Una unión de seis

Tres mujeres había en el área de recreación de la nave USS Enterprise, y hasta ellas mismas se sentían individualmente solas en sus asientos, juntas una al lado de la otra, pero tan distantes entre ellas. Las tres miraban un mismo paquete de información cuadrada de chillón y molesto color amarillo, en el centro de la mesa que ellas rodeaban. Aún no lo habían desgravado y ya sabían que no les gustaría lo que encontrarían dentro. —Alguna razón tendría el capitán para estar tan pálido. —habló la enfermera Christine Chapel. Le temblaban las manos y para intentar disimular, las llevaba compulsivamente a su cabello, rubio platino— por lo que llegué a ver... El capitán... estaba algo disgustado. Bueno, habría que ser muy patán para gustar de una circunstancia tan "especial" —¿Y si él está ahí? —murmuró Janice Rand, hablando desde la niebla de sus muchos pensamientos y, aunque sus compañeras de martirio no lo percibieron, había un tinte de anhelo en su voz. —¿Quién? ¿El capitán? Sería demasiada suerte. —aportó Nyota Uhura, la cual bebía a sorbitos ruidosos una taza de té para los nervios que irónicamente estaba poniendo nerviosas a sus compañeras— solo recemos por qué no nos toque alguien conocido... No lo soportaría... —Mejor es escucharlo de una vez, es demasiada espera... —volvió a murmurar Janice, que se refugiaba aún en una esperanza que no sabía admitir para sí misma ni mucho menos contar a sus demás compañeras. Las tres mujeres en esa sala quisieron tomar a la vez el paquete de información y sólo cuando sus dedos se tocaron entre sí, fue que supieron que, desde ahora en adelante, tenían que comportarse como hermanas. De todas formas, iban a compartir los mismos maridos, por impúdico que eso sonase. —Yo lo haré, si me permiten —intentó sonreír Uhura, dejando por fin la taza vacía en la mesa— por favor chicas, no será tan malo como pensamos. A lo mejor nos tocan algunos de sistemas o algún ingeniero. Quizá el señor Scott. Las otras dos rubias asintieron, no muy convencidas, y Uhura, arrepintiéndose de lo dicho, tomó por fin el paquete. Las demás observaron expectantes como el color chillón desentonaba con las sobrias uñas plateadas de Nyota, mientras lo deslizaba en la computadora que procedía a leer su contenido.

~Informe de la flota estelar~

Oficial de Comunicaciones Nyota Uhura, Yeoman Janice Rand y enfermera Christine Chapel:

Les saluda el almirante Joseph Maverick desde la base 1 en la Encelado. Dados sus méritos en su misión de cinco años de exploración en la nave espacial USS Enterprise, la computadora de la base las ha asignado sus cónyuges:

Capitán del USS Enterprise, James Tiberius Kirk.

Segundo oficial científico del Enterprise, Spock.

Doctor en jefe, Leonard Horatio McCoy.

Admirable es la fuerza y el valor abnegado, sublime la acción a pesar del temor. Eso es humano.

~Fin del informe de la flota estelar~

Las tres mujeres intercambiaron una mirada en la que era imposible leer algo más que el asombro. El silencio de la sala se hizo incómodo rápidamente y cada una se puso en pie y salió sin decir nada más. Cada una de esas tenientes se había quedado con un nombre y ahora solo necesitaban estar solas para pensar por separado. Había más de una sonrisa camuflada en esa fría despedida.