Other Date

Primero: esta historia está basada en "rent a girlfriend" nunca la vi, pero he escuchado de ella.(terrible por cierto). Segundo: cualquier cosa parecida a la realidad es pura coincidencia. En una cafetería, él estaba sentado y frente a él una hermosa chica, su nombre es Akiko. Perfil de Akiko: Apariencia: pelo largo y rubio, ojos azules, piel tersa y blanca. Edad: 22 Gustos: Desconocidos. Disgustos: Casi todo. Akiko estaba revisando los mensajes de su celular, quizás mirando las ofertas de los otros posibles clientes, sí, ella está ignorando su cita. Él la miró y suspiró antes de levantarse lentamente del asiento, pagó la cuenta y después salió sin mirar atrás, no era la primera vez que le sucedía esto, ya que situaciones como estas parecían que se habían hecho algo usual para él. No sabía que pasaba, siempre era lo mismo: él pagaba por una chica, cuyo perfil y/o biografía eran interesantes, pero a la hora de la cita, lo terminaba ignorando, no decía nada y en ocasiones ni siquiera llegaban. Aunque pensaba que la app existía para sacar dinero y satisfacer de alguna manera la necesidad de la compañía, él la usaba para tener más coraje y poder saber qué hacer ¿Por qué? Le gustaba alguien, esa afortunada se llama Murasaki, una hermosa chica que es la más popular de la universidad y que tiene un gran futuro, el cual no deseaba arruinar. Pero a diferencia de otros, él no podía derrochar, después de todo no ganaba mucho dinero en su trabajo, pese a que le invierte bastante tiempo, además también estaba la universidad, cosa que le exprimía las últimas gotas de sus ratos libres. Él venía de una familia modesta con recursos limitados, así que la posibilidad de una herencia era imposible, por eso era frustrante tener citas de ese tipo que solo están allí por una responsabilidad y que no piensen sus otros clientes que eran una estafa. Lo que también le molestaba, era demanda de las chicas, algunas no aceptaban su propuesta y como la App también funciona de manera inversa (gente pública que paga cierta cantidad para tener una cita), siempre se topaba con hombres al iniciar, cosa que era entendible, después de todo los hombres son los que más necesita compañía y aunque haya una que otra chica, ellas dejan la app después de una mala experiencia, cosa que limita las citas. Cuando llegó a casa, sacó su celular y abrió la App, como siempre miró su perfil, ya que hace un tiempo había publicado que estaba en busca de cita y con una oferta bastante apreciable, pero no tenía mensaje alguno o bueno, no de los que quería. Algo extraño y algo entendible, es que aquella app no tiene límites de gusto, así que cualquiera que patee para el mismo arco o en ambas direcciones podría inscribirse, lo que si falla, es que no importa si colocas que eres de cierto género y buscas aquel gusto, siempre te dará lo contrario. Era por eso que la bandeja de entrada de él era dos mensajes de dos hombres que deseaban aceptar su oferta. Existe un dicho, en especial en la comunidad de los hombres que han pasado mucho tiempo solos: "cualquier agujero es trinchera", cosa que no seguía para nada. Aunque a veces de aburrimiento hablaba con ellos, siempre les dejaba en claro que no quería una cita, quizás una amistad, pero nada más, así que cansado los ignoró y vio si algunos mensajes previos habían sido respondidos. No, ninguno, de sus 5 chats (ignorando los 10 de hombres) no había respuestas ni vistos, cosa que le hizo suspirar antes de volver a la pantalla de inicio, las cuales como toda app de cita mostrada una foto del usuario una breve descripción y en el caso de esta, la oferta. Hace un tiempo, cuando sacaron lo de publicar su oferta, él no dejaba de ver esa parte, después de todo pensaba que una mujer podría buscar y pagar por una cita, pero a medida que pasaba el tiempo, notó que en ese apartado solo publican chicos, así que siguió derecho en busca de una oferta. Deslizaba y deslizaba hacia la izquierda, desechando las ofertas de los hombres, pasaba