“Guitarra, Baile, Cigarrillos”

Una casa tranquila al borde del bosque. Noche lluviosa. Pasos, crujidos, aliento fétido. Maxim no sabía que los viejos cuentos de hadas de su madre podían cobrar vida. No sabía que un movimiento descuidado podía cambiarlo todo. ¿Dónde termina el confort y empieza el horror? "¿Haces crujir los nudillos?" – una pregunta que esconde mucho más que un simple hábito infantil.

Una historia que huele a pan recién horneado y madera quemada. A través de la mirada de un hombre que regresa al hogar de su infancia en un anochecer nevado, este relato envuelve al lector en una travesía emocional hecha de recuerdos, silencios y cicatrices que nunca se cerraron. Entre copos de nieve, risas fantasmas y el susurro del viento, lo cotidiano se vuelve mágico, y lo nostálgico se transforma en un ritual íntimo hacia lo eterno.

El gato vino a la tienda a comprar una camisa.

Una historia que huele a pan recién horneado y madera quemada. A través de la mirada de un hombre que regresa al hogar de su infancia en un anochecer nevado, este relato envuelve al lector en una travesía emocional hecha de recuerdos, silencios y cicatrices que nunca se cerraron. Entre copos de nieve, risas fantasmas y el susurro del viento, lo cotidiano se vuelve mágico, y lo nostálgico se transforma en un ritual íntimo hacia lo eterno.

Una colección de relatos cortos que pretende llevarte a un mundo onírico, donde cada historia es un sueño distinto. No siguen un hilo conductor, sino una intención: explorar emociones, pensamientos y atmósferas únicas. Cada relato invita a sumergirse en lo intangible. Esta obra no solo busca contar, sino evocar sensaciones a través del lenguaje. Al finalizar cada lectura, como autora, te invito a compartir las reflexiones que haya despertado en ti. Porque soñar es único... y expresarlo, también.

A veces la apariencia lo decide todo. Si eres hermoso, todos quieren ser tus amigos. Pero, ¿qué pasa con los que no encajan en los estándares de belleza? Yo no tuve la suerte de nacer guapo. Probablemente por eso solo mi madre me admira. Por eso me acosan los matones y debo ocultar que me enamoré de la chica más hermosa del mundo, quien ni me nota y prefiere al típico chico irresistible, pero tonto y cruel.