ID de la obra: 1273

INSTINTO

Het
NC-17
Finalizada
1
Fandom:
Emparejamientos y personajes:
Tamaño:
62 páginas, 23.408 palabras, 13 capítulos
Descripción:
Notas:
Publicando en otros sitios web:
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5. Apareamiento I

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Buen día: Hay que aprovechar el rato de ocio, así que les dejo el capítulo 5. Gracias por leer. Atención: InuYasha y todos sus personajes son propiedad de Rumiko Takahashi. Yo sólo escribí la historia por gusto y diversión.

***

Capítulo 5: Apareamiento I Diana sintió que la depositaban sobre algo suave y blando. Comenzó a abrir los ojos despacio cuando el movimiento del lecho la alertó, él estaba subiendo sobre ella, inmovilizándola con su propio peso. Sus muñecas fueron retenidas contra la sábana y de pronto, ya tenía al demonio cara a cara. Sus hermosos ojos ámbar la intimidaron, porque reflejaban deseo y ansiedad. Sesshomaru hundió el rostro en el cuello de la mujer y lo recorrió despacio con su lengua húmeda hasta el lóbulo de su oreja. Diana se estremeció y un ligero gemido escapó de su boca. —¡No me toques, no te atrevas! — protestó temblando de miedo. Él alzó el rostro y se relamió los labios. —En verdad hueles delicioso para cualquier macho, ya no lo puedo negar y ahora mismo se me antoja morderte— dijo, sonriendo con malicia, dejando sus colmillos a la vista. —¡No por favor!, ¡Yo no te he hecho nada, ¿Por qué me haces esto?! — gimió Diana alterada y con los ojos húmedos nuevamente. El mal presentimiento que tuvo hace poco, se estaba haciendo realidad. —¡El gran Sesshomaru no le da explicaciones a nadie y menos a una simple humana! — respondió secamente. —Pero contigo, haré una excepción, porque al parecer no entiendes lo que está pasando— se levantó, sujetando a la chica por el brazo para arrastrarla fuera del lecho. Diana se quejó del agarre, pero no pudo evitar ser llevada a lo que parecía una habitación contigua, donde el ambiente y la temperatura cambiaron. Era un baño de aguas termales, con hermosa decoración y cuyo aire olía a flores silvestres. Entonces, el demonio la repegó contra la pared, sujetándola por el cuello una vez más y con su otra mano, empezó a desgarrar su ropa. El terror se apoderó de ella al sentir el filo de las zarpas demasiado cerca. En un abrir y cerrar de ojos, su piel quedó expuesta ante Sesshomaru. —Sólo te diré que hueles a hembra fértil, lista para el apareamiento. No tiene caso tratar de ignorar tu llamada, si lo hago, perderé el control de mí mismo, así que no compliques las cosas— explicó, satisfecho con lo que veía, percibiendo como su lujuria se hacía presente. Diana quedó completamente desnuda, no alcanzaba a entender cómo él había logrado dejarla así en unos segundos, aunque ya no le dio tiempo de razonarlo. Su captor la llevó hasta la orilla y, sin la menor consideración, la arrojó al agua tibia. Ella sintió que se ahogaría de un momento a otro, ya que no se esperaba tal acción. Como pudo se incorporó, tratando de despejarse el rostro. Con ambas manos intentó cubrir su desnudez, cuando escuchó el golpe de algo pesado contra el suelo. Nerviosa, volteó para encontrarse con que, el señor del Oeste, estaba despojándose de su armadura y katanas. Luego, las telas de su atuendo comenzaron a caer frente a ella. —¡No puede ser, si no hago algo, él va a violarme! — pensó aterrada, desviando la mirada de Sesshomaru. De repente, se dio cuenta de su terrible realidad. ¿Hacer algo?, ¿Qué podría hacer al respecto?, ¿Acaso había alguna posibilidad de escape?, él era un ser sobrenatural que podía volar, su fuerza era increíble y esas garras le podían cortar la yugular en un segundo. ¿Realmente tendría caso resistirse?, si lo hacía, ¿La mataría en ese momento?, o tal vez la tomaría por la fuerza y después la asesinaría. En ambas situaciones, ella terminaba muerta. ¿Había algo más para elegir?, sí, si lo había… pero ¿Cómo saber si terminaría de diferente forma? Sesshomaru no la ejecutó al principio, a pesar de haberlo herido, pero eso no era garantía de que no lo hiciese después de la violación. Sin embargo, la posibilidad estaba presente: Dejar que el demonio la poseyera sin resistencia alguna, evitar que su ira se hiciera presente y esperar a que su instinto de macho quedara satisfecho. Las probabilidades de sobrevivir eran muy relativas. Faltaba algo más: Él no era humano, y ella no podía imaginarse cómo sería tener sexo con un demonio. No era una mujer inexperta, pero llevaba más de tres años de abstinencia y conocía bien su cuerpo. Sabía que sus músculos internos se habían contraído por la falta de actividad. Diana comenzó a temblar de tan sólo imaginar las posibilidades. Entonces, el sonido del agua moviéndose la arrancó de sus delirantes ideas, Sesshomaru ahora estaba detrás de ella. Volteó de forma mecánica, encontrándose con la imagen más perturbadoramente hermosa de un hombre desnudo. El demonio era un adonis de espectaculares rasgos que la dejó sin palabras. Alto, esbelto, con los músculos marcados en torso y brazos. Piel blanca, tersa, y probablemente, suave. Su largo cabello plateado caía por su espalda y la parte inferior de su cuerpo… la cubría el agua. La joven recorrió la figura masculina sin querer. Pero cuando subió la vista, se encontró con la mirada de un macho dominante y lujurioso que se le acercaba despacio. Un paso atrás, otro más, el agua obstruía su retroceso y finalmente, una gran roca le acarició la espalda, indicándole que no tenía escapatoria. Sesshomaru quedó a escasos centímetros de la mujer. La sujetó por la nuca, obligándola a levantar el rostro para exponer su cuello ante él. Se agachó un poco y sus labios rozaron la piel de Diana, cerca de su yugular. De nuevo, su lengua volvió a marcarla con húmeda saliva. —Escúchame bien humana, no me voy a detener, te voy a poseer hasta el delirio, quieras o no, así que tú escoges, dolor o placer— sentenció con frialdad el cruel demonio.

***

Continuará… Lamento dejarlos en éste punto de la historia, pero ya tengo sueño. Espero poder continuar mañana, si no, hasta el lunes, porque se me está escapando la trama de las manos.
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