Marta y Fina

El Audi de los Mendoza entró a toda prisa en el chalet,mientra su padre aparcó en el garaje,su madre arrastró a Cata hasta la casa. ¡Qué vergüenza!¡Qué vergüenza!¡No te lo perdonaré nunca! ¡Sube a tu cuarto, y castigada sin salir hasta nueva orden! Cata subió a toda prisa y se encerró en su cuarto,aún infantil,lleno de osos de peluche muñecas,pero también el de una adolescente rebelde que pugnaba por salir a la superficie,los posters de grupos de punk progresivo que tanto espantaban a su madre. Como la princesa Rapunzel,estaba encerrada en la torre de su castillo,pero hacía unos meses,como una revelación se había dado cuenta de que ningún chico subiría por sus trenzas y se cortó el pelo estilo paje,por eso destacacaba en el colegio lleno de melenas lavadas  y perfumadas. Pensó en Elsa,pensó en Sol,por separado y a la vez. Un mar de problemas. Mi hermana María con novio y directa al matrimonio. Suerte que tenía a Doña Marta y a Fina para comprenderla y ayudarla. Esta misma tarde me voy a escapar a merendar chocolate con churros,y a que me lean la postal de Carmen y Claudia. Carmen,mi gran amiga,a ella podía contarle todo,pero a su debido tiempo,decidió. La sombrilla que le había regalado sol colgaba del perchero. ¿Cómo una chica tan sombría había podido generar tanta belleza? La gorra de Elsa era molona,y la había llevado al laberinto,y al atrevimiento del beso robado. Su cabeza era un caos. Llamaron a la puerta,era la interna filipina trayendo un vaso de agua y algo de fruta de extrangis. Se llamaba Sacrificio,y desde que nació formaba parte de ella.le contaba sus cosas del parvulario,amigas,enemigas y aliadas. La filipina siempre le sonreía paciente y sonriente y le daba buenos consejos. Pero el problema que tenía solo lo podía resolver Doña Marta,lo intuía,lo sabía. De repente como un huracán le vino la pregunta. ¿Cómo hacen tres personas inexpertas enamoradas entre sí,para no hacerse daño? ¿Y si Doña Marta no tenía todas las respuestas? Abrazada a un osito,como cuando era pequeña,planeó se plan de escape vespertino para ir a casa de Doña Marta y Fina,cuestión de vida o muerte. Maldita adolescencia...