Marta y Fina

Marta estaba tomando el sol en el balcón,protegida por las frondosas plantas,que ella y Fina cultivaban cada día como su amor. Por su puesto sus rosas blancas,pero también orquídeas,ficus,nomeolvides,y grandes y recios potos. Fina apareció toda ilusionada con un paquete rectangular envuelto en papel de regalo,comiendo un pedazo de queso. -¡Fina,siempre picando entre horas,mira que han pasado años,y no se te ha quitado ese vicio! -Y el chocolate Marta,no te olvides del chocolate. Ambas rieron,sus miradas,sus risas,siempre iguales,siempre diferentes. -Marta,Feliz no Cumpleaños. -Pero Fina ¿Qué es esto? -Ábrelo,Marta,amor. -Marta desenvolvió el paquete con sus largas y nervudas manos,ágiles apesar del paso del tiempo. -¡Un diario nuevo!¡Y una estilográfica Mont Blanc! -Te habrá costado un dineral. -Todo es poco para ti Marta,amor. -Quiero que escribas,tu historia,nuestra historia con Cata. -¿No te das cuenta Marta? -Los mismos problemas,las mismas dificultades que tuvimos en mil novecientos cincuenta y ocho tú y yo. -Tienes razón Fina,pero mi vista es muy mala,y me cansó en seguida de escribir,es muy fatigoso. -Esa chiquilla merece tu prosa maravillosa,dijo Fina riendo. -Zalamera,dijo Marta riendo. -Fina se perdió en el interiro de la casa en dirección a la cocina. Marta abrió el diario,rozó las hojas con la punta de los dedos y sintió un escalofrío de placer,desenroscó el capuchón de la pluma y comenzó a escribir. Querido diario,ya no pongo fecha en el encabezamiento de cada entrada porque no vale la pena,soy tan mayor. Vas a albergar para siempre una historia que puede ser bonita,triste o dramática,ya irás conociendo a Cata,a Sol y a Elsa. De repente Marta,dejó de escribir,pensamientos y recuerdos pasados y presentes se agolpaban en su mente en un caos. En el fondo de su alma una campana triste repicaba. El último diario,el último diario,el último diario...