ID de la obra: 1462

Una unión de seis

Het
NC-17
En progreso
3
Fandom:
Tamaño:
planificada Mini, escritos 64 páginas, 22.817 palabras, 20 capítulos
Descripción:
Notas:
Publicando en otros sitios web:
Consultar con el autor / traductor
Compartir:
3 Me gusta 0 Comentarios 0 Para la colección Descargar

Chapter 18: Suspicacia

Ajustes de texto
Él quería decir algo, pero no encontraba palabras. ¿Cómo traducir todo lo que sentía? La gratitud, la sorpresa, el anhelo sutil que latía en su pecho. Nyota le sonrió, y por un instante, Leonard creyó ver en su mirada un eco de sus propios pensamientos, como si ella también estuviera conversando con él en un idioma sin palabras. Pero entonces, el momento se rompió. Viejos recuerdos se filtraron en su mente como sombras que se negaban a desaparecer. Demasiado bueno para ser verdad, se dijo. Nada en su vida había sido tan simple, tan genuino. Se puso de pie bruscamente— Necesito salir… —¿Tan pronto? —Nyota parpadeó, desconcertada— Ni siquiera ha tocado el lomo de algún libro. —He recordado que tenía otros planes —respondió, demasiado rápido—. Por favor, ayúdeme a abrir la puerta. La repentina frialdad de McCoy la desconcertó. De un momento a otro, el hombre amable y casi tierno que había visto minutos atrás había desaparecido, dejando en su lugar al McCoy severo del puente, al hombre que discutía con Spock con la pasión de un ser humano y, al final, siempre terminaba enmudecido por la lógica del vulcano. Uhura reprimió el impulso de hacer más preguntas y obedeció. Activó la primera compuerta y ambos entraron en el pequeño cuarto oscuro entre pasajes. Fue entonces cuando ya no pudo contenerse más. —Doctor… por favor, no me diga que lo he ofendido. —Su voz bajó un poco, casi un ruego—. Me apenaría mucho causarle algún disgusto de cualquier naturaleza. McCoy no respondió. El silencio se alargó tanto que Uhura comenzó a convencerse de que, en efecto, lo había molestado. Estaba a punto de disculparse cuando él habló al fin. —¿Qué quieres de mí, Uhura? La pregunta la tomó tan desprevenida que el hexagonal que usaba para abrir la siguiente compuerta se le resbaló de las manos y cayó al suelo con un sonido metálico. Giró lentamente el rostro hacia él, tratando de entender si hablaba en serio. Pero cuando sus ojos se encontraron con los de McCoy, lo supo. En su mirada había el mismo frío suspicaz que tantas veces había visto en Spock. —¿Cree que hago todo esto con algún propósito oculto? —Uhura sintió una punzada en el pecho, pero su tono se mantuvo firme—. Oh, doctor… no se ofenda, pero usted no tiene nada que yo pueda querer. McCoy entrecerró los ojos, escéptico— Entonces, ¿por qué tanta amabilidad? —Porque me di cuenta de lo solo que está —confesó ella, suavizando su tono. Hizo una pausa, luego avanzó un paso, como si la distancia entre ellos pudiera borrar también la barrera invisible que él acababa de erigir—. Y… yo sé lo que es la soledad, doctor. Leonard permaneció inmóvil—Usted es una persona maravillosa que no merece ese castigo —continuó Uhura, con más dulzura—. Siempre está ayudándonos, incluso cuando… cuando el capitán… Él asintió, comprendiendo lo que ella no dijo en voz alta— No necesito su lástima, señorita. El tono de su voz fue definitivo. Sin añadir nada más, empujó la compuerta y salió al corredor, dejándola atrás. Uhura exhaló lentamente. Se preguntó si había sido un error mostrarle su refugio tan pronto. Si quizás debió esperar, hablar más con él antes de exponerle lo que realmente sentía. Quería llevarse bien con él, no quería que este matrimonio grupal fuera tan seco y frívolo. Le tenía un cariño inmenso, pero ahora entendía que ganarse su amistad no sería fácil.
3 Me gusta 0 Comentarios 0 Para la colección Descargar
Comentarios (0)