la gente de cierta edad la Guerra Civil era un tema sensible,sus abuelos nunca hablaban de ella,como si no hubiera existido. Cata cambió de tema. -Se la ve como mucha autoridad,los brazos cruzados y la mirada desafiante. -Seguro que llegó a ser la jefa de la empresa. -Doña Marta rio,siempre reía cuando Cata estaba cerca. -Efectivamente Cata,pero me costó lo suyo,ya te lo iré explicando. De repente el semblante de Doña Marta se puso triste. -Cata,le diré a Fina que pida un taxi para que te recoja,se ha hecho tarde. -Como usted diga Doña Marta,respondió Cata siempre obediente,ya vendré otro día a escuchar sus interesantes historias Como no había vuelto a ver a Elsa por el barrio donde estaba su colegio,Cata no quiso sacar el tema del crush aquella tarde,notaba a Doña Marta muy melancólica. -Marta,cari,el taxi para Cata espera abajo. -Adiós Doña Marta,Adiós Fina,sendos besos de Cata a las dos amantes. Cata despareció escaleras abajo hacia el taxi,cuando llegara a su casa tendría que justificar donde había estado,y aunque odiaba mentir,tenía amigas de confianza que podrían cubrir sus escapadas a la casa de Doña Marta y Fina. Doña Marta meditaba en su sillón,aparte del nombre,aquella chiquilla,su sonrisa,su espontaneidad le recordaban tanto a su madre.Su madre tan creyente,tan devota. -¿Dónde estaría en ese momento?¿La estaría mirando?¿Qué pensaría de ella y de Fina? -Si el cielo existe,me queda poco tiempo en este mundo,y ella misma me lo podrá decir al oído.