Beso Robado
17 de septiembre de 2025, 19:03
Elsa inició los recorridos arriba y abajo en su skate, arriba y abajo por el Barrio de Salamanca ,para poder encontrarse con la pija cara a cara por primera vez.
Pronto se le acabaron los recorridos en verde, aunque eran las ocho el sol ya calentaba en la mañana de junio.
¿Habrá acabado el curso escolar?Y yo aquí haciendo el indio
La Elsa okupa,se reía de la Elsa enamorada,se lo estaba pasando en grande.
Pero ¿Adónde vas?,so lela,Detrás de la pija,pensaba una parte de ella.
Elsa mandó callar a su parte okupa y comenzó por los caminos azules,los poco probables,en zonas ya periféricas del barrio.
Nada,madres de pijas,que iban a las boutiques y a las cafeterías finas.
¡Dios!Como le recordaban a su madre.
Los caminos azules,se le estaban terminando y directamente se sintió estúpida.
Elsa,te está metiendo en tu pasado,ese del que huíste despavorida,vida negra de futuro fijado y rosa de tonterías de nena.Es curioso pensó,los colores de los emo,esa gente sí que está mal.
Cuando por los caminos rojos,los raros,el cabreo de Elsa consigo misma era monumental
Has perdido la mañana por esa pija imbécil,cuando podrías estar con los colegas en el templo de Debod haciendo tricks.
Las diez de la mañana,y Elsa no pudo más.
-¡Ahí os quedáis pijos!,gritó con rabia.
Y se perdió en las calles del Madrid antiguo.
Al llegar al Laberinto,la casa okupada saltó del skate,que fue rodando hasta la puerta de aluminio,donde golpeó y volcó.
Elsa tenía ganas de llorar,pero ni se acordaba de cuando había llorado por última vez.
Se disponía a entrar en el caserón okupado cuando se quedo paralizada.
Unos labios rozaron su nuca,y bajaron con mimo por su cuello,unos pocos segundos,que a ella le parecieron siglos.
-Me gustó mucho la gorra,susurró una voz como de niña en su oído.
-Soy una loser,musitó la voz misteriosa con tristeza.
Elsa recordaba la voz,pero su cuerpo y su alma,estaban en otro sitió,acunados por el beso.
La ensoñación se esfumó.
Elsa tardó unos segundos en darse la vuelta.
Solo alcanzó a ver un Cabify que doblaba la esquina de la calle.
-¡Estoy bien jodida!,pensó
Golpeó la puerta la abrió de una patada, y entró en el caserón.
Un laberinto dentro de otro laberinto.