ID de la obra: 1462

Una unión de seis

Het
NC-17
En progreso
3
Fandom:
Tamaño:
planificada Mini, escritos 64 páginas, 22.817 palabras, 20 capítulos
Descripción:
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Chapter 11: Tuyo y mío

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—Por hoy podemos dejarlo aquí —apoyó sus labios en su cuello— no quiero asustarte desde nuestra primera vez. La misma voz profunda del principio desencadenó el deseo en Nyota de nuevo. Para contestarle, su propia mano bajó hasta el orgullo de su capitán a lo que él soltó un gruñido gutural y, sin previo aviso, él se situó frente a ella. Esta vez, tomó las largas y hermosas piernas de Uhura y las subió sobre sus hombros. Un instante de pánico titileo en Nyota cuando James se colocó en su entrada. Con timidez, soltó el miembro de su capitán y lo miró a los ojos mientras él le devolvía una intensa mirada. —Ya sé que debo compartirte y que tú debes hacer lo mismo conmigo. Pero éste momento, es solo tuyo y mío. Cuando por fin se introdujo en su interior, con calma, pero a la vez con fuerte deseo. Uhura volvió a abandonarse a James, sintiendo como éste hombre la hacía suya con fuerza y con pasión, penetrándola hasta el fondo y provocándole un placer infinito. Su miembro era perfecto, del tamaño correcto y del grosor correcto para volverla loca. Se descubrió moviendo las caderas al compás cuando los labios de Kirk dejaron los suyos para verla a los ojos. —Nyota... —jadeó en sus labios. Y fue como si supiera que ella estaba cerca, porque aumentó la velocidad y la fuerza de sus embestidas para que el ruido de la cama, que se quejaba en protesta, se sumara a sus gemidos y jadeos de puro placer. El orgasmo fue mil veces más intenso que el anterior y mil veces aún más fuerte que cualquiera que hubieran experimentado antes. Pudo sentirlo derramando su semilla en su interior y el calor de su cuerpo al desplomarse sobre ella. Sus piernas, exhaustas, cayeron a los lados, pero Nyota aún lo mantenía abrazado, sin querer soltarlo. —Me alegra que te hubieran escogido para mí —le dijo aún con la respiración entrecortada— eres ardiente, eres fuego. —Fue perfecto —le admitió ella— sabía que lo sería. Pero me preocupaba... —Spock y McCoy —completó el capitán y ella tarareó afirmativamente, aunque en secreto, se dio cuenta de que esto había sido como traicionar al primero de ellos y a Christine además. Él se incorporó con cuidado y se volteó para quedar boca arriba a su lado— he estado contigo y Christine y ninguna se ha acercado a los otros. —El plan no era éste, lo sé. Pero las tres sabíamos que lo apropiado sería hacerlo de una vez. Janice… ella tiene otras ideas. —Leonard siente algo por ti ¿sabes? —le siseó al oído, casi como para probarla. Kirk casi había esperado que el nombre de alguno de los otros dos saliese de sus labios en el punto culmine. Pero cuando ella se mantuvo en silencio, solo disfrutando, pudo por fin darse por satisfecho. No era problema suyo el que Christine hubiera pensado en otro, sino problema de su mismo corazón. Ella, somnolienta, a la mención de los sentimientos del doctor se sorprendió lo suficiente como para despertar completamente. —Y la enfermera por Spock. —contraatacó ella, cosa que Kirk ya sabía de sobra— y fue la primera en refugiarse entre estas sabanas. Y aquí me tiene usted a mí. Esto no es por amor, sino… —Deber. Suenas como Spock. Si fuera solo por deber, la inseminación artificial valdría. Ella se quedó en silencio. Kirk se veía muy cansado y era comprensible, dos mujeres habían estado en esa habitación, con él, quizá ella había sido la más rápida en hacerlo terminar, pero aun así era probable que llevase postrado en esa cama sin dormir en toda la madrugada y noche. —Lo dejaré descansar, capitán Kirk —quiso levantarse, pero se descubrió otra vez inmersa entre los brazos de su señor— ¿capitán? —Ya que vuelvo a ser capitán Kirk para ti ¿Qué te parece si te ordeno quedarte a mi lado hasta que me duerma? Su somnolencia era palpable, apabullante y hasta tierna. Uhura nunca había dormido con un hombre, incluso su única pareja de hace diez años la dejaba tras esos momentos. Debía ser triste que todas quisiesen de él todo menos el silencio de su compañía, y para él eso era lo único que le importaba en esos momentos. —Está bien. —aceptó. Segundos después ya estaba dormido. Nyota lo siguió unos minutos después, pensando en Spock y en McCoy. Ahora, no quería decir que fuese únicamente por su culpa, pero se sentía sucia y engañada. Esto, por delirantemente bueno que había sido por un momento, no significa nada. Sentía algo por Kirk, lo que se siente ante un buen amigo y un protector, un superior, al que se le debe respetar. Puede que lo amase en algún sentido, pero no romántico. Esta era la primera vez que estaba con un hombre por una razón que no era el amor ¿Ocurriría lo mismo con el doctor? ¿Y qué había de Spock?
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