Chapter 13: Una charla de viejos amigos
10 de diciembre de 2025, 0:52
Más tarde ese mismo día, los tres hombres hablaban despreocupadamente en el balcón, con una botella de vino espeso y la música de fondo de los años 60 de la tierra, que les calmaba. Jim seguía contando sus proezas con las mujeres que ahora le pertenecían a los tres.
*Maldita ley y malditos los Klingons por orillar la humanidad a tal medida* Pensaba McCoy mientras se servía otra copa de ese vino tan extraño que servían en Myth 2001. Seguía con el cabello húmedo y la piel fría por la ducha prolongada que debió tomar. Y trataba de no escuchar a Kirk jactándose de sus habilidades de conquista y de las bellezas que había tenido entre sus sábanas para sí toda la noche.
Leonard miraba de reojo a Spock, que parecía levemente incómodo y concentraba su mirada en el contenido de su copa, que no había llevado ni una vez a sus labios.
—¿Entonces la teniente Rand es tu favorita? —intentó seguir la conversación, cuando Kirk tomó una pausa para refrescar su garganta.
El capitán sonrió.
—Uhura también es ardiente, pero Janice… —respondió sencillamente— es la única de las tres que no he acariciado aún.
—¿Acariciado? —reprimió una palabrota. No se podía creer lo infantil que era Jim en éste sentido.
El capitán lo ignoró.
—Creo que, cuando termine todo, me gustaría quedarme con ella. Si no les importa, claro está.
Una mirada a los demás le reveló que sus mejores amigos aún a éstas alturas, no habían procesado todo el asunto de estar desposados con tres mujeres a la vez. Kirk carraspeó, dirigiéndose al doctor.
—Ya que tenemos un doctor entre nosotros, sería bueno que las revisaras. Puede que alguna esté embarazada ya.
Éste asintió. Pero no agregó nada más del tema, sino que lo cambió con brusquedad.
—Nada te da derecho a lastimar a Uhura como lo hiciste —se cruzó de brazos, con la ira a flor de piel— lo que encontré ésta mañana parecía la escena de una violación. ¿Qué no tienes sentido de humanidad y te das cuenta de que con lo que te acostaste también es humana?
El capitán se vio fastidiado por éste comentario.
—Cuando quiera sus reprimendas, las pediré, doctor. —le aclaró.
—Y se las daré con gusto, "señor" —destiló veneno al decir esto último— no permitiré que lastime a éstas jovencitas que no tienen culpa de nada. Ni de ésta medida de reproducción ni de tu irresponsabilidad.
Kirk, como siempre, no estaba de humor para las regañinas de McCoy, por lo que dirigió su atención al señor orejas.
—Spock, debería declinar con eso de las inseminaciones artificiales. Algo me dice que será la única vez que pueda usted yacer con una hembra. Por lo menos debería intentar con la doctora Chapel, era virgen hasta hace unas horas y puedo darle mi palabra, sigue estando apretada.
Leonard apretó los puños.
—Cuide su lengua, capitán.
—Doctor —lo detuvo— está bien, si tanto le molesta, no volveré a tocar a Uhura hasta que tenga los tres vástagos necesarios con Chapel y Rand ¿contento?
—No si vas a tratarlas de la misma forma. —le gruñó entre dientes— son personas, Kirk. Personas que sienten y que están tan abrumadas como tú, Spock o yo. Y si sigues insistiendo en tratarlas como sacos de gladiums, presentaré cargos con las autoridades de la flota.
—Permítame diferir, doctor —apuntó con cierto desprecio— Ni Spock ni yo estamos abrumados. A mí no me molesta tener tres mujeres para mí y Spock no dejará deber sin cumplir. ¿Cierto, Spock?
El vulcano no dijo nada, siguió tan impasible como nunca y su mirada fija preocupó instantáneamente a Leonard y al capitán.
—¿Señor Spock? —se atrevió a preguntar el doctor— ¿se encuentra...?
La copa en la mano del vulcano estalló en el hueco de su mano, mojando todo y a todos a su alrededor. Solo entonces, se puso en pie.
—Gracias por la invitación, caballeros. Solicito permiso para retirarme.
—No se irá a ningún lado hasta que el doctor lo revise —le retó el capitán, poniéndose en pie, pero solo para agarrar unas servilletas y limpiar su chaqueta y ofrecerle unas a McCoy.
El doctor, mojado hasta la cara con el espeso vino, no aceptó nada de Jim, sino que fue directamente hacia Spock para revisar su mano.
—Ni un solo corte.
—¿Ahora, puedo retirarme? —resopló el vulcano.
Kirk intercambió miradas con el doctor, luego asintió. Spock salió del balcón para entrar a la casa de nuevo dejando a los dos hombres solos.
—Fue lo que dijiste sobre la doctora Chapel. —apuntó el doctor, recogiendo las servilletas para limpiar su camisa, regazo y rostro.
—Quizá no debí dar detalles. —pensó en voz alta el capitán.
—Ella ha sido muy amable con él —le recordó el doctor— atenta y comprensiva.
—¿Y se molestó? ¿Spock?
Él sonrió débilmente— si no termináramos discutiendo sobre lógica cada vez que hablamos, iría tras él y lo felicitaría por tan emocional reacción. Pero ya que tú eres su mejor amigo...
—Sí, ya entendí. —meneó la cabeza.