tan rápido su dedo que apenas le daba tiempo de cargar la foto de perfil, pero con el nombre (mayormente con este) y su género supo de qué se trataba. Y tras varios deslices, un mensaje llegaría al buzón de la app, su corazón se detuvo y una leve sonrisa se hizo en su rostro, siempre cuando veía el mensaje, tenía la ilusión de que algo bueno iba a pasar. Con cierto nerviosismo y casi miedo, abriría el buzón, solo para encontrar un mensaje de Akiko. Akiko: "Espero que te la hayas pasado tan bien en la cita como yo" Sin pensarlo borraría el chat con ella, sin duda no había escrito eso y fue un mensaje automatizado, es más, dudo que haya recordado su nombre. Suspiró y volvió a la pantalla de inicio en búsqueda de otra cita, quería aprovechar este día libre. Después de varios deslices, su límite había terminado, sí, además de pagar para las citas, la App intentaba sacarte el dinero con una membresía que te aseguraba que sólo aparecería el género que te gusta y los deslices junto a los mensajes serían ilimitados. Él suspiró y dejó a un lado el móvil para luego iniciar su proyecto final, el cual sería dentro de un mes. Se concentró en aquel proyecto hasta el amanecer, luego durmió dos horas antes de ir a trabajar, como siempre llevaba su bebida energética para poder hacer su trabajo. La semana como siempre fue larga, llena de tareas tanto en el trabajo como en la universidad y cuando llegó el anhelado día libre, durmió hasta donde pudo e hizo sus cosas, camino al parque para respirar mirando con cierta envidia las parejas que pasaban y preguntandose si era por la App o algo más natural. Compró lo de la semana y cuando al fin tuvo tiempo, revisó una vez más la App, para encontrarse con lo mismo, cuando terminó su búsqueda, suspiró y apretó los dientes, sentía que no podía más, así que debia hacer algo. Lleno de valor y a la vez de nerviosismo, se fue a casa de Murasaki, si la App no le daba el coraje, lo iba a tener quiera a no. Ya en la puerta de la chica, respiró hondo y tranquilizó su cuerpo antes de tocar el timbre. Por su mente pasaron varios escenarios, unos más realista que otros, pero sabía que no veía el futuro y lo único que podía esperar era la respuesta por parte de ella. Pasaron unos minutos y la puerta se abriría, revelando a Murasaki. Perfil de Murasaki: Apariencia: pelo corto y negro, ojos color avellana. Edad: 20. Gustos: Desconocidos. Disgustos: Desconocidos. – Ah, Takahiro... – Lo miró con una encantadora sonrisa, la cual le hacía detener el corazón. Dime... ¿Qué pasa? – Le preguntó, después de todo no era usual verlo allí y mucho menos en su casa. Aunque estudiarán lo mismo en la universidad e hicieron uno que otro proyecto juntos, no lo veía a alguien cercano o similar. El joven tragó saliva y cerró los ojos por unos segundos. – ¿P-podrías... I-ir a una cita conmigo? – Titubeo intentando mantener la mirada. La chica al escucharlo, hizo un extraño gesto antes de negar con la cabeza. – Lo siento Takahiro, yo... Antes de terminar su frase, detrás de ella emergió un sujeto algo alto, robusto, con una cachucha hacia atrás, una camisa sin mangas y varios tatuajes. – Cariño ¿Este chico te está molestando? – Preguntó con voz ronca, rodeando a la chica con uno de sus brazos y fulminando a Takahiro con la mirada. Al ver esa escena, sintió un dolor punzante en su pecho y por unos momentos, unas lágrimas querían asomarse en su rostro, pero se aguanto. – Ah, ahora entiendo mejor el proyecto... —Reviró, no quería problemas y la respuesta ya estaba dada, fue por eso que se marchó y nuevamente sin mirar atrás, no tenía y nunca tendrá esa necesidad. Estaba claro, el amor existía, pero no para él. Perfil de Takahiro: Apariencia: pelo corto y castaño, ojos color avellana. Edad: 22 años. Gustos: salir al parque, leer, escribir, dibujar (cuando puede) Disgustos: las mentiras. Cualidad: Bastante paciente y resiliente, suele escuchar a las demás personas ya que quiere enterarse de su vida. Estado actual: Desilusionado.